El primer laboratorio científico de la historia

Supervirus



Cuando los marcianos invadieron nuestro planeta, según la novela “La guerra de los mundos” del escritor británico H.G. Wells, se encontraron con un enemigo inesperado: los microbios terrestres. Para fortuna nuestra y desgracia de los invasores, el enemigo resultó tan formidable que éstos últimos terminaron aniquilados en unos pocos días, a pesar de que contaban con una avanzada tecnología.

El exterminio ficticio de marcianos, que habría ocurrido hace poco más de un siglo –la novela de Wells fue publicada en 1898–, fue precedido por buen número de pandemias que llevaron al exterminio –ése sí real– de millones de personas. Una de las más famosas fue la epidemia de peste bubónica conocida como la “Muerte negra”, que en el Siglo XIV llevó a la tumba a una buena parte de la población de Europa–. No hubo, por otro lado, que esperar mucho tiempo después de la publicación de la “Guerra de los mundos” para que se diera la siguiente epidemia de grandes proporciones: la epidemia de influenza llamada “Gripe española”, que en 1918 mató a cerca de 20 millones de personas.

En la actualidad hay virus circulando en el mundo que los expertos consideran tienen potencial para provocar una pandemia. Uno de éstos es el virus de la gripe aviar H5N1, que fue noticia hace algunos años cuando logró infectar a personas que habían estado en contacto cercano con aves enfermas en el sudeste asiático. Se sabe que en humanos este virus es letal con una tasa de mortalidad mayor al 50%. Afortunadamente no es muy contagioso y solamente se sabe de un total de unas 600 personas infectadas; además, éstas lo han sido fundamentalmente a través del contacto con aves y no mediante un contagio entre personas.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud, que mantiene una vigilancia cercana sobre el virus de la gripe aviar, no considera que en estos momentos haya motivo de una particular preocupación por la posible ocurrencia de una pandemia de gripe aviar.

No obstante, se sabe ahora que el virus H5N1 puede mutar y volverse altamente contagioso, manteniendo al mismo tiempo una alta tasa de mortalidad. En efecto, durante una reunión de virólogos realizada el pasado mes de septiembre en la isla de Malta, un grupo de investigadores del Centro Médico Erasmus de Rotterdam reportó la creación de una variante del virus H5N1 capaz de trasmitirse a través del aire, al igual que lo hacen los virus de la gripe común. Aunque los estudios fueron realizados con hurones, se considera que pueden extenderse a humanos. Se tendría así un virus capaz de propagarse fácilmente entre personas pero con una tasa de mortalidad superior al 50%. Este virus, además, contiene mutaciones que pueden producirse de forma natural, lo que implica que podría aparecer sin intervención nuestra.

Un artículo con los resultados de esta investigación ha sido sometido para publicación a la revista “Science”. En una situación inédita, no obstante, el Consejo Nacional Científico Consultor sobre Bioseguridad del Gobierno de los Estados Unidos ha solicitado al editor de dicha revista que se supriman del artículo detalles que ayudarían a reproducir el virus. El argumento es que una información detallada de las técnicas empleadas pudiera ser usada por grupos terroristas para la fabricación de armas biológicas.

“Science”, al igual que los autores del artículo de referencia, han sido receptivos a esta solicitud, con la condición de que los detalles de la investigación sean difundidos entre otros grupos trabajando en el tema. En una entrevista concedida al periódico “New York Times”, sin embargo, Ron Fouchier, uno de los autores del artículo, considera que será difícil ocultar detalles de su trabajo una vez que se hagan del dominio de otros investigadores pues “Tan pronto como usted comparta información con más de 10 personas, la información estará en la calle”. Considera de este modo que el articulo debe publicarse con todos los detalles incluidos.

Hay quien critica que una investigación que condujo a crear un virus tan peligroso se haya llevado a cabo en un laboratorio universitario, sin las medidas de seguridad indispensables como las que se encontrarían en una instalación militar. Hay quien pone en duda incluso la pertinencia de desarrollar un supervirus capaz de producir una pandemia. 


Fouchier por su lado afirma que han demostrado la posibilidad de existencia de un virus de influenza altamente letal, al mismo tiempo que han encontrado las mutaciones que son responsables de su peligrosidad. Esto ayudaría a identificar brotes del supervirus que pudieran devenir en una pandemia. Ayudaría, asimismo, al desarrollo de vacunas y tratamientos para combatirlos.

Es decir, ahora que conocemos más a fondo a un potencial enemigo natural, dado el caso podríamos defendernos mejor –aunque este enemigo por lo pronto sea hipotético, pues su existencia depende de que ocurran en la naturaleza ciertas mutaciones del virus H5N1.

O en su defecto, podríamos usar el nuevo conocimiento contra un enemigo artificial que pudiera ser creado por un grupo terrorista, empleando conocimientos generados por una investigación llevada a cabo para fabricar un virus letal, y evitar así tener una muerte propia de un extraterrestre.

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