El primer laboratorio científico de la historia

Días por venir



El pasado miércoles 8 de abril se levantó la cuarentena en la ciudad de Wuhan que había permanecido aislada desde el pasado 23 de enero. Algunos especialistas, sin embargo, expresan preocupación por la posibilidad de que aquellos que abandonan la ciudad y que son portadores asintomáticos del virus, provoquen brotes de la enfermedad en otras ciudades chinas. A su debido tiempo, y en la medida en que superen la epidemia, otros lugares del mundo enfrentarán peligros similares.

Idealmente, con el fin de prevenir una segunda oleada de la epidemia, y en ausencia de vacunas o tratamientos médicos para combatir la enfermedad, las medidas de distanciamiento social tendrían que mantenerse hasta que el porcentaje de personas inmunes -por haberse ya infectado y recuperado- alcance un valor que los expertos estiman alrededor del 70%. Al alcanzarse este porcentaje, el virus solo podría infectar al 30% restante y esto sería insuficiente para mantener la epidemia. Así, idealmente, sería necesario determinar el grado de inmunidad de una población antes de declararla libre del peligro del COVID-19, y esto es algo que apenas está tomando forma.

Una idea del grado de inmunidad alcanzado por las poblaciones afectadas por la epidemia nos lo da un estudio hecho público por un grupo de investigadores encabezado por Hendrik Streeck de la Universidad de Bonn. Dicho estudio -que no ha sido todavía publicado formalmente, sujeto a una evaluación por pares- fue llevado a cabo con pobladores del pueblo alemán de Gangelt, de aproximadamente 12,000 habitantes, situado en la frontera con Holanda. El estudio de referencia fue publicado en línea el pasado 9 de abril en el sitio de red del estado de Renania del Norte-Westfalia.

De acuerdo con Streeck y colaboradores, el inicio de la epidemia de COVID-19 en Ganglet habría ocurrido durante las celebraciones de carnaval el pasado 15 de febrero, durante las cuales hubo más de una ocasión para la trasmisión del virus. De hecho, se sabe que después del carnaval varias personas resultaron positivas al COVID-19, y con el tiempo todo Ganglet resultó fuertemente afectado por la epidemia.

El estudio llevado a cabo por Streeck y colaboradores tuvo como propósito determinar el nivel de infecciones que priva en la actualidad en Ganglet, así como el porcentaje de personas que son inmunes. Para este propósito, los investigadores entrevistaron y tomaron muestras de la garganta de aproximadamente 1,000 personas de 400 hogares. En su artículo, reportan resultados obtenidos con 500 personas.

Streeck y colaboradores encontraron que un 2% de las personas estudiadas estaban infectadas con el virus, mientras que un 14% portaban anticuerpos que indicaban que habían estado expuestos previamente al virus, algunos con síntomas de la enfermedad y otros asintomáticos. De manera interesante, encuentran que la tasa de mortalidad, basada en el número total de personas infectadas, es de 0.37%. Hacen notar que este porcentaje es cinco veces menor que el 1.98% estimado para Alemania por la Universidad Johns Hopkins y lo explican porque en sus cálculos están incluyendo el número total de infectados, graves, leves y asintomáticos.

De lo anterior, Streeck y colaboradores concluyen de manera preliminar que un 15% de la población de Ganglet es inmune al virus del COVID-19 y ya no podría enfermarse. Si bien este porcentaje está lejos del 70% necesario para extinguir la expansión de la epidemia, de acuerdo con los investigadores reduce en un grado apreciable la velocidad con que avanza el virus. De este modo, en condiciones controladas y con reglas de higiene adecuadas -sin carnavales u otros eventos masivos que se sabe han catapultado el avance de la epidemia-, consideran que será posible abolir cuarentenas y darle vuelta a la hoja.

Habría que mencionar, no obstante, que algunos especialistas no están de acuerdo en que la presencia de anticuerpos garantice inmunidad a la enfermedad, y en este escenario las conclusiones de Streeck y colaboradores pierden sustento. Esperemos a los días por venir y crucemos los dedos porque no sea el caso.

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