El primer laboratorio científico de la historia

Un misterio en vías de aclaración



Si tuviera 50 dólares de sobra y no supiera que hacer con ellos, una posibilidad es que los invierta en la adquisición de un “círculo de hadas” de Namibia. Esta cantidad no es excesiva y habrá quién esté dispuesto a considerar la compra; a reserva, por supuesto, de averiguar más detalles acerca de la misma.

Hay que aclarar en primer lugar que los 50 dólares no le dan derecho a llevarse el círculo a su casa, sino solamente a adoptarlo. De hecho, no sería práctico transportarlo desde Namibia, país situado en la costa occidental de África, pues estos círculos tienen un diámetro de entre 2 y 15 metros –además de un peso considerable.

Si bien esto puede resultar decepcionante, hay que considerar que sus 50 dólares se canalizarán al fondo de conservación de la reserva natural Namibrand en Namibia. La inversión no tendría entonces una motivación materialista, sino que en buena medida constituiría una acción altruista destinada a la conservación del medio ambiente. Recibiría, eso sí, las coordenadas GPS de su círculo para que le pueda echar un ojo con Google Earth.

Los círculos de hadas o círculos encantados pueden ser observados a lo largo de una estrecha franja de 2,000 kilómetros en el desierto de Namibia que se extiende, desde Angola hasta Sudáfrica. El área central de dichos círculos, de forma aproximadamente circular, esta desprovista de vegetación y muy comúnmente está delimitada por una franja de hierba alta. Los círculos de Namibia, -con una densidad entre 11 y 47 círculos por hectárea- se destacan claramente sobre la superficie del desierto que cubierta por hierba más baja que la de la periferia del círculo. Desde el aire la impresión que se obtiene es la de una superficie salpicada de cráteres.

El origen de los círculos encantados ha constituido un misterio. Para los habitantes del lugar son obra de los dioses. Para algunos aficionados a las explicaciones esotéricas es irresistible asociarlos a visitantes extraterrestres. De acuerdo a los especialistas científicos, sin embargo, los círculos encantados deben tener una explicación más de este mundo.

Las investigaciones científicas sobre el origen de los círculos de hadas de Namibia se iniciaron hace cuatro décadas y al respecto se han aventurado muchas hipótesis. En un caso se han atribuido a emanaciones de gases venenosos de origen natural que impiden el crecimiento de hierba en el centro de los círculos. En otro caso se han achacado a sustancias radiactivas que estarían presentes de manera igualmente natural. En otro caso más, se le ha asociado a colonias de termitas u hormigas que se alimentan de las raíces de las plantas. Ninguna de esta hipótesis, sin embargo, ha podido ser comprobada de manera convincente y el origen de los círculos encantados ha constituido un misterio.

Uno de los investigadores que se ha empeñado en develarlo es el biólogo Walter Tschinkel de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee. Comparando fotografías de satélite tomadas a lo largo de cuatro años, Tschinkel descubrió que los círculos de Namibia no permanecen estáticos sino que están “vivos”, en el sentido que nacen, se desarrollan y con el tiempo desaparecen. Tschinkel determinó que el tiempo promedio entre la aparición y la desaparición de un círculo es alrededor de 50 años. No pudo encontrar, sin embargo, una explicación satisfactoria para el origen de los círculos encantados, que siguió envuelto en el misterio.

Norbert Juergens de la Universidad de Hamburgo, en un artículo publicado esta semana en la revista “Science”, asegura haber finalmente develado el misterio. Según Juergens, las culpables son las termitas que devoran las raíces de las plantas en el centro del círculo y les impiden crecer.

Como se sabe, las termitas necesitan de humedad para sobrevivir. Los círculos de hadas se localizan en una región con una muy baja precipitación pluvial en el que las plantas absorben la escasa lluvia y le impiden llegar hasta los termiteros. Esto no sucede, sin embargo, en las regiones libres de vegetación de los círculos encantados. Ahí la lluvia permea la tierra y es retenida bajo la superficie proporcionando humedad a las termitas.

Por otro lado, por la humedad relativamente alta en el centro del círculo, la hierba en la periferia encuentra condiciones favorables para crecer y alcanza una altura mayor que aquella fuera del círculo. Además, en épocas de sequía, las termitas se alimentan con las raíces de la hierba periférica, lo que provoca el crecimiento de los círculos observado por Tschinkel.

Si bien para los no expertos la explicación ofrecida por Juergens luce coherente, como es lo usual no todos los especialistas están de acuerdo en que el misterio de los círculos encantados hubiera sido finalmente develado. Tschinkel, en particular, en declaraciones recogidas por “Science”, señala que Juergens no ha demostrado que las termitas sean efectivamente las culpables de la ausencia de hierba en el centro de los círculos encantados. De este modo, tal parece que el misterio de los círculos de Namibia sobrevivirá por algún tiempo más.

Por otro lado, cuando el misterio se aclare, es posible que los círculos de hadas de Namibia pierdan el encanto que les da precisamente el halo de misterio que los envuelve. Entrarían así a la categoría de fenómenos naturales, con una explicación también natural y por tanto de este mundo.

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