El primer laboratorio científico de la historia

Educación temprana



La educación es ciertamente uno de los bienes más valiosos que una persona pueda poseer y que determina en buena medida su calidad de vida. Se piensa, por otro lado, que la educación que un niño recibe en sus primeros años de vida es fundamental para su rendimiento escolar posterior. La pregunta sobre la edad óptima para que un infante inicie su educación formal es entonces de la mayor importancia.

Como resultado de estudios científicos llevados a cabo en las últimas décadas, algunos expertos piensan que la educación formal de los niños debe empezar en el nivel preescolar. En relación a esto, un estudio, publicado el pasado 15 de julio en la revista “Science” por un grupo de investigadores de las universidades de Minnesota y de Misuri en los Estados Unidos encabezados por el psicólogo Arthur Reynolds, muestra que la educación preescolar –impartida a partir de los tres años de edad– puede influir en la calidad de vida adulta en aspectos tales como nivel salarial, consumo de drogas y problemas con la justicia.

Dicho estudio fue realizado en la ciudad de Chicago, Illinois, con un total de 1,539 niños de familias de bajos recursos –mayormente de raza negra–. De éstos, un primer grupo de 989 niños participó en un programa de educación para infantes –Child Parent Center Education Program–, iniciando a los tres años de edad. Dicho programa busca “interactuar con niños y sus padres a una edad temprana a fin de desarrollarles habilidades de lenguaje y autoconfianza, y demostrar que, si se les da la oportunidad, estos niños pueden cubrir de manera exitosa todas las demandas de la actual sociedad tecnológica y urbana”. El programa enfatiza habilidades en lenguaje y en matemáticas y fue impartido por profesores con grado de nivel licenciatura y certificados en educación temprana de niños.

Un segundo grupo de 550 niños del total de 1,539 –que sirvió como referencia– asistió a la escuela solamente a partir del jardín de niños; algunos lo hicieron a tiempo completo y otros a medio tiempo. El objetivo del estudio fue el de averiguar si existía una diferencia en la calidad de vida entre los dos grupos de participantes al alcanzar una edad de 28 años.

Se encontró que éste es el caso. Resultó, por ejemplo, que aquellos niños que gozaron de una educación formal desde los tres años tuvieron un mejor desempeño académico y se graduaron de la escuela preparatoria en un mayor porcentaje, en comparación con aquellos niños que iniciaron su educación en el nivel de jardín de niños. Igualmente, se encontró que al llegar a los 28 años de edad los participantes del primer grupo gozaban de un mejor salario y que un mayor porcentaje de éstos tenía un seguro médico. Una educación más temprana llevó también a un menor consumo de drogas y a menos problemas con la justicia.

No obstante, de acuerdo con Jeffrey Mervis –editor de noticias de “Science”–, si bien los resultados del estudio referido demuestran sin duda el efecto positivo de la educación temprana en el grupo particular de niños estudiados, no es claro que dichos resultados puedan ser extrapolados a otros grupos poblacionales –considera, en particular a las poblaciones blanca y latina–. Dada esta incertidumbre, resulta complicado implementar el programa en gran escala en los Estados Unidos por su alto costo, que alcanza varios miles de dólares por alumno.

El estudio de Reynolds y colaboradores podría ser relevante para nuestro país, que cuenta con un gran porcentaje de población marginada. En México la educación preescolar es obligatoria. Sabemos, no obstante, que la educación primaria y secundaria tiene graves deficiencias –como lo indica el papel poco destacado que han tenido nuestros estudiantes de nivel secundario en la prueba PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que cubre tres áreas de competencia: lectura, matemáticas y ciencias naturales–, de modo que resulta incierto predecir la magnitud del beneficio que la educación preescolar aportará a nuestros niños, y si ésta se acercará al obtenido por Reynolds y colaboradores en condiciones más controladas.

En cualquier caso, ahora sabemos que, dadas las condiciones adecuadas, la población marginada en México podría quizá alcanzar mejores niveles educativos y calidad de vida mediante la educación temprana.

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