El primer laboratorio científico de la historia

El país del presente



Brasil es el quinto país más grande del mundo, tanto en territorio como en población. Muchas cosas en Brasil son de grandes proporciones. Se localiza en su territorio la mayor parte del más grande bosque tropical del planeta –la selva amazónica–, en una extensión que es dos veces la superficie de nuestro país y que constituye el mayor pulmón del mundo. Cruza su territorio el Río Amazonas, el más caudaloso del mundo, además de ser también el más largo. Brasil cuenta con las mayores reservas de agua dulce del planeta –casi dos veces más grandes que las de Rusia, país que ocupa el segundo lugar. Es también, y con mucho, el mayor productor mundial de caña de azúcar y del biocombustible etanol obtenido a partir de la misma. En otro orden de ideas, el estadio Maracaná, situado en Río de Janeiro, albergó en 1950 a 200,000 espectadores en el partido final de la copa del mundo de fútbol entre Brasil y Uruguay, lo que constituye el mayor número de personas que hayan asistido a un estadio a presenciar un partido de fútbol.

Con la excepción de los trajes de baño en las playas de Río de Janeiro y de las tazas en las que se sirve el omnipresente “cafezinho”, todo en Brasil, incluyendo el carnaval de Río, es verdaderamente de grandes proporciones. Brasil, sin embargo, y hasta hace pocas décadas, era menos conocido en el mundo que México, a pesar de la gran diferencia en tamaños territoriales entre los dos países. Con seguridad que a esto contribuyó el que nuestro país haya organizado los Juegos Olímpicos de 1968 con toda la publicidad y exposición mundial que implicaron.

Esta situación, no obstante, está cambiando rápidamente y en la actualidad Brasil es un país de gran notoriedad mundial por el desarrollo económico que ha experimentado en los últimos años. En 2001, el economista Jim O´Neill del grupo Goldman Sachs acuñó el acrónimo “BRIC” como referencia a Brasil, Rusia, India y China, cuatro países que de acuerdo a O´Neill, en conjunto alcanzarán en 2039 un Producto Interno Bruto mayor que el del total de países del grupo G6 –Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia. En particular, según Goldman Sachs, el tamaño de la economía brasileña sobrepasará a la de Alemania en el año 2037.

Uno de los factores que están impulsando el desarrollo económico brasileño es el petróleo. Brasil era un importador de petróleo en las décadas de los 70 y 80 y sufrió particularmente por las crisis petroleras de esos años que elevaron considerablemente el precio de petróleo –lo que lo llevó a desarrollar la industria del bioetanol como combustible para vehículos, en la que los brasileños tienen actualmente el liderazgo mundial. Desde 1980, sin embargo, Brasil ha incrementado más de diez veces su producción de petróleo y la actualidad es autosuficiente, además de ser el treceavo productor mundial.

En 2006 fue descubierto el yacimiento submarino de petróleo de Tupi, en al cuenca de Santos enfrente de la costa brasileña entre Río de Janeiro y el puerto de Santos. Con reservas estimadas en 8 mil millones de barriles, este yacimiento constituyó el descubrimiento de petróleo más importante en los últimos años. El petróleo yace bajo una capa de agua de 2 kilómetros y de 6 kilómetros de roca, arena y sal. Se espera que el yacimiento esté en operación en 2011. Un segundo yacimiento con una capacidad similar al de Tupi fue descubierto en sus cercanías.

Con el descubrimiento de los yacimientos de petróleo de la cuenca de Santos, las perspectivas económicas para Brasil lucen prometedoras y en este punto una comparación con México es inevitable. A diferencia de Brasil, México ha sido por mucho tiempo un país petrolero. En los últimos años, sin embargo, nuestra producción de petróleo ha estado declinando después de alcanzar un máximo en 2004, y a esta baja en producción le atribuye el Gobierno Federal –en forma parcial– los problemas económicos por los que atravesamos. El contraste entre México y Brasil resulta evidente. Mientras que nosotros, a pesar de haber gozado de décadas de ingresos petroleros, no fuimos capaces de descubrir y abrir nuevos yacimientos a la explotación, los brasileños, después de décadas de esfuerzos, están trabajando en la extracción de petróleo en condiciones extremadamente difíciles, empleando métodos que se sitúan en la frontera de la tecnología.

Brasil en estos momentos tiene un futuro promisorio basado, entre otras cosas, en el petróleo que no tenía hace treinta años. Este futuro está simbolizado por la copa del mundo de fútbol que organizará en el año 2014, así como por los Juegos Olímpicos del año 2016 que igualmente organizará. Está también simbolizado por el tren de alta velocidad que tiene planeado construir entre las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo y que espera tener listo para el la copa del mundo de fútbol de 2014. En numerosos artículos y publicaciones se menciona que el “gigante brasileño” está finalmente despertando, después de haber sido por mucho tiempo llamado el “país de futuro”. En el caso de México, en contraste, hay incertidumbre en el futuro económico del país. Entre otros factores, por nuestra falta de previsión en materia petrolera.

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