El primer laboratorio científico de la historia

Recurso tecnológico



Al igual que la revista “Science” en retrospectiva hizo un análisis de los avances científicos del año que acaba de terminar, en su último número nos da también sus predicciones sobre lo que considera serán los principales avances científicos del año que acaba de comenzar. Y entre estos avances, de manera poco sorprendente, la revista incluye dos aspectos relativos a la pandemia de coronavirus.

Por un lado, considera “Science” que el equipo de diez científicos auspiciado por la Organización Mundial de la Salud que visitará China varias veces a lo largo del presente año, logrará desentrañar el misterio relativo al origen de la pandemia de coronavirus, lo que sin duda será de gran importancia para prevenir otras pandemias en el futuro.

Por otro lado, anticipa “Science” que otro descubrimiento científico de primera importancia en 2021 será el desarrollo de medicamentos específicos para el tratamiento del Covid-19, los cuales serán esenciales dado que en el futuro el virus será endémico. En la actualidad, para atacar a esta enfermedad se emplean antivirales que han sido desarrollados para el tratamiento de otras enfermedades con resultados limitados.

Por lo demás, en tanto aparecen los nuevos medicamentos, y dado que vacunar a los miles de millones de habitantes del planeta Tierra no es algo que ocurrirá el día de mañana, habría que seguir con todas las precauciones recomendadas por los especialistas para amortiguar la propagación del virus. Relativo a esto, se sabe que una persona puede infectarse por la inhalación de partículas contaminadas flotando en el aire, o bien al recoger virus con las manos de una superficie contaminada y tocarse posteriormente los ojos, la nariz o la boca.

Con relación a esta última vía de infección, la misma puede suprimirse lavando de manera frecuente las superficies contaminadas con agua y jabón. Es posible también descontaminar superficies de virus por medio de luz ultravioleta. Como sabemos, esta luz -invisible para nosotros- es una forma de radiación electromagnética que está más allá del color violeta del arco iris, al igual que la luz infrarroja, en el otro extremo del arco iris, está más allá del color rojo. La luz ultravioleta es más energética que la luz visible y por irradiación puede dañar diferentes componentes del coronavirus e inactivarlo.

La desinfección por medio de luz ultravioleta no es algo nuevo y ha sido practicada ya por varias décadas. Hoy en día, sin embargo, existen nuevas fuentes de luz ultravioleta que, de acuerdo a un artículo aparecido esta semana en la revista “Photochemistry and Photobiology”, resultarían particularmente adecuadas para desinfectar superficies contaminadas por coronavirus. El artículo fue publicado por un grupo de investigadores encabezado por Yoram Gerchman de la Universidad de Haifa en Israel, y en el mismo reportan los resultados de un estudio llevado a cabo para evaluar el uso de fuentes LED de luz ultravioleta para inactivar el coronavirus del Covid-19.

Habría que mencionar que las primeras fuentes de luz LED aparecieron en la década de los años 60 del siglo pasado, primeramente, como fuentes de luz infrarroja y después de luz roja y verde. Posteriormente, en los años noventa de ese siglo, se desarrollaron los LEDs azules y con estos los LEDs blancos que iniciaron una revolución en el campo de la iluminación.

Una extensión de la tecnología de los LEDs azules ha llevado al desarrollo de los LEDs ultravioleta que ahora Gerchman y colaboradores afirman pueden ser usados para desinfectar superficies de manera rápida y eficiente; por ejemplo, para desinfectar el aire que es inyectado en los sistemas de aire acondicionado y de esa manera limpiar el aire en espacios cerrados.

De manera rápida, además, pues en su estudio, los investigadores encuentran que el 99.9 por ciento de los virus pueden ser destruidos en medio minuto por irradiación con LEDs ultravioleta. En cuando a su costo, los LEDs, compiten favorablemente con las fuentes de luz ultravioleta convencionales.

Gerchman y colaboradores, por otro lado, hacen notar que la luz ultravioleta es peligrosa y que su manejo debe ser cuidadoso. No sería adecuada, por ejemplo, para desinfectar la mesa del comedor o la perilla de la puerta por una persona no experta en su manejo –como no lo sería tampoco para desinfectar el interior del cuerpo, como el presidente de los Estados Unidos lo sugirió en una ocasión.

Si bien con la aparición de las vacunas podemos ver una luz al final del túnel, habría que reconocer que la solución a nuestros problemas no es inminente. Y en ese sentido, Gerchman y colaboradores nos ofrecen un recurso tecnológico para ayudarnos a paliar la crisis. Recurso que, después de que termine la pesadilla, nos ayudará a prevenir la siguiente.

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