Tiempos idos



De acuerdo con información aparecida la pasada semana en el periódico Wall Street Journal, la compañía Eastman Kodak se estaría declarando en bancarrota a finales del presente mes de enero o a principios de febrero. Esto marcaría la caída de una compañía que mucho contribuyó al desarrollo de la fotografía y de la industria del cine tal como las conocemos en la actualidad.

Como sabemos, Kodak fue por una centuria la compañía dominante en la industria de la fotografía y a la cual le dio forma en buena medida. En efecto, podemos decir que George Eastman –el fundador de Kodak– inventó al fotógrafo amateur que casi todos llevamos dentro, cuando comercializó hace más de cien años la primera cámara fotográfica Kodak, misma que publicitó con el eslogan “Usted presiona el botón, nosotros hacemos el resto”.

Esta cámara, puesta en el mercado en 1888, se vendía por 25 dólares cargada con suficiente película fotográfica para 100 tomas. Una vez agotadas las 100 fotografías, la cámara debía ser enviada a las instalaciones de Kodak en Rochester, N.Y., para que la película fuera revelada y las fotografías impresas. Hecho esto, la cámara era nuevamente cargada con película fotográfica y enviada de regreso al cliente juntamente con sus impresos.

Para los estándares actuales este proceso luce ciertamente complicado. Hay que tomar en cuenta, sin embargo, que antes de la aparición de la primera cámara Kodak la fotografía era cosa de especialistas, pues a una sesión de fotografía –además de su cámara– el fotógrafo tenía que llevar consigo todo un laboratorio de revelado, ya que una vez expuestas las películas tenían que ser procesadas en cuestión de minutos. No es de sorprender, entonces, el éxito que Eastman tuvo con su primera cámara fotográfica.

Además de lo anterior, el fotógrafo amateur recibió de Kodak un nuevo impulso con la aparición en 1900 de la cámara “Brownie”, de fácil manejo y con un accesible costo de solamente un dólar.

El declive actual de Eastman Kodak está asociado a la aparición de la cámara digital que ha sustituido casi por completo a las cámaras analógicas o de película fotográfica. Como bien sabemos, la cámara digital nos permite tomar fotografías con una facilidad pasmosa y con resultados inmediatos, lo que posibilita hacer correcciones y repetir la toma en caso necesario. Esto contrasta con la fotografía analógica que implica un cierto tiempo de espera antes de poder ver el resultado; es decir, hasta que la película fotográfica sea procesada en una instalación especializada.

La cámara digital es producto de la misma tecnología electrónica que ha dado lugar a los procesadores y a las memorias de computadora, entre otros “chips” o circuitos integrados. Esta tecnología tuvo sus inicios hace más de medio siglo y desde entonces las dimensiones de estos circuitos se han hecho cada vez más pequeñas, siguiendo lo que se conoce como la “ley de Moore”.

Según esta ley, el número de transistores –uno de los elementos electrónicos básicos– contenidos en un “chip” se dobla aproximadamente cada dos años. Como resultado, un “chip” de dos centímetros por dos centímetros de área puede contener actualmente miles de millones de transistores.

En una cámara digital la película fotográfica es sustituida por un dispositivo denominado CCD, que consiste de un gran número de detectores –“pixeles” – arreglados en una cuadrícula. La ley de miniaturización también se cumple para los dispositivos CCD, de tal manera que el número de “pixeles” de una cámara digital–como bien nos consta– crece rápidamente con los años. Como resultado, las cámaras digitales pueden tomar fotografías cada vez más nítidas. De este modo, no es sorprendente que la fotografía analógica, una tecnología propia de la primera mitad del Siglo XX, haya perdido la carrera ante la pujante industria electrónica de nuestros días.

En relación a lo anterior, podemos quizá decir que la fotografía digital ha dado origen a una revolución en la manera como concebimos a los dispositivos para capturar imágenes –lo que queda evidenciado por el gran número de fotografías y videos que aparecen continuamente en situaciones inesperadas– y que esta revolución tiene un alcance similar a la generada por Eastman Kodak hace más de un siglo.

Así las cosas, no nos queda sino añorar –a los que tenemos la edad suficiente– tiempos idos, de cámaras analógicas y de películas fotográficas Kodak.

Comentarios