El primer laboratorio científico de la historia

Caro y con glamour



Tal parece que el transbordador espacial “Endeavour” quiere retrasar lo más posible el momento de su jubilación: estaba programado para despegar en su último vuelo al espacio el pasado 29 de abril, pero fallas técnicas han obligado a suspender dicho despegue en tres ocasiones. Al momento actual su lanzamiento está programado para mañana 16 de mayo.

El vuelo del “Endeavour” será el penúltimo del programa de transbordadores espaciales de la NASA, el cual cerrará con el vuelo del transbordador “Atlantis” el próximo 28 de junio. Un nuevo retraso en el lanzamiento del “Endeavour”, sin embargo, podría obligar a retrasar igualmente el último viaje del “Atlantis”.

Al término del programa, la NASA habrá llevado a cabo 135 viajes al espacio desde el vuelo inaugural del “Columbia” en abril de 1981. Entre otras muchas realizaciones, el programa de transbordadores espaciales puso en órbita el telescopio espacial Hubble en el año 1990, que ha permitido realizar observaciones astronómicas sin precedente y que estará en servicio hasta 2014. El programa de transbordadores ha contribuido igualmente a la construcción de la estación espacial internacional.

La NASA construyó un total de cinco transbordadores con capacidad de vuelo orbital, dos de los cuales tuvieron un final trágico con la muerte de todos sus ocupantes: el “Challenger”, poco después de despegar el 28 de enero de 1986, y el “Columbia”, a su reingreso a la atmósfera el 1 de febrero de 2003. Con dos catástrofes en 133 vuelos –sin contar las dos misiones que están aún pendientes– los transbordadores no se han mostrado de ninguna manera como el medio más seguro de viaje.

No obstante sus desventuras, el programa de transbordadores espaciales ha sido uno de los más glamorosos de la NASA. En el momento de su lanzamiento los transbordadores quizá puedan parecer grotescos; sin embargo, una vez que se desprenden del enorme tanque de combustible y de los dos cohetes impulsores, siempre han lucido –con sus alas en delta, sus colores blanco y negro y su aterrizaje suave a la manera de un avión– considerablemente más atractivos que otros vehículos espaciales –las cápsulas Apollo que llevaron a los norteamericanos a la Luna, por ejemplo.

Además, los transbordadores espaciales fueron –y lo siguen siendo– los únicos vehículos que se pueden reutilizar en varios vuelos orbitales –en realidad, se reutilizan sólo el vehículo orbital y los dos cohetes impulsores, pues el tanque de combustible se desecha después de cada lanzamiento–. El récord en este sentido lo tiene el transbordador “Discovery” –hoy ya fuera de servicio– con 39 vuelos orbitales realizados.

El glamour y la distinción, sin embargo, tienen su costo y los transbordadores de la NASA no son la excepción en este respecto. En efecto, un estudio llevado a cabo por Roger Pielke y Radford Byerly de la Universidad de Colorado –reportado en el número del 7 de abril pasado de la revista “Nature” –, arroja que el costo total del programa de transbordadores de la NASA ronda a los 200,000 millones de dólares –en dólares de 2010–. De este modo, si se divide esta cantidad por el total de vuelos realizados, se obtiene que cada viaje de un transbordador al espacio tuvo un costo promedio de unos 1,500 millones de dólares.

El programa de transbordadores espaciales pretendía, además, desarrollar la tecnología necesaria para realizar vuelos frecuentes de rutina al espacio a un costo bajo. En este sentido es evidente que los resultados estuvieron por debajo de las expectativas, pues solamente se realizaron un promedio de 4.5 vuelos por año, a lo largo de los 30 años de operación del programa, a un alto costo por vuelo. Hubo también periodos de inactividad de más de dos años después de los accidentes del “Challenger” y del “Columbia”.

Con la terminación del programa de transbordadores, la NASA pierde la capacidad de llevar a cabo vuelos orbitales tripulados. Al mismo tiempo, no obstante, el sector privado norteamericano está ingresando al negocio espacial. En diciembre de 2010, la compañía “SpaceX”, con base en California, se convirtió en el primer ente privado en colocar una cápsula en órbita y posteriormente recuperarla. Igualmente, otras compañías privadas están buscando desarrollar el “turismo espacial”, ofreciendo a la venta vuelos suborbitales. Con costos entre 100,000 y 200,000 dólares por viaje, sin embargo, este turismo no será precisamente de masas.

Si todo sale como planeado, el día de mañana a las 7:56 a.m. despegará el “Endeavour” para su último vuelo orbital y una vez que regrese a la Tierra se unirá al “Discovery” en calidad de jubilado, quedando en espera de un hogar definitivo en un museo norteamericano. Quedará así un último transbordador en activo y pendiente un último vuelo por realizar; con esto se cerrará la era de los transbordadores espaciales.

Al respecto, Pielke y Byerly escriben: “El transbordador espacial es el programa norteamericano más caro jamás realizado. Ahora que llega a su fin, debemos celebrar su éxitos, y extraer lecciones para futuras empresas humanas en el espacio”.

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