Hogar, dulce hogar

Viajero de largo aliento



Hace cinco millones de años un asteroide hizo impacto con la superficie de Marte, lanzando rocas al espacio que escaparon a la gravedad del planeta. Una de estas rocas penetró hace algunos miles de años a la atmósfera de la Tierra y, por el rozamiento con la misma, se fragmentó en varios pedazos. Los fragmentos cayeron en el Sahara Occidental, en una región políticamente inestable bajo el control de facto de Marruecos; control que no es, sin embargo, reconocido por la ONU. El meteorito ha llegado a ser famoso y es conocido como “Black Beauty” (belleza negra) por su color.

Los buscadores y comerciantes de meteoritos han logrado recuperar fragmentos de “Black Beauty” que en total pesan unos dos kilogramos. De acuerdo con un artículo aparecido esta semana en la revista “Science”, dos tercios de estos dos kilogramos están en poder de Jay Piatek, un médico propietario de una clínica para adelgazar en Indianápolis, Indiana. Piatek habría adquirido dichos fragmentos de comerciantes marroquíes de meteoritos.

“Black Beauty” no es el primer meteorito marciano que ha encontrado el camino hasta nuestro planeta. Los expertos, no obstante, consideran que constituye un caso aparte, por la importancia científica que tiene para elucidar la historia geológica de Marte. “Black Beauty” está formado por pequeños guijarros aglutinados en una matriz de granos más finos. Munir Humayun, de la Universidad Estatal de Florida, arguye en un artículo publicado en la Revista “Nature” en noviembre de 2013, que la edad de “Black Beauty” –o al menos de algunas partes que lo forman– es de unos 4,400 millones de años. Esto implicaría que “Black Beauty” proviene de una época temprana en la historia geológica de Marte. Constituiría, además, el meteorito marciano más antiguo que ha arribado a nuestro planeta.

La fama de “Black Beauty” ha rebasado incluso las fronteras científicas y un fragmento del mismo, con dimensiones 4.4x3.6x2 cm y un peso de 28 gramos, fue puesto este mes de noviembre en subasta por la casa Christie´s. Según esta casa de subastas, se espera que el meteorito se venda por una cantidad que oscile entre 75,000 y 100,000 dólares; es decir, podría alcanzar un valor de hasta unos 3,500 dólares por gramo, que es casi 100 veces el precio de un gramo de oro. Según algunas fuentes, no obstante, en el mercado de coleccionistas el precio por gramo de “Black Beauty” podría alcanzar los 10,000 dólares.

¿Por qué están seguros los expertos que “Black Beauty” procede de Marte? De no haber certeza en este respecto cabría la posibilidad de que aquel que adquiera en subasta el pedazo de meteorito en realidad se haga de una piedra sin valor –aunque habría que reconocer que esto carece de importancia, excepto, por supuesto, para el afectado–. Ciertamente, el meteorito no llegó a la Tierra con una etiqueta de hecho en Marte, planeta que se encuentra, por lo demás, a una distancia promedio de más de 200 millones de kilómetros.

Para contestar la anterior pregunta tenemos que considerar primeramente que las afirmaciones científicas nunca son absolutas y que de ningún modo deben tomarse como definitivas. Todo lo contrario, las teorías e hipótesis científicas son modificables a la luz de nuevos resultados o mediciones. En el caso de “Black Beauty”, sin embargo, existen evidencias razonables de que tiene un origen marciano.

Esto fue primero reconocido por Carl Agee de la Universidad de Nuevo México en un artículo publicado en la revista “Science” en febrero de 2013. Agee midió las concentraciones de manganeso y hierro en el meteorito y encontró que estas no coincidían con las concentraciones respectivas de las rocas terrestres, pero sí con las de las marcianas. Midió también el contenido de deuterio –una versión pesada del hidrógeno– en el agua atrapada en el meteorito y encontró que es similar al que se encuentra en el agua de Marte.

Carl Agee había primeramente calculado que la edad de “Black beauty” es de unos 2,200 millones de años. Esta cifra fue revisada por Munir Humayun quien la extendió hasta los 4,400 millones de años citados anteriormente. Agge había también postulado que el meteorito se originó en una erupción volcánica, lo cual fue también fue revisado por Humayun quién le atribuyó un origen sedimentario. Esto, de acuerdo con dicho investigador, es importante desde el punto de vista de la búsqueda de vida en Marte, pues dado su origen sedimentario, el meteorito pudo haberse formado en presencia de agua.

De acuerdo con los expertos, vistas las coincidencias con las rocas marcianas investigadas por las sondas norteamericanas enviadas a la superficie de Marte, “Black Beauty” constituye un importante objeto de estudio que podría arrojar luz sobre el pasado geológico de Marte y eventualmente sobre la posible existencia de vida en un pasado remoto. A un costo, además, que es una fracción minúscula del costo que representa el envío de sondas para explorar la superficie de nuestro planeta vecino. Al mismo tiempo que asegura la inversión de aquellos que poseen un pedazo de Marte llegado a la Tierra en un viaje interplanetario de cinco millones de años.

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