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El pasado miércoles 19 de marzo la NASA anunció que el problema que tuvo el programa de cómputo que controla al explorador marciano “Curiosity” había sido resuelto, y que en pocos días reanudaría su operación normal. Dicho problema ocurrió el 16 de marzo y afectó a una de las dos computadoras de control del explorador.

El “Curiosity” cuenta con dos computadoras idénticas y redundantes. El control del explorador lo lleva a cabo una de estas dos computadoras, mientras que la otra actúa como respaldo en caso de necesidad. El 27 de febrero, la computadora que estaba a cargo del control de “Curiosity” –computadora A– sufrió una falla en su memoria “flash”. Esto obligó a la NASA a suspender la operación normal del explorador y a iniciar una transferencia del control a la computadora B. El problema del 16 de marzo ocurrió con esta segunda computadora, antes de que dicha operación se hubiera normalizado.

El “Curiosity”, de este modo, ha enfrentado dos problemas en el curso de tres semanas que han afectado a sus dos computadoras de control y que lo han puesto fuera de operación.

Como sabemos, el explorador “Curiosity” dejó la Tierra en noviembre de 2011 y arribó a la superficie marciana en agosto de 2012. Con un peso cercano a una tonelada y el tamaño de un automóvil compacto, el “Curiosity” tiene, entre otros objetivos, determinar si en la actualidad existen –o si existieron en el pasado– las condiciones adecuadas para el desarrollo de vida microbiana en Marte. Para esto lleva a bordo sofisticados instrumentos para analizar químicamente muestras del suelo marciano y determinar su composición mineralógica.

En medio de los problemas que paralizaron al explorador a lo largo de las últimas cuatro semanas, la NASA anunció el pasado día 12 de marzo que al analizar el polvo obtenido al perforar una roca marciana, el “Curiosity” había encontrado los elementos esenciales para la vida: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre. De manera significativa, los encontró en forma de compuestos químicos aprovechables como alimento por la vida bacteriana.

Todo esto, además, fue encontrado en un sitio que parecía ser el lecho de un antiguo lago alimentado por un río que habría descendido de la ladera de un cráter en las inmediaciones. Un análisis mineralógico encontró que la roca estaba compuesta por arcilla en buena medida, lo que implicaba que la roca había permanecido en contacto con el agua por un largo tiempo.

El “Curiosity” encontró entonces, por vez primera, que en Marte existieron en el pasado –al menos en el lugar que está explorando– las condiciones adecuadas para el desarrollo de vida bacteriana. Esto, por supuesto, no significa que en verdad se hubiera desarrollado, de lo cual no existe evidencia hasta el momento.

El explorador tiene también como objetivos estudiar el clima y la geología de Marte, así como sus condiciones de habitabilidad. En particular, está midiendo el nivel de radiaciones de alta energía que inciden sobre la superficie marciana –rayos cósmicos y partículas energéticas emitidas por el Sol– que son adversas a la vida. En la Tierra estamos protegidos de estas radiaciones tanto por el campo magnético de nuestro planeta como por su atmósfera. Marte no tiene un campo magnético y su atmósfera es mucho menos densa que la de la Tierra, por lo que no goza del mismo nivel de protección. Conocer los niveles de radiación que llegan a la superficie de Marte es de este modo un tema de gran interés para futuros viajes tripulados a este planeta –por más que se vean lejanos en estos momentos de problemas económicos.

Encontrar si en Marte existen o existieron en el pasado las condiciones adecuadas para el desarrollo de la vida no es ciertamente el único objetivo del “Curiosity”, aunque sí es el más publicitado por la NASA. Esto es entendible, pues la vida extraterrestre es un tema que captura grandemente el interés público y puede proporcionar apoyo popular a las actividades de la agencia espacial.

De manera desafortunada, el explorador “Curiosity” experimentó sendos problemas con sus dos sistemas de cómputo antes de cumplir un año sobre la superficie de Marte. Esto contrasta con el explorador “Opportunity” que descendió a la superficie marciana en enero de 2004 y que aún hoy en día, casi diez años después, está activo. Su gemelo, el explorador “Spirit”, que arribó tres semanas antes, tuvo igualmente una larga vida y estuvo activo hasta marzo de 2010 –aunque tuvo igualmente al inicio un problema con la memoria “flash”.

Contrasta igualmente el costo de ambas misiones: 2,500 millones de dólares para el “Curiosity” y un costo combinado de 820 millones de dólares para el “Spirit” y el “Opportunity”.

Esta diferencia en costo refleja que el “Curiosity” es un explorador más sofisticado que sus predecesores. De manera consecuente, los especialistas esperan que la información que nos envíe acerca de nuestro planeta vecino sea proporcionalmente más rica y que, en particular, nos esclarezca si Marte fue alguna vez habitable –no por marcianos sino por simples microbios–, y que nos haga saber cuáles son las condiciones de habitabilidad de este planeta –que sería nuestra primera opción para emigrar en caso de necesidad–. Visto esto, esperemos que los problemas que experimentó el “Curiosity” hayan sido sólo ocasionales.

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