El primer laboratorio científico de la historia

Coincidencias navideñas



Estamos inmersos una vez más en uno de los ya tradicionales puentes Guadalupe-Reyes, en los que el país se semiparaliza por casi un mes. Durante este periodo los mexicanos disminuimos de manera considerable -o de plano interrumpimos- el ritmo de trabajo y entramos en modo de fiesta – el cual es activado en algunos casos incluso antes del inicio formal del puente-. Ya encarrerados, celebramos comidas y cenas de fin de año, una semana entera de posadas, y sendas cenas de Navidad y Año nuevo, entre otras actividades. Rematamos el 6 de enero con una rosca de reyes y con esto volvemos a nuestras actividades normales. Como corolario, sin embargo, y quizá resistiéndonos un poco a perder el ambiente festivo, aquel que resulta agraciado con un muñeco al partir la rosca de reyes debe ofrecer una tamalada el 2 de febrero.

Cabe preguntarse, sin embargo, si ralentizar la actividad de país por un mes al año sea recomendable dada nuestra situación de país subdesarrollado. En este contexto, y tomando en cuenta que la ciencia -y la tecnología que de la misma se deriva- ha sido y es un elemento central para el desarrollo de los países a lo largo del último siglo, nos propusimos averiguar qué descubrimientos científicos de gran trascendencia se han llevado a cabo alrededor de las fiestas decembrinas.

Uno de estos descubrimientos fue el del transistor, cuyo funcionamiento fue demostrado por John Bardeen, Walter Brattain y William Shockley el 23 de diciembre de 1947 en los Laboratorios Bell de la compañía de telecomunicaciones AT&T en Nueva Jersey, Estados Unidos. Bardeen, Brattain y Shockley formaban un grupo de trabajo en dicho laboratorio. El transistor demostrado antes de la Navidad de 1947, sin embargo, fue desarrollado solamente por Bardeen y Brattain sin la colaboración de Shockley. Este último se consideraba a sí mismo el verdadero cerebro del grupo y, tocado en su orgullo profesional, terminó fuertemente disgustado por la situación. En estas condiciones, se encerró después de la demostración del transistor en un cuarto de hotel para trabajar intensamente por varias semanas en el desarrollo conceptual de un transistor que superara en características al inventado por Bardeen y Brattain.

Con gran éxito por lo demás, al grado que las ideas desarrolladas por Shockley han sobrevivido hasta la actualidad. El transistor ha sido considerado el mayor descubrimiento tecnológico del siglo XX, que ha tenido enormes consecuencias para el desarrollo de la electrónica tal como la conocemos. Por sus descubrimientos, a Shockley, Bardeen y Brattain le fue concedido en 1958 el premio Nobel de Física.

Otro descubrimiento asociado a la Navidad es del de la desintegración del átomo llevado a cabo por Lise Meitner y Otto Frisch. Meitner fue una investigadora austriaca de origen judío que, huyendo del régimen nazi se había refugiado en Estocolmo. Ahí, poco antes de la Navidad de 1938 recibió desde Berlín una carta de Otto Hahn -con quien había colaborado en el pasado- en el que le relataba los resultados de un experimento en el que había logrado producir átomos de bario a partir de bombardear átomos de uranio con neutrones. Hahn no podía interpretar los resultados de sus experimentos por lo que consultó a Meitner al respecto.

La carta de Hahn coincidió con la visita de Otto Frisch, sobrino de Meitner, a Estocolmo. Frisch había viajado a esa ciudad para visitar a Meitner con motivo de la Navidad. Meitner y Frisch discutieron sobre los resultados de los experimentos de Hahn y llegaron a la conclusión correcta: al bombardear Hahn con neutrones los átomos de uranio los había desintegrado, generando en el proceso una cantidad de energía sin precedentes. Como sabemos, este descubrimiento tuvo enormes consecuencias, desde la fabricación de las bombas atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki, hasta la construcción de reactores nucleares para la generación de energía eléctrica. Además, por supuesto, de la Guerra fría que tuvo por décadas al mundo en vilo por el peligro de una guerra atómica a nivel global.

Transistores y fisión atómica son dos de los descubrimientos más trascendentes del siglo XX. Ambos fueron llevados a cabo alrededor de la Navidad por investigadores inmersos en su trabajo. No podemos esperar, por supuesto, que hubiera una conexión directa entre la Navidad y dichos descubrimientos, los cuales ocurrieron en el momento preciso dictado por el avance de las investigaciones, independientemente de una fecha particular. Lejos de esto, podríamos quizá entender la coincidencia temporal de los descubrimientos del transistor y de la fisión atómica con la Navidad, en términos de la madurez intelectual de los países que posibilitaron dicha coincidencia. Madurez que estamos obligados a perseguir como país y que, ciertamente, no tiene puntos de contacto con el puente Guadalupe-Reyes.

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