El primer laboratorio científico de la historia

Sugerencia para la fiesta de fin de año



¿Cuál es el mejor remedio para una cruda? Para algunos, ésta debe ser, sin duda, una pregunta de gran relevancia en estos días de fiestas decembrinas. Esta pregunta, por otro lado, no está huérfana de respuestas. Por el contrario, al igual que en el caso de las dietas para bajar de peso, existen numerosas recetas para aliviar las consecuencias de la fiesta de la noche anterior.

Entre los remedios más socorridos en nuestro país se encuentran: un plato de menudo, unos chilaquiles bien picosos, y una sopa de camarón igualmente picosa. Una búsqueda rápida en internet nos arroja otras opciones: el jugo de naranja o de tomate, la miel con limón, una comida ligera –pan tostado–, o grasosa –sándwich de tocino–, la aspirina, el Alka Seltzer, el jengibre y el café, por mencionar sólo algunas pocas recomendaciones.

Aunque de poco valor práctico, en internet se encuentran también recetas exóticas: ciruelas en escabeche, te de excremento de conejo o de cuerno de rinoceronte, ojos de borrego en conserva mezclados con jugo de tomate, y canarios fritos.

Otro grupo de recetas están basadas en la premisa según la cual, para no sufrir una cruda o resaca no hay que dejarla llegar, combatiéndola con más alcohol. Los especialistas, sin embargo, desaconsejan esta práctica. Por lo demás, a menos que se tenga la intención de permanecer borracho de manera indefinida, la resaca llegaría más tarde o más temprano.

Las recetas anteriores son para cuando la cruda ya ha llegado. Para prevenirla, como primera opción se recomienda abstenerse de beber alcohol –lo que indudablemente resulta inoperante en un buen número de casos–. Otras recomendaciones menos drásticas son: beber con el estomago lleno, hacerlo lentamente –un trago por hora– a fin de que el hígado alcance a procesar el alcohol ingerido, comer un plátano antes de empezar a beber, o tomar un vaso de agua entre trago y trago.

A pesar de la gran cantidad de remedios para aliviar la resaca que podemos encontrar a nuestro alrededor, en un artículo publicado en 2005 en la revista “British Medical Journal” por un grupo de investigadores de la Universidades de Exeter y Plymouth en Gran Bretaña, encabezados por Max Pittler, se concluye que no existen evidencias convincentes de que alguna de ellas sea realmente efectiva.

En dicho artículo se hace un estudio de la literatura científica existente sobre las propiedades anti-cruda de diferentes sustancias y se encuentra que si bien hay indicaciones que algunos productos pudieran ser efectivos –como el aceite gama linoléico extraído de la borraja–, es necesario llevar a cabo más investigaciones para confirmarlo.

En relación a este último punto, un estudio publicado por científicos coreanos en el año 2009 en la revista “Journal of Food Science”, encuentra que los espárragos son un medio efectivo para las crudas. Los investigadores encontraron que los aminoácidos y minerales que contienen estas plantas ayudan a proteger al hígado de los efectos del alcohol, al mismo tiempo que aceleran su metabolización. Además, encontraron que la concentración de estas sustancias es mayor en las hojas que en el tallo de los espárragos, que normalmente son desechadas.

De este modo, a la comida tradicional de fin de año el próximo 31 de diciembre habría que añadir los espárragos, con la esperanza de que trabajen a favor de aquellos que beben a razón de más de un trago por hora, y puedan así disfrutar, en condiciones razonables, del primer día del año.

Por otro lado, si bien una cruda de principio de año afecta a la economía de manera solamente relativa por ser el 1 de enero un día feriado, las múltiples resacas a lo largo del año tienen efectos apreciables sobre la misma. En este respecto, Pittler y colaboradores escriben que el abuso del alcohol le cuesta anualmente a la economía estadounidense entre 12,000 y 30,000 millones de dólares. Encontrar una cura efectiva para las crudas –como alegan haberlo hecho los investigadores coreanos– tiene entonces una importancia económica considerable.

Pittler y colaboradores se refieren también a los aspectos éticos asociados al desarrollo de remedios para la resaca, por la posibilidad de que esto pueda incentivar el consumo de alcohol. Consideran, no obstante, que existe poca evidencia de que los efectos de las crudas, por más devastadores que sean, inhiban el consumo de alcohol.

Esto último es sin duda cierto, al menos en una mayoría de casos. Tanto así que al muy conocido dicho “Dios mío, si en la borrachera te ofendo, con la cruda me sales debiendo”, lo tomamos de una manera más que festiva.

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