Tres mil años después

Entre los objetos que los arqueólogos descubrieron en la tumba de Tutankamón se encuentra una daga de hierro con empuñadura de oro. Este descubrimiento desconcertó por un tiempo a los expertos, pues la muerte de Tutankamón ocurrió en una fecha que precedió por varios siglos al desarrollo de la metalurgia del hierro. El misterio fue resuelto en 2016, cuando los especialistas midieron la composición química de la hoja de hierro de la daga y encontraron que contenía una alta proporción de níquel, lo que indicaba un origen extraterrestre. Es decir, la daga fue fabricada empleando el hierro de un meteorito metálico que habría caído en algún lugar de Medio Oriente.

Los expertos no tienen claro si los egipcios estaban conscientes de que el hierro de la daga provenía del “cielo” y por tanto lo incluían en la tumba Tutankamón como una ofrenda, un objeto fuera de este mundo, acorde con el alto estatus del fallecido. Por lo demás, la daga estaba fabricada con un material muy poco usual, en un momento, hace unos tres mil años, en que el mundo -particularmente la región del Medio Oriente- estaba transitando de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro.

Sabemos por los especialistas que hace unos 7,000 años nuestros antepasados descubrieron la metalurgia del cobre, y con esto aprendieron a extraer cobre de minerales que contenían este metal. Posteriormente, hace unos 5,000 años, descubrieron que si mezclaban el cobre con el estaño obtenían un material más duro y resistente al desgaste, el bronce, con el que pudieron fabricar hachas, cuchillos y puntas de lanza que podían cortar y penetrar más fácilmente que las fabricadas con cobre; al mismo tiempo que mantenían su filo por más tiempo.

La historia de los metales nos dice que hace unos 3,000 años se desarrolló la metalurgia del hierro, que constituye un metal que, transformado en acero, es todavía más duro y resistente que el bronce. La metalurgia del hierro es más sofisticada y requiere de más altas temperaturas y es natural que apareciese después de la metalurgia del cobre y el bronce. No obstante, el hierro tuvo la ventaja de que es más abundante que el cobre, además de que el colapso de las rutas de comercio que ocurrió hace unos 3,000 años, obstaculizó el flujo del estaño necesario para fabricar el bronce. Por lo demás, haya sido como haya sido, hace tres milenios apareció el hierro, el cual, con el transcurrir de los siglos, se convirtió en el metal por excelencia que impulsó la revolución industrial.

La transición entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, es un tópico que ha sido de interés para los especialistas, que, entre otras cosas, se han preguntado si dicha transición se dio de manera independiente, o si hubo una conexión entre ambas. Un artículo aparecido en la revista “Journal of Archaeological Science” el pasado 26 de septiembre atiende a este tópico. Dicho artículo fue publicado por un grupo de investigadores encabezado por Nathaniel Erb-Satullo de Cranfield University, Reino Unido.

En su artículo, Erb-Satullo y colaboradores reportan los resultados de un estudio llevado a cabo en el sitio arqueológico de Kvemo Bolnisi, situado en la región del Cáucaso, entre el mar Negro y el mar Caspio. El sitio consiste en un horno adosado a un muro construido contra una ladera, una pila de varios cientos de kilogramos de hematita -un óxido de hierro- y un montón de escoria resultante del proceso metalúrgico. Como hacen notar los autores del artículo de referencia, los primeros estudios del sitio, llevados a cabo en 1964, concluyen que estaba dedicado a la fundición de hierro, aparentemente por la pila de mineral de hierro encontrada en su proximidad.

Erb-Satullo y colaboradores no estaban convencidos de la conclusión previa y decidieron realizar una investigación para ponerla a prueba. Así, llevaron a cabo un análisis de muestras, tanto de la pila de hematita, como de la pila de escoria, para determinar su composición química. Contrario a las conclusiones previas, Erb-Satullo y colaboradores concluyen que el propósito de horno de Kvemo Bolnisi era obtener cobre y no hierro, y que el mineral de hierro encontrado en la proximidad servía como un auxiliar en el proceso metalúrgico del cobre para hacerlo más eficiente y no como una fuente de hierro. Esto supondría un conocimiento profundo de la metalurgia del cobre

Llegado a este punto, los autores se preguntan sobre un posible curso de acontecimientos que podría haber llevado al descubrimiento de la metalurgia del hierro. Así, especulan que en algún momento se habría cargado, de manera intencional o por accidente, más mineral de hierro del que era necesario para el proceso de fundición de cobre. Esto habría resultado en un producto inesperado -hierro metálico- lo que habría sido percibido por un operario sagaz.

Así habría nacido la industria de un metal que transformó al mundo en los siguientes tres milenios. A un grado tal que, si Tutankamón volviera a nacer y morir a lo 18 años, a nadie se le ocurriría depositar en su tumba un cuchillo de acero.

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