Como sabemos, el incremento paulatino en la temperatura de nuestro planeta por la emisión de gases de invernadero está alcanzando límites alarmantes. Para mitigar este incremento, se han propuesto una serie de estrategias. La más obvia es reducir el consumo de combustibles fósiles. Otra es remover los gases de invernadero que ya se han acumulado en la atmósfera, o bien evitar que lleguen hasta ahí, capturándolos en cuanto son generados. Una tercera posibilidad es disminuir la cantidad de radiación solar que es absorbida por nuestro planeta.
¿Cómo podríamos atenuar la radiación que nos llega de Sol? Una manera de hacerlo es colocando una sombrilla entre la Tierra y el Sol, que tendría que ser enorme para provocar un efecto apreciable. Una propuesta más “aterrizada”, clasificada dentro del campo de la geoingeniería -es decir, la ingeniería de la Tierra- es la de dispersar dióxido de azufre a lo largo de grandes áreas en la estratósfera. Sabemos que el dióxido de azufre refleja la radiación solar y tiene así el efecto de una sombrilla.
Dispersar dióxido de azufre a una altura de 20 kilómetros es lo que intentó realizar la empresa Make Sunsets en México, elevando dos globos conteniendo helio y dióxido de azufre para que estallaran y dispersaran su contenido. No sabemos cuál fue el resultado del experimento, pero de haber sido exitoso no habría tenido un efecto apreciable sobre el clima de la Tierra, pues apenas se habría dispersado veinte gramos de dióxido de azufre, suficiente, según el sitio de la compañía, para compensar por un año la emisión de veinte toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Por otro lado, lo que sí sabemos es que Make Sunsets provocó el rechazo de México, lo que llevó a la compañía a suspender sus experimentaos hasta que “encuentren la manera de colaborar con el gobierno mexicano”.
Habría que recordar que la geoingeniería es una disciplina con un desarrollo incipiente y por tanto su aplicación es motivo de controversia. Así, por ejemplo, si bien dispersar dióxido de azufre en la estratósfera es relativamente sencillo y esto bien pudiera tener el efecto de enfriamiento buscado, los expertos están preocupados por una posible afectación de la capa de ozono y una reducción en el volumen de lluvias, que serían, además, más ácidas. Se anticipa también que los cambios de clima no serán los mismos en toda la superficie de la Tierra, lo que generaría conflictos geopolíticos. Igualmente, se teme que la reducción de insolación solar lleve a un falso sentido de seguridad que aminore los esfuerzos para reducir la emisión de gases de invernadero.
En el contexto anterior, Make Sunsets vende “créditos de enfriamiento” a diez dólares cada uno. Cada crédito implica la liberación en la estratósfera de un gramo de dióxido de azufre, suficiente para compensar a lo largo de un año la emisión de una tonelada de dióxido de carbono, según la compañía. Sin embargo, como señala la revista MIT Technology Review en su último número, los expertos critican los rudimentarios experimentos de Make Sunsets, su intento para comercializar la geoingeniería, y su irresponsable comportamiento al llevar a cabo sus experimentos en México sin el conocimiento del gobierno mexicano. Todo esto, opinan, puede minar intentos serios en el futuro para desarrollar una tecnología que podría contribuir a mitigar el cambio climático.
Por lo demás, quien tenga interés en comprar un crédito de enfriamiento tendría que esperar. En el sitio de la compañía podemos leer lo siguiente: “Tenga en cuenta que actualmente no tenemos un lanzamiento futuro, por lo que pasará un tiempo antes de que podamos entregar su crédito de enfriamiento. Su compra es reembolsable en todo momento”.
A reserva de detalles, modelos térmico físico químicos, como que es necesario conocer, surgen muchas preguntas.
ResponderBorrarEn ello por supuesto incluir el impacto geográfico y con ello las implicaciones a otros países, amén ahora sí, consideraciones de soberanía,
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