El primer laboratorio científico de la historia

Funciones ejecutivas y el negocio del futbol



Según informes aparecidos en días pasados en la prensa, un cantante inglés de apellido Gallagher habría llamado “pequeño idiota” al “Chicharito” Hernández, que, como sabemos, juega futbol en Inglaterra. Esto aconteció durante en una entrevista concedida a una cadena televisiva en México. Aparentemente, para Gallagher la traducción de “chicharito” es “pequeño idiota” y de ahí su comentario.

No es claro si el cantante de marras de plano desconoce nuestro idioma o si sus declaraciones fueron debidas a que es fanático del equipo de futbol Manchester City, que es acérrimo rival del Manchester United –para el que juega el Chicharito–. Lo que sí es claro es que están en línea con el estereotipo que se tiene de un jugador de futbol, el cual no tendría como característica distintiva a su inteligencia.

A pesar del estereotipo, no obstante, hay jugadores de futbol a los que difícilmente podríamos tachar de poco inteligentes. Un ejemplo es Pelé, considerado por muchos el mejor jugador del mundo en toda la historia, que ha tenido una exitosa carrera después de retirarse como futbolista, que lo llevó incluso a ser ministro de deportes de Brasil.

Tenemos, por supuesto, también ejemplos en sentido contrario. Este es el caso de Garrincha, el mejor extremo derecho que ha existido jamás, campeón del mundo con Pelé en 1958 y 1962 –y que fue, además, extraordinario por muchas otras razones–, que murió en la miseria, alcoholizado y a la edad temprana de 49 años.

En todo caso, individualidades aparte, los comentarios de Gallagher no coinciden con un estudio publicado el pasado 4 de abril en la revista electrónica PLoS por investigadores de universidades suecas. En dicho estudio se concluye que el éxito de un jugador de futbol depende en buena medida de su capacidad cerebral –además, por supuesto, de sus habilidades físicas para este deporte–. De manera específica, depende de lo que se conoce como funciones ejecutivas, localizadas en el lóbulo frontal del cerebro, y las cuales se piensa están relacionadas con algunos aspectos de la inteligencia.

Según los expertos, las funciones ejecutivas se encargan de regular pensamiento y acción en situaciones no rutinarias. En el caso de un futbolista, le permiten evaluar la situación en el campo de juego en un determinado momento, y en función de dicha evaluación tomar una decisión sobre correr, pasar la pelota o disparar a gol, entre otras opciones. Esto, además, tiene que hacerse rápidamente.

El estudio de referencia se llevó a cabo con 57 futbolistas profesionales de ambos sexos, de equipos suecos tanto de la primera división como de divisiones inferiores. Se cuidó que no hubiera diferencias significativas ni en edad ni en nivel de educación entre los diferentes grupos de participantes.

En la primera parte del estudio, a los futbolistas se les aplicaron pruebas para cuantificar sus funciones ejecutivas, Dichas pruebas consistían en unir con una línea, bajo presión de tiempo –60 segundos–, todos los puntos dentro de un cuadrado. El ejercicio debía repetirse un cierto número de veces y la solución en cada caso tenía que ser diferente a las anteriores. De este modo, el participante estaba forzado a recordar cada vez todas las soluciones que ya había ideado y a discurrir una nueva. El ejercicio simulaba así las condiciones que el futbolista afronta en el campo de juego.

El resultado del estudio fue que los jugadores de la primera división obtuvieron calificaciones promedio significativamente más altas que aquellas de los jugadores de divisiones inferiores. Además, se encontró que las calificaciones de ambos grupos de futbolistas profesionales eran más altas que las de la población en general.

En una segunda parte del estudio se hizo un seguimiento por dos años del desempeño de los jugadores en sus respectivos equipos; específicamente, se llevó un conteo del número de goles que cada uno anotó, así como de las asistencias para gol que realizó. Se encontró que los puntos obtenidos por cada jugador estaban en relación directa con sus calificaciones en las pruebas. La conclusión fue que es posible predecir el éxito futuro de un futbolista por medio de una prueba que cuantifique sus funciones ejecutivas.

En base a esta conclusión, los autores del artículo comentan que sus resultados tienen relevancia para el mercado de futbolistas, pues, en base a una medición será posible determinar en qué medida tendrá éxito en el futuro un determinado jugador.

Pelé y Garrincha, como muchos de sus contemporáneos, desarrollaron su carrera futbolística básicamente en Brasil. En contraste, hoy en día el futbol como negocio ha avanzado considerablemente y el traspaso de futbolistas sudamericanos –e incluso mexicanos– hacia equipos europeos es algo común. El mercado del futbol ha crecido tanto que frecuentemente nos enteramos de fichajes de futbolistas por cantidades exorbitantes, que se acercan, e incluso superan, los cien millones de dólares. En este sentido, los resultados del estudio de referencia pueden ciertamente llegar a ser significativos.

En tanto eso sucede, podemos señalar que muy probablemente los juicios expresados sobre el Chicharito son equivocados, y que el desafortunado fin de Garrincha no debe ser indicativo de su desarrollo cerebral.

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