El primer laboratorio científico de la historia

Un automóvil extraordinariamente pequeño



¿Cuál es el automóvil más pequeño del mundo? A raíz de que se dispararon los precios del petróleo en la década de los años setenta se ha buscado reducir el consumo de gasolina fabricando automóviles más pequeños y haciéndolos al mismo tiempo cada vez más eficientes. Mediante una búsqueda en Internet nos enteramos que están a la venta –o a punto de estarlo– un buen número de automóviles de pequeñas dimensiones fabricados en Alemania, Japón, Francia, Noruega y los Estados Unidos, ente otros países. Se encuentran automóviles –algunos eléctricos y otros de combustión interna– desde los 2.5 metros hasta los 3.3 metros de largo, con pesos alrededor de los 1000 kilogramos.

El automóvil que se lleva el récord, sin embargo, es el modelo Peel P50, fabricado por una empresa británica entre 1962 y 1965 –paradójicamente, en una época en las que no se tenían demasiadas preocupaciones por el ahorro de gasolina–. El Peel P50 es realmente pequeño: mide 1.3 metros de largo, 1 metro de ancho, 1.2 metros de alto y pesa solamente ¡59 kilogramos! Además, sólo puede transportar a una persona –en una posición nada cómoda, por cierto.

El Peel P50 tiene ventajas. Por su tamaño podemos, por ejemplo, encontrar fácilmente lugar para estacionarlo. Y si no fuera éste el caso, podríamos levantarlo por uno de sus extremos y –como si se tratara de una maleta con ruedas– llevarlo con nosotros a lugar al que vayamos –para ver estas posibilidades, consulte el video de la BBC al respecto que puede ser encontrado en Internet–. En el lado negativo, un automóvil de las dimensiones del Peel P50 resulta peligroso para su ocupante, que puede resultar fácilmente muerto en un accidente de tráfico –sobre todo en ciudades desordenadas como las nuestras–. Esta, quizá, es la razón por la que no tuvo mucho éxito.

Por otro lado, si redefinimos de manera más amplia a un automóvil esencialmente como un vehículo auto propulsado, sin que tenga necesariamente la capacidad de transportar personas, entonces el Peel P50 no es el automóvil más pequeño del mundo. Además, resulta que esta distinción no recae, como podríamos quizá haber esperado, en algún juguete motorizado, sino en un mecanismo sorprendentemente pequeño.

En efecto, en un artículo publicado el pasado 10 de noviembre en la revista “Nature”, un grupo de investigadores de Holanda y Suiza publicaron un artículo en el que describen la fabricación de un automóvil –en el sentido amplio definido anteriormente– formado por una sola molécula. Este increíblemente pequeño automóvil, que cuenta con dos ejes y dos ruedas por eje, tiene dimensiones de sólo 4x2 nanómetros –un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro–. Es, además, eléctrico, como algunos de sus congéneres de tamaño macroscópico.

Para moverse, sin embargo, no usa baterías, sino que funciona con la corriente eléctrica que se le proporciona a través de un alambre metálico terminado en una punta extremadamente afilada. Otra diferencia con sus contrapartes de mayor tamaño es que la corriente eléctrica le debe ser proporcionada de una manera peculiar: por saltos, cada salto produciendo media vuelta en las ruedas. Empleando esta técnica, sus creadores lograron que el nano automóvil avanzara unos 6 nanómetros en línea recta sobre una superficie de cobre.

Hacer que el diminuto automóvil avanzara 6 nanómetros puede ser poco en nuestra escala macroscópica. No lo es, por supuesto, si tomamos en cuenta las extraordinarias dificultades que se presentan para manipular un objeto de tan pequeñas dimensiones y en particular para lograr que las cuatro ruedas se muevan en consonancia a fin de que el automóvil avance en línea recta.

El nano automóvil descrito líneas arriba podría quizá parecer una curiosidad científica, si bien extraordinariamente asombrosa. Lejos de esto, y según los expertos, representa un avance importante en el campo de la nanotecnología, demostrando que es posible desarrollar nano motores capaces de inducir un movimiento sobre una superficie y para los cuales se avizoran muchas aplicaciones en el futuro que ahora sólo pertenecen al campo de la ciencia ficción.

Así, como escribe uno de los autores del artículo de referencia en una publicación anterior: “El motor molecular es un elemento central en las máquinas moleculares y es concebible que estos motores y máquinas jueguen un papel tan prominente en la revolución nano tecnológica del Siglo XXI como aquel que jugaron sus contrapartes macroscópicas –las máquinas de vapor y de combustión interna– al provocar la revolución industrial del Siglo XIX”.

Es decir, a pesar de que los nano automóviles no sean capaces de transportar pasajeros –del tamaño nuestro– es posible que tengan un impacto futuro considerablemente más grande sobre nuestros descendientes que el que han tenido los macro automóviles en el tiempo presente.

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