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En su artículo, Sans y colaboradores reportan los resultados de una investigación llevada a cabo para estudiar a fondo la conocida interacción social que se da entre grupos de gorilas y chimpancés salvajes en áreas compartidas por ambas especies en África central. ¿Qué es lo que pretenden gorilas y chimpancés con esta interacción? Pudiera ser que busquen protección en contra de los depredadores integrando grupos más numerosos con miembros de ambas especies. O bien, mediante la colaboración entre especies, contar con mayores oportunidades para localizar nuevas fuentes de comida.
En cuanto a la primera posibilidad, tanto gorilas como chimpancés responderían a las señales de alarma dadas por un miembro de cualquiera de las dos especies a la vista de un depredador. Igualmente, grupos pequeños de gorilas o chimpancés relativamente inermes se asociarían con grupos de la otra especie en busca de protección.
Encuentran Sans y colaboradores que, efectivamente, ambas especies responden a las señales de alarma emitidas por un miembro de la otra especie. Al mismo tiempo, sin embargo, encuentran también que los grupos que incluyen chimpancés y gorilas son más grandes que los grupos formados solamente por chimpancés, lo que contradice que la motivación para la asociación de los chimpancés con los gorilas sea la de buscar protección contra depredadores.
En contraste, los investigadores encontraron evidencias que apoyan que la asociación entre gorilas y chimpancés está en gran medida motivada por la mayor oportunidad que esta representa de localizar nuevas fuentes de alimentos. Así, encuentran que 34 por ciento de los contactos documentados entre especies se dieron en un contexto en el que ambas especies se alimentaban de los mismos árboles, mientras que en un 18 por ciento de los casos de alimentaban de fuentes de comida diferentes, pero localizadas en la misma área.
Además de lo anterior, la interacción social entre chimpancés y gorilas, que puede ser tanto afectiva como agresiva, proporciona oportunidades para el desarrollo de habilidades sociales, físicas y cognitivas. En este sentido, Sans y colaboradores fueron testigos de juegos entre chimpancés y gorilas que involucran luchas cuerpo a cuerpo, mordidas y golpes. La interacción, además, crea oportunidades para la transmisión de conocimiento entre especies. La observación de un chimpancé dándose golpes en el pecho al estilo de los gorilas mencionada al inicio de este artículo, es un ejemplo al respecto. Escriben Sans y colaboradores: “También observamos gestos entre especies para iniciar interacciones sociales. Curiosamente, los chimpancés se golpeaban el pecho, un comportamiento característico de los gorilas”.
Como apuntan Sans y colaboradores, una interacción entre especies como la que se da entre chimpancés y gorilas podría haber estado presente entre especies humanas en el pasado remoto. En la actualidad, desde hace unos 40,000 años cuando desaparecieron los neandertales, estamos solos como especie humana sobre la faz del planeta. De haber subsistido los neandertales hasta nuestros días es interesante preguntarnos -de manera ociosa- ¿conviviríamos con ellos como lo hacen hoy chimpancés y gorilas? ¿Podría un niño, por ejemplo, jugar a las “luchas” con su amigo neandertal? No hay manera de saberlo, pero en tal caso el nuestro sería sin duda un mundo raro.
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