Hogar, dulce hogar

El último bastión



De manera paulatina hemos perdido como especie el lugar privilegiado que alguna vez creímos tener en el mundo. Así, cuando Nicolas Copérnico en el siglo XVI hizo público su modelo de sistema solar en el que los planetas giran en torno al Sol y no alrededor de la Tierra, perdimos el lugar que, como centro del universo, ostentamos por miles de años. De manera similar, cuando Charles Darwin en el siglo XIX enunció su teoría sobre el origen de las especies, la nuestra resultó ser una especie más, que evolucionó y cambió drásticamente a lo largo de millones de años al igual que los hicieron todas las demás; si bien manteniendo un lugar destacado como la más inteligente de todas.

Para intranquilidad nuestra, sin embargo, con la irrupción de la inteligencia artificial podríamos estar en peligro de perder este último bastión. La posibilidad se ha vislumbrado ya por varias décadas. Por ejemplo, en la película “2001 Odisea del Espacio” del director Stanley Kubrick estrenada en 1968, la nave Discovery 1 realiza un viaje a Júpiter en una misión secreta con cinco tripulantes a bordo. A cargo de la nave se encuentra HAL 9000, una super computadora dotada de inteligencia artificial. En una secuencia de la película, HAL se rebela y da muerte a cuatro de los cinco tripulantes de la nave. Dadas las circunstancias, el tripulante sobreviviente se da a la tarea de desactivar uno a uno los circuitos de la computadora, que trata de convencerlo de que se detenga. No lo logra y HAL es finalmente desactivada, no sin antes alcanzar a entonar una canción.

Sin bien las máquinas dotadas con inteligencia humana han sido motivo de especulaciones por parte de expertos, y autores de obras de ficción desde la segunda mitad del siglo XX, no fue sino hasta fechas recientes que empezaron a hacerse realidad como consecuencia del desarrollo de computadoras cada vez más poderosas. En este sentido, en la red Internet podemos acceder de manera libre a chats dotados de inteligencia artificial, como ChatGPT y Gemini, que nos proporcionan repuestas estructuradas a preguntas o solicitudes que se les formulan.

¿Hasta que punto chats como ChatGPT están dotados con inteligencia equivalente a la inteligencia humana? Un artículo aparecido en la revista “Scientific Reports” el pasado 10 de febrero aborda esta pregunta, particularmente, en lo que se refiere a las capacidades creativas del chat. Dicho artículo fue publicado por un grupo de investigadores encabezado por Kent Hubert de la Universidad de Arkansas.

Los expertos distinguen entre pensamiento convergente y pensamiento divergente. El primero se centra en encontrar la solución óptima para un problema dado, mientras que el segundo busca de manera libre múltiples soluciones a dicho problema. Hubert y colaboradores enfocaron su investigación en la creatividad divergente del chat ChatGPT y su comparación con la correspondiente creatividad humana.

Para este propósito, conjuntaron un grupo de 151 voluntarios y los sometieron a tres tipos de pruebas para medir su nivel de creatividad divergente: “usos alternativos”, “consecuencias” y “asociaciones divergentes”. Así, a los participantes se les pidió en un tiempo finito que proporcionaran tantos usos alternativos como pudieran para un “tenedor” y para una “cuerda”, y se midió tanto el número de usos propuestos, como la originalidad y la elaboración (número de palabras) de sus respuestas. También se les solicitó que elaboraran tantas respuestas como pudieran a las consecuencias de lo siguiente: “que no tuviéramos necesidad de dormir”, o “que camináramos de manos”. De manera adicional, para medir su creatividad divergente, se les pidió que proporcionaran diez nombres sustantivos con significados tan diferentes como pudieran. En este caso, se midieron las diferencias entre las palabras proporcionadas mediante una prueba estándar. Finalmente, con propósitos de comparación, se sometió al chat ChatGPT a las mismas pruebas.

Encontraron los investigadores que: “En general, GPT-4 fue más original y elaborado que los humanos en cada una de las tareas de pensamiento divergente, incluso cuando se tomó en cuenta el número de las respuestas. En otras palabras, GPT-4 demostró un mayor potencial creativo en una batería completa de tareas de pensamiento divergente (es decir, tarea de usos alternativos, tarea de consecuencias y tarea de asociaciones divergentes)”. No obstante, hacen notar que, si bien el chat ChatGPT mostró superioridad en creatividad con respecto a nosotros, dicha creatividad no se activa por si sola, sino con el concurso de los humanos.

A pesar de esta última observación, y dada la velocidad con que avanza la tecnología, cabe preguntarse: ¿cuánto tiempo podría transcurrir antes de la creatividad de las computadoras se active por si sola y perdamos nuestro último bastión?

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