El primer laboratorio científico de la historia

Alianza fatal



Como es sabido, la conquista española de México hace 500 años tuvo un efecto devastador sobre la población nativa que se vio reducida en un 90% en el curso de un siglo. Esto, debido al maltrato y a las condiciones insalubres que los conquistadoresimpusieron a los indígenas,pero sobre todo por las enfermedades que los primeros importaron a México y para las cuales los nativos no tenían inmunidad biológica. Las enfermedades infecciosas importadas por los españoles, en forma particular la viruela, han sido parcialmente responsabilizadas por la caída de Tenochtitlán en manos de Cortés.

Y lo que ocurrió en México, consignado en relatos de la época, tuvo contrapartes a lo largo de todo el continente americano.

Un artículo aparecido esta semana en la revista “ScienceAdvances” echa un vistazo a la catástrofe poblacional que sufrió nuestro continente con la conquista europea desde un punto de vista novedoso: el que nos ofrece la genética poblacional. Dicho artículo fue publicado por un grupo internacional de investigadores de Australia, Estados Unidos, Perú, México, Bolivia, Chile y Argentina, encabezados por Bastien Llamas de “TheUniversity of Adelaide”, Australia.

En el artículo de referencia, Llamas y colaboradores reportan un estudio genético mitocondrialllevado a cabo con92 momias yesqueletos, con antigüedades entre los 500 y los 8,600 años, provenientes de sitios arqueológicos en Perú,los Estados Unidos, México, Bolivia, Chile y Argentina. Se sabe que el ADN mitocondrial se hereda solamente a través de la madre –es decir que la información genética heredada no se mezcla con la del padre– y esto abre una ventana para reconstruir la historia genética de restos antiguos por la vía materna. En el caso reportado por Llamas y colaboradores,el ADN mitocondrial permitió vislumbrar la historia genéticade los esqueletos estudiados,remontándose en el tiempo hasta el momento en el que el primer grupo de pobladores de América inició su viaje hacia el Nuevo Mundo y se aisló de otros grupos en Siberia .

De manera adicional, la técnica de ADN mitocondrial permite determinar cuando fue que grupos humanos que han permanecido aislados por largo tiempo tuvieron un ancestro común, y en este sentido, Llamas y colaboradores concluyen que los grupos a los que pertenecían los individuos cuyos esqueletos fueron estudiados compartieron un ancestro en Siberia hace unos 18,000-25,000 años.

La opinión prevaleciente entre los expertos es que los primeros pobladores de América cruzaron desde el extremo este de Siberia hacia Alaska, a través de Beringia, el puente de tierra que se formó entre Asia y América durante el último periodo glacial. Hasta hace unos 16,000 años, sin embargo, las capas de hielo que cubrían el norte del continente americano impidieron el tránsito hacia el sur, de modo que Bastien y colaboradoresespeculan, en base a sus resultados,que los primeros pobladores de América podrían haber quedado aislados en el este de Beringia hasta por 9,000 años, antes de que el retroceso del hielo les permitiera viajar hacia el sur, posiblemente por una ruta marítima a lo largo de la costa del pacífico.

Por otro lado, según escriben Bastien y colaboradores“todos loslinajes mitocondriales antiguos detectados en este estudio están ausentes en los grupos de la actualidad, lo que sugiere una gran velocidad de extinción”. Los investigadores concluyen que un análisis de sus datos apoya un escenario en el cual la colonización europea causó una perdida sustancial de linajes precolombinos. El estudio genético de Llamas y colaboradores coincide de este modo con las historias de catástrofe poblacional en el continente americano en el siglo XVI.

La situación que se dio en el mundo hace 500 años, en el que una porción del planeta que estuvo aislada por algo así como 20,000 años fue invadida y apabullada por otra porción más avanzada tecnológicamente, fue inédita y no se vislumbra que pueda repetirse en un futuro previsible. Para esto tendríamos que esperar por un tiempo indeterminado hasta que se descubran otros mundos fuera del sistema solar que podamos conquistar –si no es que nos conquistan antes a nosotros.

Al margen de lo anterior,podríamos preguntarnos qué hubiera sucedido con la conquista del Nuevo Mundo si los microbios en lugar de ayudar a los españoles hubieran estado del lado de los nativos americanos. Así como estuvieron del lado de los terrícolas en la novela de H.G. Wells “La guerra de los mundos”. Esto habría balanceado la superioridad tecnológica de los conquistadores. No fue así, sin embargo, con el resultado conocido. O sea, que se cumple el dicho según el cual al perro más flaco se le cargan las pulgas.

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