En la prueba PISA 2009 se consideraron siete niveles de calificación para la habilidad lectora. El nivel 6 corresponde a la máxima calificación alcanzable, mientras que los niveles 1a y 1b son para los desempeños más bajos. De acuerdo a la OCDE, los estudiantes que alcanzan los niveles 5 y 6 “forman una reserva de talento que ayudará a los países a competir a nivel global en la economía del conocimiento”. El nivel 2, por otro lado, es considerado el mínimo aceptable, de tal manera que los estudiantes que no logran alcanzarlo “batallan para realizar actividades de la vida diaria que involucran la lectura”; además de que “la evidencia de anteriores pruebas PISA muestra que es improbable que esos estudiantes adquieran el hábito de aprender de manera permanente o de tener un buen desempeño en el mercado de trabajo”.
Juntamente con los 34 países miembros de la OCDE –organización de la cual México es miembro desde 1994–, participaron en la prueba PISA-2009 28 países no miembros de esta organización, además de las ciudades chinas de Shangai, Hong Kong y Macao, en calidad de “economías colaboradoras”.
La prueba PISA-2009 fue dominada por los países asiáticos y las “economías colaboradoras” chinas. Así, encontramos que, integrando las tres áreas, lectura, matemáticas y ciencia, los cinco primeros lugares fueron ocupados, en ese orden, por Shangai, Corea del Sur, Finlandia, Hong Kong y Singapur. Cabe también destacar que en el área de matemáticas, Shangai superó ampliamente al segundo lugar que fue Singapur.
México en contraste, ocupó el lugar 48 entre los 65 participantes y el último lugar entre los 34 países miembros de la OCDE. Cabe señalar, sin embargo, que los resultados que ha obtenido nuestro país desde el año 2000 muestran una evolución positiva en el área de matemáticas, evolución que la OCDE clasifica por como “estadísticamente significativa” –es decir, que de realizarse nuevamente, no produciría resultados radicalmente diferentes–. México también muestra una evolución positiva en las áreas de lectura y de ciencia. En estos casos, no obstante, la OCDE no otorga el mismo grado de confiabilidad a los resultados por el margen reducido de mejora en los indicadores; esto es sobre todo cierto para el área de ciencia.
El papel de México a lo largo de las pruebas PISA está analizado en un documento de la OCDE que se ocupa de manera expresa de nuestro país. En dicho documento la OCDE destaca, por ejemplo, que México es el país con el incremento absoluto mas grande en el desempeño en matemáticas entre 2003 y 2009. Hay que notar, no obstante, que en términos absolutos la calificación de los estudiantes mexicanos es la más baja dentro de grupo de la OCDE, de modo que la mejora en su desempeño, si bien es grande en términos relativos, de manera absoluta sigue siendo muy pobre. Consideraciones similares pueden hacerse con respecto a las áreas de lectura y ciencia.
Las estadísticas pueden también enfocarse a los dos grupos en los extremos de la escala: los que están por abajo del nivel 2 y aquellos en los niveles 5 y 6. Estas estadísticas muestran también la gran distancia que hay entre nuestro país y otros miembros de la OCDE. Así, mientras que en México el porcentaje de estudiantes que están por abajo del nivel 2 en el área de matemáticas es cercano al 50%, en países como Finlandia y Corea del Sur dicho porcentaje está por abajo del 10%. De manera similar, tenemos que México es el país de la OCDE que en 2009 tuvo en matemáticas el menor porcentaje –inferior al 1 %– de estudiantes en los niveles más altos. En contraste, entre el 25 % y el 50% de los estudiantes de Taiwán, Hong Kong y Shangai califican en los niveles 5 o 6.
Los estudiantes de la escuela secundaria en México, de acuerdo al informe PISA, han mejorado sus habilidades en matemáticas en la última década, mientras que en las áreas de lectura y ciencias podemos decir que no hay evidencias de que hayan empeorado –lo cual ya es ganancia–. Dado su bajo desempeño promedio, sin embargo, las tendencias positivas tendrán que mantenerse por un buen número de años si hemos de alcanzar los niveles de los países desarrollados, por más que algunos de ellos muestren una caída en sus indicadores.
El dicho que reza: “Mas tiene el rico cuando empobrece que el pobre cuando enriquece”, tiene entonces plena validez.
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