El primer laboratorio científico de la historia

No todo lo que brilla es oro



Una de las noticias de la semana fue el fallecimiento de Bernard Lawrence Madoff -mejor conocido como Bernie Madoff- en una prisión del estado de Carolina del Norte. Madoff, que contaba con 82 años al morir, recibió en 2009 una sentencia de 150 años en prisión por haber estafado algo así como 20,000 millones de dólares a miles de inversionistas, quienes le confiaron sus capitales con la promesa de obtener rendimientos por arriba de los que ofrecía el mercado. Al final resultó que el esquema de Madoff era fraudulento y que no solamente las supuestas ganancias -unos 40,000 millones de dólares- eran inexistentes, sino que los capitales invertidos estaban en riesgo de perderse.

Para estafar miles de millones de dólares a miles de incautos -que incluyeron al director de cine Steven Spielberg, al presentador de televisión Larry King y al equipo de beisbol Metz de Nueva York, entre muchas otras celebridades y organizaciones- se necesitan, por supuesto, habilidades fuera de lo común. Entre otras cosas, es necesario ser un caradura a toda prueba y contar con una gran capacidad de simulación y convencimiento, cualidades que Madoff poseía en grado sumo. Así, en una mesa redonda llevada a cabo en la ciudad de Nueva York en octubre de 2007, poco antes de que se descubrieran sus actividades criminales, Madoff afirmó: “No significa que no haya abusos, sin duda, pero en general, en el entorno regulatorio actual, es prácticamente imposible violar las reglas. Esto es algo que el público realmente no comprende. Si lees cosas en el periódico y ves que alguien viola una regla, dices bueno, siempre está haciendo esto. Pero es imposible que una infracción pase desapercibida, y ciertamente no durante un período de tiempo considerable”.

Y no obstante sus declaraciones -que no convicciones-, Madoff estuvo violando las reglas del sistema financiero de los Estados Unidos por varias décadas antes de ser finalmente descubierto. Esto ocurrió durante la crisis económica de 2008, la cual le impidió seguir sosteniendo su simulación.

Curiosamente, si bien sus víctimas fueron personajes y organizaciones prominentes, Madoff utilizó para estafarlos un sistema que no es para nada sofisticado: el llamado esquema Ponzi o fraude piramidal. Este esquema consiste en una recaudación de fondos con la promesa de altos dividendos. Estos, sin embargo, no se pagan por las ganancias generadas por el capital invertido, como sería lo esperado, sino empleando los recursos recibidos de nuevos inversionistas, lo que no es autosostenible

No es difícil entender que un esquema Ponzi, por necesidad, se colapsará en algún momento. En efecto, este es el esquema por el que se rigen las llamadas pirámides que aparecen de cuando en vez. A manera de ejemplo, consideremos una pirámide que es iniciada por una persona que invierte una cierta cantidad -1,000 pesos, por ejemplo- y, en el curso de un mes, tiene la obligación de incorporar a dos personas más que invertirán 1,000 pesos cada una de ellas. A estas dos nuevas personas se les pide que a su vez incorporen a dos personas cada una que a su vez aporten 1,000 pesos al capital común. El proceso de repite de manera continua con el consecuente crecimiento del tamaño de la pirámide, tanto en número de miembros como en capital. Al mismo tiempo, para hacer atractiva su incorporación a la pirámide, a cada interesado se le asegura un rendimiento a su inversión -10 por ciento, por ejemplo, al cabo de un mes.

Si el flujo de nuevos miembros es continuo, los recursos aportados por los recién llegados siempre alcanzarán para pagar los altos réditos mensuales de todos los miembros en los niveles inferiores de la pirámide, la cual crecerá de manera paulatina. La incorporación de nuevos miembros, sin embargo, es demasiado acelerada y pronto no habrá más candidatos. En ese momento no podrán pagarse los réditos pactados y todo el esquema se colapsará.

El entorno financiero en el que se desarrolló el esquema Ponzi de Madoff es, por supuesto, más complejo que el ejemplo considerado líneas arriba. En el fondo, sin embargo, se tienen las mismas bases: el pago de réditos atractivos empleando el dinero de otros.

Madoff posiblemente sabía que su esquema fraudulento sería detectado en algún momento. Durante su juicio, el 12 de marzo de 2009, declaró: “Cuando comencé mi esquema Ponzi, creí que terminaría pronto y podría liberarme a mi y a mis clientes del esquema. Con el paso de los años me di cuenta de que mi arresto y este día llegarían inevitablemente”.

Según algunos, sin embargo, dicho día tardó demasiado en llegar, dado que existían más que suficientes indicios de que lo que Madoff operaba era un fraude tipo Ponzi.

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