Hogar, dulce hogar

Aprovechando oportunidades



Según un informe publicado por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos el pasado mes de noviembre, las operaciones de las compañías multinacionales de este país en el extranjero están aumentando de manera substancialmente más rápida que las domésticas –aunque aquellas todavía sobrepasan a estas últimas en proporción de dos a uno–. Como reflejo de esto, en la última década dichas compañías suprimieron más de 800,000 puestos de trabajo en los Estados Unidos, al mismo tiempo que crearon casi tres millones de empleos en el extranjero, principalmente en países emergentes como China, la India y Brasil. Todo esto, por supuesto, con el objeto de reducir costos de operación y maximizar ganancias.

En relación a esto último, aunque el movimiento hacia el exterior de las multinacionales norteamericanas haya sido originalmente motivado por los bajos salarios en el extranjero, o bien alguna otra ventaja competitiva, de acuerdo con el informe referido, en la actualidad tiene la motivación adicional de aprovechar el creciente mercado de los países emergentes; esto, dados los problemas económicos por los que atraviesan los Estados Unidos desde hace algunos años. Es decir, los productos fabricados en el extranjero por las empresas norteamericanas están, de acuerdo al reporte de referencia, encontrando mercados alternativos al decaído mercado estadounidense.

Por otro lado, según un reporte dado a conocer esta semana por la “National Science Foundation” (NSF) de los Estados Unidos, el fenómeno de transferencia de puestos de trabajo desde los Estados Unidos hacia el extranjero abarca también a aquellos empleos clasificados como de alta tecnología.

En efecto, los puestos de investigación creados por las compañías multinacionales en el extranjero crecieron rápidamente en la última década hasta alcanzar en 2009 el 27% del total de investigadores contratados –sumados aquellos en los Estados Unidos y en el extranjero–. Este crecimiento fue especialmente notable entre los años 2005 y 2009 cuando las nuevas contrataciones de especialistas en el extranjero constituyeron el 85% del total. Con los números anteriores, resulta que más de un cuarto de los investigadores empleados por las compañías multinacionales norteamericanas residen fuera de los Estados Unidos.

Como publica la revista “Science” en su número de esta semana, si bien los Estados Unidos alcanzaron en el año 2000 un máximo de 2.5 millones en el número de empleos en el campo de alta tecnología –que comprende las industrias farmacéutica, aeroespacial, de cómputo y de maquinaria de alta precisión–, a partir de ese año este número disminuyó rápidamente, perdiendo el país en el curso de una década casi 700,000 puestos de trabajo que representaron el 28 % de su fuerza laboral.

La contratación de investigadores mexicanos en México por parte de compañías multinacionales constituye una oportunidad para desarrollar campos de alta tecnología en nuestro país. Para que esto se diera, sin embargo, sería necesario que en México hubiera una oferta suficientemente grande de investigadores en campos de relevancia tecnológica como es el caso de países asiáticos como China o la India que están aprovechando las nuevas condiciones en el mundo. Esto, desgraciadamente, no ocurre en nuestro país sino por excepción.

En efecto, si bien es cierto que se han hecho grandes esfuerzos para la formación de investigadores mexicanos mediante el generoso programa de becas del CONACyT –para realizar estudios de posgrado tanto en México como en el extranjero–, el apoyo federal a la investigación no ha sido igualmente generoso. Así, México dedica escasamente el 0.4% del PIB en investigación y desarrollo. En comparación, los Estados Unidos dedica a este rubro el 2.7%, Japón y el 3.3%, Corea del Sur el 3%, China el 1.4% y Brasil el 0.9%, por mencionar solamente algunos países.

De este modo, aunque México está formando investigadores, no existen suficientes puestos de trabajo en nuestras universidades o en la industria para absorberlos. Aun en el caso de que un recién formado investigador tenga la suficiente suerte de encontrar un trabajo, el apoyo monetario para que pueda desarrollar su campo de investigación no está de ninguna manera garantizado.

Estamos de este modo en peligro de limitarnos a ver pasar las oportunidades de desarrollo que otros países sí están aprovechando.

Si ese fuera el caso, a pesar de que nos convertiríamos en meros espectadores del progreso de China y de otras naciones, no podríamos de ninguna manera decir que nos quedamos como el chinito nomas….

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