Hogar, dulce hogar

Los plásticos y su gran futuro

En un bien conocido momento de la película “El graduado” de 1967, el actor Dustin Hoffman, en su papel de Benjamin Braddock, recién graduado de una universidad del este de los Estados Unidos, es aconsejado en su fiesta de graduación por el señor McGuire sobre su futuro profesional. De manera críptica, McGuire le espetó una sola palabra: “plásticos”. Ante el desconcierto de Benjamin, McGuire añadió: “hay un gran futuro en los plásticos”.

Quien haya visto la película recordará que Benjamin poco se interesó en el consejo de McGuire y optó por seguir un camino diferente al de los negocios. Los plásticos, por su lado, siguieron la ruta anticipada por McGuire y se expandieron de manera imparable; a tal grado que su producción a nivel mundial se ha multiplicado por un factor de diez desde la década de los años sesenta, impulsada por los múltiples usos que damos a los plásticos aunados a su bajo costo. Así, vivimos rodeados de objetos hechos con plástico, total o parcialmente, algunos de los cuales los usamos por una sola vez y luego los desechamos.

Por otro lado, como es bien conocido, el crecimiento exponencial en el uso de materiales plásticos ha generado un problema de contaminación ambiental a nivel global. En efecto, se sabe que muchos de los objetos de plástico desechados van a parar al océano, en donde se fragmentan en pequeños pedazos de plástico -micro plásticos- por la acción del sol y terminan cubriendo zonas extensas de la superficie marina. En ese respecto, los especialistas saben, por ejemplo, de la existencia de una isla de basura en el océano Pacífico norte de millones de kilómetros cuadrados de extensión, en la que se acumulan desechos de plástico provenientes en su mayor parte de tierra firme.

Un problema que preocupa a los especialistas es el efecto que la contaminación del océano por micro plásticos tiene sobre los ecosistemas costeros, habida cuenta que la basura plástica por lo general no es biodegradable y tiene un tiempo largo de permanencia en el océano. Un artículo aparecido en pasado 17 de julio en la revista “Environmental Pollution” aborda este problema. El artículo fue publicado por un grupo de investigadores encabezado por Winnie Courtene-Jones de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido.

Courtene-Jones y colaboradores estudiaron el efecto que tienen sobre la vegetación costera la contaminación por micro plásticos y las inundaciones marinas. En este sentido, consideran que los ecosistemas son impactados por varios factores a la vez, los cuales deben ser estudiados en su conjunto. Como apuntan los autores: “Las amenazas más urgentes a escala planetaria surgen de cuestiones interrelacionadas como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad, a menudo denominadas la triple crisis planetaria y, en consecuencia, estos factores de estrés deben considerarse en conjunto para comprender mejor cómo responden los organismos a un entorno cambiante”.

Como parte de su investigación, Courtene-Jones y colaboradores cultivaron plantas propias de la costa mediterránea de España, en macetas con tierra que contenían, tanto micro plásticos convencionales, no biodegradables, como micro plásticos biodegradables. Cultivaron las plantas por 35 días, seguido de lo cual las inundaron con agua salina por 3 días. Esto último para simular una inundación por una tempestad y marea costera agravada por el cambio climático. Enseguida, cultivaron las plantas por 24 días adicionales, y monitorearon su supervivencia y la eficiencia con que llevaban a cabo la actividad de fotosíntesis.

Como resultado de su estudio, Courtene-Jones y colaboradores encontraron que la combinación de contaminación por micro plásticos e inundaciones con agua salina potencia el efecto que tiene sobre las plantas cualquiera de estos dos factores estresantes de manera separada. Así, se altera el crecimiento de las plantas y su actividad de fotosíntesis experimenta una supresión a corto plazo, y se afecta su capacidad para capturar agua, nutrientes y luz solar. Y los efectos son más marcados con la acción de los micro plásticos no biodegradables que con los biodegradables.

Concluyen Courtene-Jones y colaboradores que, “A escala global, los hábitats supra litorales, como las dunas costeras y los pastizales, desempeñan un papel destacado en la defensa costera, la protección contra el viento y los aerosoles y el apoyo a la biodiversidad; sin embargo, estos hábitats se ven amenazados por una gran cantidad de factores, entre ellos la contaminación por micro plásticos y el aumento del riesgo de inundaciones”. Amenazas que, por lo demás, podrían intensificarse en el futuro en la medida en que avance el cambio climático y se incremente la producción de plásticos.

Así, podíamos concluir que el señor McGuire tenía razón y que en 1967 había un gran futuro en los plásticos, si bien dicho futuro no era necesariamente el mejor para el planeta.

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