El primer laboratorio científico de la historia

Seguidores dedicados de la moda



Si retrocediéramos 60 años en el tiempo hasta la ciudad de Londres nos encontraríamos con una generación de jóvenes que busca de muchas formas romper con la generación de sus padres. Encontraríamos jóvenes que, entre otras cosas, buscan andar a la moda como un elemento de identidad. El clima de la ciudad de Londres en este respecto está retratado de manera satírica en la canción “Dedicated follower of fashion” del grupo británico “The Kinks” -muy popular en el Reino Unido en los años sesenta, pero poco conocido en México-, que en una de sus estrofas dice: “Y cuando hace sus rondas pequeñas. Alrededor de las boutiques de la ciudad de Londres. Buscando ansiosamente todas las modas y tendencias. Porque él es un seguidor dedicado de la moda”.

No resulta sorprendente que una generación de jóvenes en la ciudad de Londres hace poco más de medio siglo hubiera estado tan interesada en andar a la moda para diferenciarse de la generación anterior. Después de todo la moda sigue siendo un elemento importante aún hoy en día, aunque no necesariamente por las mismas razones que impulsaron a los jóvenes sesenteros. De hecho, la moda tiene seguidores aun a costa de la salud. Es el caso, por ejemplo, de los zapatos estrechos y los tacones altos, que no están de acuerdo con la estructura de los pies humanos, que es resultado de millones de años de evolución.

Por lo demás, la pretensión de vestir a la moda no es algo que sea característico de los tiempos recientes, y en ese sentido es ilustrativo un artículo que está por aparecer en la revista “International Journal of Paleopathology”, publicado por un grupo de investigadores encabezados por Jenna Dittmar de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. En dicho artículo se pone de manifiesto la importancia que tuvo la moda, particularmente la moda del calzado, en la Europa medieval. Y tal como sucede en la actualidad, aun a costa de la salud de los pies.

En su artículo, Dittmar y colaboradores reportan los resultados de un estudio llevado a cabo con 177 esqueletos humanos excavados de la ciudad británica de Cambridge. Los esqueletos, con antigüedades que van de los siete a los diez siglos, fueron desenterrados de cuatro cementerios. Un cementerio parroquial en el que fueron enterradas personas de todas las clases sociales, un cementerio de hospital de caridad que contenía restos de personas pobres que ahí murieron, el cementerio de un monasterio agustino con restos de personas con un nivel social alto, y un cementerio rural con restos de campesinos, tanto libres como no libres. El interés de los investigadores fue determinar si los huesos de los pies de los esqueletos muestran evidencia de juanetes, que podrían haber resultado del uso de zapatos demasiado estrechos.

Con respecto a esto último, es conocido a lo largo del siglo XIV en Europa se desarrolló una moda de zapatos estrechos y puntiagudos conocidos como poulaines. Esto se puede constatar en pinturas de la época que muestran individuos calzando zapatos muy estrechos y con puntas tan alargadas que resultan ridículas. La longitud de estas puntas denotaba la posición social y podían alcanzar una longitud cercana a medio metro. No es difícil concluir que quien usara zapatos tan exagerados habría tenido problemas para caminar, con el peligro de tropezar y romperse una pierna. Así, para evitar esta eventualidad, las puntas de los zapatos se amarraban a las espinillas.

Desafortunadamente, si bien este último recurso solucionaba un problema potencialmente serio, no evitaba que la estrechez de los zapatos presionara de más a los huesos del pie. En efecto, Dittmar y colaboradores concluyen que 18 por ciento de los individuos estudiados sufrieron en vida de juanetes. El problema era más acusado entre los monjes agustinos -43 por ciento de los restos mostraban juanetes- que entre aquellos enterrados en el cementerio del hospital -23 por ciento-, en el cementerio parroquial -10 por ciento- y en el cementerio rural -3 por ciento-. Además, los juanetes eran menos frecuentes entre aquellos que murieron en los siglos XI-XIII, que entre aquellos fallecidos en los siglos XIV y XV, después de que las poulaines se pusieron de moda. Así, Dittmar y colaboradores establecen una conexión entre los juanetes y los poulaines, que, sin embargo, mantuvieron su popularidad a pesar del dolor que ocasionaban. Con el tiempo, la moda desapareció por razones difíciles de anticipar. Una de ellas la esgrimió la iglesia: las poulaines dificultaban hincarse de rodillas para orar.

Los seguidores dedicados de la moda no son, pues, algo propio de nuestros días, y se pierden en la noche de los tiempos. A pesar de los problemas que la moda pueda ocasionar.

Comentarios

  1. Problema que persiste a la fecha, no tan lejano el uso de zapatillas
    estrechas y puntiagudas. Y a pesar de la deformación en los pies que sufrimos un gran porcentaje de mujeres, sigue vigente la moda del tacón alto hoy en día. Habría que cuestionar la moda y priorizar el confort por sobre un estereotipo social.

    ResponderBorrar
No se le olvide presionar "PUBLICAR" para que su comentario se grabe!!!

Publicar un comentario