Hogar, dulce hogar

Dos puntos de vista



Siendo los dinosaurios animales muy populares, también lo es la historia según la cual la caída de un asteroide al final del periodo Cretácico los borró de la faz de la Tierra. En efecto, basta con buscar “extinción de los dinosaurios” en Internet para que aparezcan en la pantalla numerosas imágenes de dinosaurios aterrorizados por la visión -y se sobreentiende el estruendo- de una enrome bola de fuego acercándose a gran velocidad. Y no habría sido para menos, pues el asteroide medía unos 10 diez kilómetros de diámetro y a la velocidad a la que colisionó con el suelo produjo un cráter de 180 kilómetros de diámetro, generó incendios, terremotos y tsunamis, y lanzó a la atmósfera grandes cantidades de polvo que bloquearon la luz solar y provocaron un enfriamiento drástico del planeta.

Si bien en una escala de tiempo geológica los dinosaurios murieron en muy poco tiempo tras el impacto del asteroide, en realidad no lo hicieron de manera inmediata sino a través de generaciones -excepto, quizá, en el caso de aquellos que tuvieron la mala fortuna de encontrarse en el lugar incorrecto y en el momento incorrecto, justo en donde se estrelló el bólido.

Se sabe que el asteroide de marras impactó en la costa de la península de Yucatán cerca del pueblo de Chicxulub hace unos 66 millones de años. La evidencia de dicho impacto la proporciona un estrato geológico a lo largo de todo el planeta con una concentración más alta de lo esperado de metal iridio -que es más abundante en los asteroides que en la Tierra-, estrato que corresponde a esa antigüedad. El iridio presente en el asteroide fue dispersado a nivel global después del impacto.

No hay pues ninguna duda de que se produjo una colisión con la Tierra de un asteroide de gran tamaño hace 66 millones de años que llevó a cambios climáticos drásticos a nivel mundial. Esta colisión marca lo que se conoce como frontera KP. No han duda tampoco que de manera simultánea -en una escala de tiempo geológica- se produjo una extinción masiva de especies. No hay consenso entre los expertos, sin embargo, que la primera haya sido causa de la segunda; esto, en contra de la creencia popular. En este respecto, se sabe que al final del periodo Cretácico se produjeron grandes erupciones volcánicas en la región conocida como Escaleras del Decán en lo que hoy es el territorio de la India. Dichas erupciones dispersaron en la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono y de dióxido de azufre que cambiaron el clima del planeta.

Los expertos tienen así dos posibles causas para la extinción de especies en la frontera KP: el asteroide de Chicxulub o las erupciones masivas de la India. Estas posibilidades son discutidas en dos artículos aparecidos esta semana en la revista Science, publicados por dos grupos internacionales de investigadores. Uno de dichos grupos es encabezado por Courtney Sprain de la Universidad de California Berkeley y el otro por Blair Schoene de la Universidad de Princeton. En ambos artículos se discuten las causas de la extinción masiva de especies a la luz de nuevas mediciones de la antigüedad de las rocas ígneas de las Escaleras del Decán.

Para fechar dichas rocas, ambos grupos de investigadores emplearon técnicas de radioisótopos -que guardan similitud con la técnica de fechado por carbono 14-. No coinciden, sin embargo, en sus resultados. Sprain y colaboradores encuentran que la mayor parte del volumen de emisiones volcánicas ocurrió después de la frontera KP. Schoene y colaboradores, en contraste, encuentran que dichas erupciones ocurrieron en pulsos, el primero de los cuales se inició decenas de miles de años antes de dicha frontera.

Se sabe, por otro lado, que al final del Cretácico ocurrió un cambio climático que debe ser explicado por la emisión de contaminantes a la atmósfera. Schoene y colaboradores lo explican por este primer pulso de volcanismo. Sprain y colaboradores, en cambio, aventuran la hipótesis de que, aun sin erupciones volcánicas hay emisión de contaminantes atmosféricos que se filtran a través de grietas en la corteza terrestre. Aventuran, además, que el impacto del asteroide en Yucatán estimuló el volcanismo en la India, que tuvo su mayor actividad después dicho impacto.

De este modo, para Schoene y colaboradores la extinción masiva de especies puede ser atribuida, tanto a las erupciones volcánicas de la India, como al impacto del asteroide de Chicxulub. Para Sprain y colaboradores, por el contrario, el mayor responsable habría sido el impacto de dicho asteroide.

El último número de la revista Science incluye así dos artículos científicos en los que se presentan resultados de investigaciones sobre un mismo tema. En ambos casos se fecharon rocas volcánicas empleando técnicas similares, aunque no idénticas. Si bien hay coincidencias entre los dos artículos, también hay discrepancias en sus conclusiones. Esto último no es de sorprender, dado que los acontecimientos investigados ocurrieron en un pasado inconcebiblemente remoto.

Por lo demás, los dos artículos sobre la extinción de los dinosaurios publicados esta semana por Science nos ilustran sobre uno de los aspectos esenciales del método científico: la confrontación abierta y pública de puntos de vista basados en resultados de experimentos y mediciones, los cuales servirán como soporte para futuras investigaciones sobre el mismo tema. Y así “ad infinitum”, cada vez más cerca del resultado correcto.

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