El primer laboratorio científico de la historia

La Luna llena y los lunáticos



Incluso un hombre que es puro de corazón / y reza por las noches / puede convertirse en un lobo cuando la belladona florece / y la luna de otoño brilla.

Atribuido por Wikipedia al guionista de la película “El hombre-lobo” (1941).

A pesar de lo que diga Hollywood, es muy improbable que la Luna llena tenga el poder para transformar a una persona en un hombre-lobo, que ataca y da muerte a todos aquellos a los que encuentra a su paso con una ferocidad extrema. Más probable es que esto no pase de ser una invención más de la industria del cine, basada en el folclor europeo.

Algunos sostienen, no obstante, que la Luna sí influye sobre los humanos, si bien no de un manera tan dramática como para llegar a convertirnos en monstruos. Una revisión rápida en Wikipedia nos da algunos ejemplos: se asume que la Luna llena produce, entre otras cosas, un incremento en la fertilidad humana, en los niveles de violencia entre humanos, y en la posibilidad de morir en una operación quirúrgica. Se sostiene, igualmente, que la Luna llena influye en nuestro estado mental. Prueba de esto último es que incluso existe el término “lunático”, que, según el diccionario de la Real Academia Española, hace referencia a alguien que “padece locura, no continua, sino por intervalos”.

A pesar de su popularidad, sin embargo, las creencias acerca de la influencia que la Luna llena tiene sobre nuestro comportamiento no son más que leyendas sin mayor sustento, por más que hayan estado a nuestro alrededor por un buen número de años.

Aunque, después de todo, la influencia de la Luna llena quizá sí sea real en algunos casos. Esto, al menos de acuerdo con un artículo aparecido esta semana en la revista “Current Biology”, publicado por un grupo de investigadores médicos encabezado por Christian Cajochen del Hospital Siquiátrico de la Universidad de Basel en Suiza. En dicho artículo se reportan los resultados de la investigación llevada a cabo con el objeto de averiguar si el ciclo lunar tiene una influencia sobre los hábitos de sueño.

El estudio de referencia se realizó con 17 adultos jóvenes, hombres y mujeres, con edades que fluctuaban entre los 20 y los 31 años, y con 16 adultos mayores, también hombres y mujeres, con una edad media de 65 años. Los investigadores encontraron que en las noches alrededor del día en que la Luna alcanza su máximo brillo, el sueño sufre alteraciones claras. De manera específica, en promedio tardamos cinco minutos más en conciliarlo, dormimos unos 20 minutos menos, y lo hacemos con menos profundidad.

Un punto importante a señalar es que los experimentos se llevaron a cabo durante los años 2000-2003, y con un propósito diferente al del estudio que nos ocupa –el objetivo original fue el de determinar cómo afecta la edad a los patrones de sueño–. De este modo, los participantes no tuvieron ideas preconcebidas sobre la investigación en la que participaban, y no pudieron reaccionar de manera subjetiva, falseándola de manera inconsciente.

En contraste con el proceso de transformación de un humano en un hombre-lobo –que aparentemente, según Hollywood, requiere de la luz de la Luna–, el efecto medido por Cajochen y colaboradores no dependió de la presencia de un mayor o menor brillo nocturno, pues los participantes no pudieron ver la Luna. Así, los investigadores concluyen que la asociación que encontraron entre un sueño más intranquilo y la ocurrencia de la Luna llena debe ser un reflejo, no del hecho de que exista una mayor cantidad de luz nocturna, sino de la existencia de un reloj biológico sincronizado con el ciclo lunar, que persiste aun en la ausencia de luz u oscuridad. Esto, de manera similar a como el ciclo biológico de sueño-vigilia se sincroniza con el ciclo día-noche.

De confirmarse lo reportado por Cajochen y colaboradores, la Luna llena –o de manera más precisa, el ciclo lunar– sí tendría un efecto sobre nuestro comportamiento. No al grado de convertirnos en hombres-lobo, pero sí de una manera más sutil, alterándonos el sueño.

Por ahora poco más se puede decir científicamente acerca de los lunáticos y del efecto que la Luna llena ejerce sobre los humanos. Si lo consideráramos como argumento para una película resultaría demasiado pobre, pues el que la Luna llena nos haga dormir 20 minutos menos al día no parece ser un tema con el cual se puedan generar ganancias sustanciales para la industria cinematográfica.

Aunque para esta industria los argumentos científicos son lo de menos. Para convencernos basta observar el éxito económico que han tenido un gran número de películas en las que aparecen humanos transformándose en feroces hombres-lobo en las noches de Luna llena.

Comentarios