La importancia del ojo de las agujas

Intensificación rápida de huracanes



En un reporte emitido a las 16:00 horas del pasado lunes 23 de octubre, el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos informaba lo siguiente sobre la probable trayectoria de la, en esos momentos, tormenta tropical Otis: “Aunque se espera que Otis permanezca en un ambiente de viento de cizalladura moderada, la humedad abundante y las temperaturas superficiales del mar cálidas deberían favorecer su gradual fortalecimiento hasta que toque tierra. Los modelos han tendido al alza y ahora parece probable que Otis esté cerca de alcanzar fuerza de huracán cuando llegue a la costa“.

El Centro Nacional de Huracanes cerraba su boletín con dos mensajes clave: “1) Fuertes lluvias por Otis comenzarán a impactar zonas del suroeste México a principios de esta semana. Esta lluvia producirá tormentas repentinas e inundaciones urbanas, además de deslizamientos de tierra en zonas de terreno más alto. 2) Se esperan condiciones de tormenta tropical y es posible que ocurran condiciones de huracán a partir del martes por la noche a lo largo provocadas de partes de la costa sur de México, por lo cual se emite un aviso de tormenta tropical y una alerta de huracán”.

Al día siguiente, sin embargo, en un reporte emitido a las diez de la noche del martes 24 de octubre, el Centro Nacional de Huracanes modificó drásticamente sus predicciones. De acuerdo con el segundo reporte: “Un escenario de pesadilla se desarrolla esta tarde en el sur de México al estar Otis fortaleciéndose rápidamente y acercándose a la costa. Las imágenes de satélite muestran que Otis se ha intensificado durante las últimas horas y se espera que alcance velocidades de viento de 260 kilómetros por hora, lo que lo convertirá en un huracán de categoría 5. Otis ha intensificado de manera explosiva su velocidad de viento en 175 kilómetros por hora durante las últimas 24 horas, marca solo superada por el huracán Patricia en 2015”.

Como sabemos, en forma desafortunada se cumplió la predicción del Centro Nacional de Huracanes y Otis alcanzó Acapulco pocas horas después, pasada la medianoche, como un huracán de categoría 5, con vientos de más de 260 kilómetros por hora y dando poco tiempo para que los habitantes de la ciudad tomaran las precauciones debidas.

Para los expertos, Otis es un ejemplo extremo del fenómeno de “intensificación rápida” de un huracán que se ha visto incrementado en los últimos años. En este sentido, mencionaremos que un artículo publicado en la revista “Scientic Reports” el pasado 19 de octubre por Andra Garnez de Rowand University en los Estados Unidos, encuentra que la velocidad de crecimiento de la intensidad de los huracanes en el océano Atlántico se ha elevado cerca de un 30 por ciento en el periodo 2001-2020 en comparación con el periodo 1971-1990.

Para crecer, los huracanes toman energía del agua cálida en la superficie del océano, y en este sentido lo expertos consideran que el calentamiento global, al elevar la temperatura de los océanos, incrementa la posibilidad de que un huracán experimente el fenómeno de intensificación rápida. En el caso de Otis, la temperatura del océano cerca de Acapulco era de 31 grados centígrados, inusualmente alta, lo que habría dado las condiciones para que el huracán creciera a la velocidad a la que lo hizo.

Un artículo publicado en noviembre de 2022 en la revista “Nature Communicacions” por un grupo de investigadores encabezado por Kieran Bhatia de la compañía Guy Carpentier, Nueva York, encuentra también un incremento en el número de huracanes que experimentaron una intensificación rápida en el periodo 1982-2017. Bhatia y colaboradores atribuyen este incremento al calentamiento global debido a la creciente emisión de gases de invernadero a la atmósfera.

Por otro lado, de acuerdo con los expertos, a pesar de que el avance de la ciencia del clima es considerable y permite predecir eventos climáticos con anticipación, el fenómeno de intensificación rápida de los huracanes no está todavía lo suficientemente entendido. En estas circunstancias, en la medida en la que, inevitablemente, se incremente la concentración de gases de invernadero en la atmósfera en los años por venir, antes de llegar a una eventual estabilización, es crítico que la ciencia del clima avance lo suficiente para predecir, si este fuera el caso, la inminente intensificación rápida de un huracán en curso. Y los trágicos eventos de Acapulco del pasado miércoles son más que explícitos al respecto.

Finalizaremos recordando que el huracán Patricia, que ostenta el segundo lugar en la lista de intensificación rápida de huracanes, también se desarrolló en el océano Pacífico y tocó tierra en la costa de Jalisco.

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