El primer laboratorio científico de la historia

Cuarta revolución



Según la firma de consultoría PwC, alrededor de un 30 por ciento de los puestos de trabajo en 29 países, en su mayoría industrializados, se habrán perdido a mediados de la próxima década por causa de la automatización. Esto no es algo inusual, pues la pérdida de empleos por el advenimiento de una nueva tecnología se ha dado ya anteriormente. Así, la máquina de vapor sustituyó a la fuerza humana en el siglo XIX y eliminó fuentes de trabajo manual. Del mismo modo, la aparición de la computadora personal y los procesadores de palabras en las últimas décadas del siglo XX cambiaron de manera radical las habilidades requeridas para el trabajo de oficina y marginaron a personas sin estas habilidades.

Por otro lado, si bien han eliminado puestos de trabajo, las nuevas tecnologías han creado nuevas oportunidades de empleo con habilidades diferentes a las tradicionales. La introducción de la electricidad en las últimas décadas del siglo XX, por ejemplo, dio origen a puestos de trabajo que demandaron de habilidades propias de la entonces nueva tecnología. Del mismo modo, se espera que la automatización, al mismo tiempo que elimine puestos de trabajo, genere otros nuevos acordes con las nuevas circunstancias.

Los especialistas dividen el desarrollo industrial que ha experimentado el mundo en los últimos 250 años en tres revoluciones, cuyos rasgos salientes son, en forma respectiva, la máquina de vapor, la electricidad y las computadoras. En la actualidad está en curso una cuarta revolución industrial impulsada por tecnologías tales como el Internet, la inteligencia artificial y la robótica, la cual, al igual que las revoluciones anteriores, se espera destruya empleos y genere otros nuevos.

En esta ocasión, sin embargo, se anticipa que los cambios ocurran con una rapidez tal que habrá profesiones que se harán obsoletas en el curso de una generación. Es decir, existe la posibilidad de que un trabajador tenga que reentrenarse profesionalmente con el fin de conservar su empleo, y en estas circunstancias le sería útil una guía que le permitiera escoger un reentrenamiento profesional. De la misma manera, un joven buscando un primer entrenamiento profesional encontraría útil información sobre la estabilidad futura de tal o cual puesto de trabajo.

Con esto en mente, un grupo de investigadores encabezado por Antonio Paolillo, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, decidió llevar a cabo una investigación para determinar el riesgo de desaparición de puestos de trabajo por la automatización, determinada ésta tanto por el desarrollo de los robots, como por el avance de la inteligencia artificial que los opera. Los resultados de la investigación fueron publicados el pasado 13 de abril en la revista “Science Robotics”.

En su artículo, Paolillo y colaboradores crean un índice para el riesgo de automatización que mide la probabilidad de que un determinado puesto de trabajo sea ocupado por un robot dotado de inteligencia artificial. Esto, basado en las habilidades que dicho puesto requiere, y en las posibilidades presentes y futuras de la robótica y la inteligencia artificial para cubrir dichas habilidades. Los investigadores desarrollaron también un segundo índice que nos da la medida en la que las habilidades de un determinado puesto de trabajo, destinado a desaparecer, pueden ser usadas en un reentrenamiento para un puesto de trabajo que tenga una mayor probabilidad de supervivencia.

Paolillo y colaboradores calculan el riesgo de automatización de cerca de mil ocupaciones y encuentran que los físicos son los que tienen el menor riesgo de ser sustituidos por una máquina (lugar 1 en la lista), mientras que los empacadores de carne son los de mayor riesgo (lugar 967). En medio de estos extremos se encuentran los ingenieros en robótica, los economistas y los técnicos eléctricos, que ocupan los lugares 122, 203 y 458, respectivamente.

En cuanto al índice que puede ser usado como guía para cambiar de profesión, Paolillo y colaboradores crearon un sitio en Internet (Resilience To Robots – EPFL) que permite evaluar la mejor opción para cambiar de profesión. Habría, no obstante, que señalar que, si bien en algunos casos el consejo que nos da el sitio es sin duda de utilidad, en otros las respuestas son desconcertantes. Por ejemplo, la primera opción que nos ofrece el sitio para la profesión de físico es la de cirujano, que claramente implica un reentrenamiento profesional casi total. Esto resulta poco práctico, además de que habría una pérdida en el valor del índice de riesgo.

Por lo demás, al margen de que el sitio pudiera mejorarse, el artículo de Paolillo y colaboradores nos pone de manifiesto la urgencia de adaptar los planes de estudio de las escuelas profesionales a las cambiantes condiciones del mercado laboral del futuro, que serán determinadas por la cuarta revolución industrial. So pena de ser sustituidos por una máquina.

Comentarios

  1. Que interesante uso de las matemáticas para proponer los posibles cambios de quehaceres y profesiones, visualizando, dando forma a la premisa de que nuevas tecnologías de automatización, en lugar de disminuir fuentes de trabajo, crean nuevas, incluso cambios entre algunas ya existentes

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  2. Muy interesante
    https://lis2.epfl.ch/resiliencetorobots/#/profile

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