¿Vecinos lejanos?

Signo de nuestro tiempo

Entre los signos de los tiempos que corren se encuentran, sin duda, los llamados chats de inteligencia artificial. En un reporte dado a conocer el pasado mes de abril por la “International Energy Agency” (IEA), podemos leer: “La Inteligencia Artificial (IA) es la ciencia de hacer máquinas capaces de aprender a realizar tareas que tradicionalmente requerían inteligencia humana. La IA está emergiendo como una tecnología de propósito general, al igual que la electricidad. Hoy en día, puede generar textos y videos, acelerar el descubrimiento científico en campos como la medicina o la ciencia de materiales, hacer que los robots de fabricación sean más inteligentes y productivos, conducir taxis comerciales en complejos paisajes urbanos y detectar amenazas a la infraestructura crítica”.

Al mismo tiempo, la IA es una tecnología ávida de energía. En este sentido, en el reporte de la IEA podemos también leer: “El entrenamiento y la implementación de modelos de IA se lleva a cabo en grandes centros de datos que consumen mucha energía. Un centro de datos típico enfocado en IA consume tanta electricidad como 100,000 hogares, pero los más grandes que se están construyendo hoy en día consumirán 20 veces más”. De acuerdo con la IEA, en 2024 los centros de datos consumieron aproximadamente el 1.5 por ciento de la energía eléctrica generada a nivel global, porcentaje que se espera se duplique en 2030. Para tener una mejor idea de lo que esto significa, en 2030 los centros de datos en el mundo consumirán tanta energía eléctrica como la consumida en la actualidad por todo el Japón.

De acuerdo con el IEA, una parte mayoritaria de la energía consumida en un centro de datos se emplea para operar el equipo para el procesamiento y almacenamiento de datos. Adicionalmente, entre el 7 y el 30 por ciento de dicha energía se emplea para hacer funcionar los sistemas de refrigeración que remueven el calor generado por la operación de dicho equipo con el fin de mantenerlo a la temperatura correcta de operación. De otro modo, el sobrecalentamiento puede generar fallos de operación y, en un caso extremo, la destrucción del equipo. Así, además de ser instalaciones que requieren grandes cantidades de energía, los centros de datos demandan también de grandes volúmenes de agua para operar sus sistemas de enfriamiento.

Habría también que considerar que el carbón es la principal fuente de la energía eléctrica consumida por los centros de datos, seguido en forma cercana, por las energías renovables y el gas natural, de modo que los centros de datos operan mayoritariamente con energía proveniente de combustibles fósiles. Así, para calcular el uso real de agua por los centros de datos, al agua consumida de manera directa habría que sumar el volumen de agua consumida por las plantas generadoras de la energía que los alimentan, como comenta Shaolei Ren, de la Universidad de California, Riverside, citado por “MIT Technology Review” en un artículo publicado el pasado 20 de mayo.

En estas condiciones, y dada la gran velocidad con que están creciendo los centros de datos, existe preocupación por el impacto ambiental que pueda tener dicho crecimiento. Como un ejemplo de esto, el 20 de mayo pasado, la revista “MIT Technology Review” publicó un artículo sobre el “boom”, o crecimiento explosivo, de centros de datos que se está dando en el desierto de Nevada, y que requeriría expandir el sector energético del estado en aproximadamente un 40 %.

De acuerdo con el artículo de referencia, Nevada es un lugar atractivo para la instalación de un centro de datos por una serie de factores, que incluyen la disponibilidad de terreno, los incentivos fiscales ofrecidos por el estado de Nevada, y el clima seco que hace más eficientes los sistemas de enfriamiento, al mismo tiempo que ayuda a evitar la corrosión y deterioro del equipo.

Por otro lado, en el desierto de Nevada hay menos disponibilidad para el agua necesaria para la operación de los centros y el crecimiento que implicaría el consumo de miles de millones de galones de agua, lo que podría no ser sostenible, según “MIT Technology Review”. En este sentido, Ren estima que los 12 proyectos de centros de datos listados en Nevada consumirían directamente entre 860 millones de galones y 5.7 mil millones de galones al año, según la capacidad eléctrica solicitada. Al mismo tiempo, el uso indirecto de agua asociado con la generación de electricidad para esas operaciones podría sumar hasta 15.5 mil millones de galones, basado en el consumo promedio de la red regional.

Los chats de inteligencia son, sin duda, un signo de nuestros tiempos que cambiará de manera profunda nuestra sociedad. Y, por lo que entenderíamos, también el desierto de Nevada.

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