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Tácticas del fútbol



La dimensión de la copa del mundo de fútbol, que se ha celebrado cada cuatro años desde 1930 –con la excepción de 1942 y 1946 debido a la Segunda Guerra Mundial–, se ha ido incrementando de manera progresiva a partir de su cuarta edición celebrada en Brasil en 1950. Así, de los 13 equipos que participaron en Brasil, se pasó a 16 en Suiza 1954, a 24 en España 1982 y, finalmente, a 32 en Francia 1998. De la misma manera, la copa del mundo, que hasta hace cincuenta años era básicamente una competencia entre países de Europa y América, se ha extendido a países de los cinco continentes. En la presente edición que se está celebrando en Sudáfrica, de un total de 32 países participantes, 11 lo son de África, Asia u Oceanía.

Juntamente con los juegos olímpicos, la copa mundial de fútbol es uno de los eventos de mayor audiencia televisiva tiene a nivel global. En particular, la final de la copa del mundo es el evento deportivo que más audiencia logra en todo el mundo.

Por otro lado, es interesante señalar que, en contraste con su expansión mundial, el fútbol profesional como espectáculo ha ido en declive en el último medio siglo. Esto es cierto si lo medimos por el número promedio de goles –que se supone constituyen la esencia del fútbol– que se han marcado por partido en los diversos campeonatos del mundo. En efecto, encontramos que mientras que en Suiza 1954 se marcaron un promedio de 4.8 goles por partido, en el campeonato del mundo de Italia en 1990 esta cifra fue de solamente 2.2 goles en cada encuentro.

El declive más acusado en el número de goles por partido se dio en los campeonatos de 1958 en Suecia y de 1962 en Chile, cuando descendió de 4.8 goles por encuentro –Suiza 1954–, a 3.6 y 2.8 goles por partido, de manera respectiva. Curiosamente, estos fueron los torneos en los que Brasil obtuvo sus dos primeros campeonatos mundiales, en los que, lejos de ser defensivo, mostró una fuerte vocación ofensiva con jugadores de la talla de Pelé y Garrincha en su línea delantera. En Suecia, por ejemplo, Brasil anotó un total de 16 goles recibiendo solamente cuatro, demostrando que la mejor defensa es, efectivamente, el ataque –siempre y cuando se cuente con jugadores suficientemente buenos, como sobran en Brasil.

A partir del campeonato mundial de Inglaterra en 1966, el número de goles por partido, aunque con altibajos, muestra un claro declive. El número más bajo en este respecto se dio en el campeonato de Italia en 1990, cuando se alcanzó solamente un promedio de 2.2 goles por encuentro, cifra no muy diferente de los 2.3 goles por partido del campeonato de Alemania-2006. En el presente torneo de Sudáfrica no pareciera ser que la situación vaya a mejorar mucho, y hasta el sábado 12 de junio, cuando se han jugado ya 5 partidos, solamente se han anotado 7 goles; es decir, un promedio de 1.4 goles por encuentro.

Tendríamos, entonces, que la expansión del fútbol en todo el mundo no es por el espectáculo que proporciona, sino que, por el contrario, es en cierto modo a pesar del mismo. Pudiera ser incluso que la evolución hacia estrategias defensivas haya incentivado la expansión del fútbol. En referencia al esquema ultra defensivo “Catenaccio”, desarrollado por los italianos, John Bluem en su artículo “Evolución de los sistemas de juego” escribe: “La historia del catenaccio nos dice mucho acerca del desarrollo de las tácticas del fútbol. No hay absolutamente nada positivo acerca de su origen. Fue diseñado no para ganar juegos, sino para evitar perderlos. La Serie italiana A (primera división) ha sido por mucho tiempo una liga desbalanceada, con unos pocos clubes ricos que se llevan todos los honores. En 1947, Nereo Rocco se hizo del Triestina, un pequeño club que apenas sobrevivía. Fue Rocco quién lanzó al catenaccio al mundo del fútbol. Tuvo un inmediato y dramático éxito. En 1948 el Triestina alcanzó el segundo lugar en la liga. Notando el éxito de este equipo, otros clubes italianos empezaron a utilizar el sistema de juego catenaccio”.

De acuerdo con lo anterior, los esquemas defensivos en el fútbol tendrían el efecto de reducir la distancia entre equipos de niveles competitivos diferentes. Con un esquema de este tipo, un equipo técnicamente inferior incrementaría sus posibilidades ante un equipo de más alta calificación. A manera de ejemplo, mientras que en 1961 México fue goleado 8-0 en el estadio Wembley por Inglaterra en partido amistoso, en la confrontación del pasado mayo entre estos dos equipos en el mismo estadio, México fue derrotado solamente por 3-1 –durante el campeonato del mundo de 1966 en Inglaterra, México enfrentó a los ingleses en partido oficial y teniendo fresca la goleada de años antes, el entrenador de nuestro equipo amontonó a tantos jugadores como pudo en la portería, renunciado prácticamente al ataque pero consiguiendo que la derrota fuera solamente por 2-0.

La aparente reducción en distancias entre equipos técnicamente dispares al emplear esquemas defensivos posiblemente haya sido un factor para la difusión que ha experimentado este deporte a nivel profesional en los últimos decenios al crear una ilusión de competencia. En particular, esto ha ocurrido en México, en donde las expectativas sobre las posibilidades de nuestro equipo en la copa del mundo son posiblemente exageradas.

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