Hogar, dulce hogar

Un material sin obsolescencia

En un artículo publicado en septiembre de 2023 en la revista “Nature”, por un grupo de investigadores encabezado por Larry Braham de la Universidad de Liverpool, se reporta evidencia de lo que sería la estructura de madera más antigua jamás descubierta. En su artículo, Braham y colaboradores describen el hallazgo, en el sitio arqueológico de la cascada de Kalambo, cerca del lago Tanganica en Zambia, de objetos de madera con huellas de haber sido trabajados para cumplir con una cierta función. De manera particular, describen dos piezas de madera, a cada una de las cuales se le había fabricado una muesca, de modo tal que pudieran ser unidas en ángulo recto. Esto no sería particularmente notable, si no fuera porque las piezas de madera tienen una antigüedad de 476,000 años. Es decir, son tan antiguas que incluso son anteriores a la aparición de nuestra especie

Por lo demás, sin bien no es claro quiénes fueron los fabricantes de los objetos de madera descubiertos en la cascada de Kalambo, lo que sí sabemos es que la madera fue uno de los primeros materiales empleados por nuestra especie y que su uso se ha extendido por cientos de miles de años hasta el presente para un gran número de aplicaciones. Incluso para algunas que, en primera instancia, no pensaríamos fueran la mejor opción. Este es el caso de las aplicaciones espaciales, donde los materiales son sujetos a condiciones ambientales severas, que incluyen cambios extremos de temperatura y la exposición a radiaciones de alta energía provenientes del Sol.

Sin embargo, de manera sorprendente, esta semana fue lanzado hacia la Estación Espacial Internacional el LignoSat, un satélite fabricado con madera de magnolia. Dicho lanzamiento es parte de un proyecto de investigación de la Universidad de Kioto, encabezado por Takao Doi, quien además de ser profesor de esa universidad fue también un astronauta. El satélite LignoSat está ya en la estación espacial, en espera de ser lanzado en una órbita alrededor de nuestro planeta.

El LignoSat es un cubo de madera de 10 centímetros por lado con un marco de aluminio y equipado con celdas solares. Las piezas de madera del satélite fueron ensambladas empleando técnicas tradicionales japonesas, sin usar tornillos ni pegamento. El propósito del experimento es determinar la capacidad de la madera de magnolia para soportar las duras condiciones que experimentará en su órbita alrededor de la Tierra, durante la cual sufrirá temperaturas externas que oscilarán entre los menos cien grados centígrados y los cien grados centígrados. Se evaluará, igualmente, su capacidad para proteger a los dispositivos electrónicos en su interior de las radiaciones de alta energía. Cabe hacer notar que, previo a la construcción del LignoSat, se probaron en el espacio, además de la madera de magnolia, maderas de abedul y cerezo, siendo la magnolia la que fue finalmente escogida.

Por supuesto, cabe preguntarse si la madera puede superar a otros materiales, por ejemplo, el aluminio, para aplicaciones en el espacio. En este sentido, hay que recordar que el espacio alrededor de la Tierra está congestionado con desechos espaciales que constituyen un peligro para las misiones espaciales, de modo que al final de su vida útil, los satélites deben reingresar la atmósfera en donde se destruyen. No obstante, en el proceso de destrucción de un satélite se liberan partículas contaminantes de aluminio y otros metales. En contraste, de acuerdo con Takao Doi, un satélite de madera solamente liberaría vapor de agua y dióxido de carbono al quemarse durante su reingreso a la atmósfera. Habría también que considerar que, no habiendo en el espacio ni oxígeno ni agua, un satélite en órbita no sufriría de la degradación de la madera que es común en la Tierra. Ya sea porque se queme de manera no intencional o porque se pudra por exceso de agua.

Así, de tener éxito el experimento del LignoSat, la madera emergerá como un material con ventajas para la construcción de satélites. Y en esa perspectiva, resultaría interesante reconocer que una aplicación de alta tecnología, y en ese sentido pocas pueden superar a las aplicaciones espaciales, haga uso de un material que ha sido usado por nuestros antecesores a lo largo de cientos de miles de años. Y por lo que entenderíamos a partir del descubrimiento de la cascada de Kalambo, también por los antecesores de nuestros antecesores. La madera sería así un material sin obsolescencia.

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