El primer laboratorio científico de la historia

El clima del futuro



En días pasados nos encontramos en los medios impresos con una fotografía en la que aparece el Presidente de las islas Maldivas y su gabinete firmando documentos durante una reunión de trabajo –las Maldivas son un archipiélago de 1190 islas situado al suroeste de la India. La imagen no tendría nada de particular si no fuera porque presidente y ministros aparecen enfundados en trajes de buzo –escafandras y tanques de oxígeno incluidos–, implementos que resultaron indispensables ya que la reunión se llevó a cabo a seis metros bajo el nivel del mar.

La exhibición tuvo como objetivo llamar la atención sobre el incremento paulatino en el nivel de los océanos que está ocasionando el calentamiento global. De acuerdo al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC), este incremento alcanzará alrededor de medio metro en el año 2100 y en esta perspectiva los habitantes de las Maldivas tienen razón de estar preocupados, pues más del 80% de su territorio tiene una elevación inferior a un metro. De este modo, de cumplirse las predicciones del PICC el país desaparecería en buena medida –en realidad podría desaparecer casi por completo de acuerdo con otros especialistas que consideran que el medio metro de incremento en el nivel del mar reportado por el PICC es demasiado conservador y que es más probable que dicho incremento alcance un metro o incluso más.

En contraste con la percepción que tienen en las Maldivas y de acuerdo con una encuesta realizada por el “Pew Research Center” dada a conocer el pasado 22 de octubre, en los Estados Unidos la creencia en el calentamiento global está disminuyendo entre la población. Así, actualmente el 57% de los norteamericanos considera que hay evidencias sólidas de dicho calentamiento, en contraste con el 77 % que así pensaba hace dos años.

Existen hoy en día, no obstante, muchas evidencias de que la temperatura de la Tierra está aumentando. El calentamiento global, por ejemplo, está derritiendo el hielo del Polo Norte, como lo demuestra el hecho de que en agosto de 2007 el célebre Paso de Noroeste –el canal a lo largo de la costa norte de Canadá que comunica a los océanos Atlántico y Pacífico– quedó libre de hielos por primera vez desde que se tenga memoria.

El calentamiento de la Tierra, ahora se sabe, está ligado al incremento paulatino en la concentración de bióxido de carbono en la atmósfera que ha ocurrido desde el inicio de la revolución industrial hace doscientos años –el bióxido de carbono produce el llamado “efecto invernadero”, mediante el cual la atmósfera refleja el calor que emite la Tierra evitando que se pierda en el espacio. Tomó tiempo, no obstante, llegar a esta conclusión, como lo relata Spencer Weart en su interesante libro “El descubrimiento del calentamiento global”. De acuerdo con Weart, la conclusión de que la Tierra se está calentando como resultado de nuestra actividad industrial se originó en estudios que pretendían explicar las causas de las glaciaciones. Como sabemos, la Tierra ha sufrido a lo largo de millones de años periodos de bajas temperaturas durante los cuales grandes áreas de superficie terrestre permanecieron cubiertas de hielo.

Los estudios sobre el origen de las glaciaciones se remontan al siglo XIX. En 1896 el científico sueco Svante Arrhenius se peguntó por las causas que pueden modificar la temperatura de la Tierra, llegando a la conclusión que dicha temperatura está controlada por la concentración de bióxido de carbono en la atmósfera.

Arrhenius, sin embargo, no contaba con herramientas de investigación lo suficientemente sofisticadas para ir más allá de sus conclusiones –que eran en gran medida especulativas–, y hubimos de esperar hasta la segunda mitad del siglo XX para obtener pruebas convincentes, tanto de la relación entre el calentamiento de la Tierra y la concentración de bióxido de carbono en la atmósfera, como del incremento de dicha concentración como resultado de nuestras actividades industriales.

El incremento de la temperatura global ha sido de aproximadamente medio grado centígrado desde 1975 a la fecha. Esto parecería ser muy poco y por lo tanto no constituir un motivo de alarma. En materia de clima, sin embargo, pequeños cambios producen grandes consecuencias. Por ejemplo, ya que el hielo refleja en gran medida la radiación solar, una disminución en las capas de hielo de los polos incrementará la cantidad de radiación que es absorbida por la Tierra, elevando así su temperatura; esto, a su vez, provocaría un mayor deshielo y un mayor calentamiento. Se establecería de este modo un círculo vicioso que podría ocasionar un cambio importante de temperatura.

En el último medio siglo se ha producido un incremento de temperatura global, que aunque pequeño, se ha dado en un tiempo muy corto medido en una escala geológica. Este incremento, aunado a la sensibilidad del clima global a pequeñas perturbaciones, hace incierta su evolución futura que bien pudiera tener resultados catastróficos. Esto, ciertamente, es motivo de preocupación.

Comentarios