El primer laboratorio científico de la historia

Un viaje demasiado largo y costoso



Como lo relató el periódico chileno “La Estrella de Arica” en su edición del 19 de octubre de 2003, cuando Óscar Muñoz –quien tenía como pasatiempo la búsqueda de objetos de valor histórico en la región salitrera del desierto de Atacama– se encontraba excavando en una iglesia en el poblado de La Noria, dio con un cuerpo momificado aparentemente humano, envuelto en una tela blanca y atado con una cinta morada.

El hallazgo no hubiera sido especialmente notable si no fuera porque el cuerpo media solamente unos 15 centímetros, tenía la cabeza desproporcionadamente grande, y contaba solamente con 20 costillas en lugar de 24 como es lo normal. Con estas características no debe de sorprendernos que los entusiastas de los OVNIS hayan considerado que se trataba de los restos de un visitante extraterrestre.

Un estudio del ADN del cuerpo llevado a cabo por la Universidad Stanford en los Estados Unidos y dado a conocer en días pasados, sin embargo, demostró de manera concluyente –para decepción de los creyentes en los extraterrestres– que se trataba de restos humanos. Se determinó también que posiblemente el sujeto había muerto hace algunas décadas, a una edad entre los seis y los ocho años, y que su madre fue una indígena del norte de Chile. Por otro lado, la razón por la que al morir solamente medía 15 centímetros queda por el momento sin una explicación firme, lo mismo que otros rasgos anatómicos.

Sin bien el hallazgo de La Noria ocurrió hace casi una década, en las últimas semanas se le dio difusión en los medios de los Estados Unidos con motivo de la promoción del documental “Sirius”, que trata de la presencia de extraterrestres en nuestro planeta. “Sirius” es parte del llamado “Proyecto revelación” impulsado por Steven Greer, que tiene como objetivo desenmascarar los supuestos esfuerzos del gobierno estadounidense por ocultar la presencia de extraterrestres en la Tierra. Greer es un médico de profesión que después de trabajar por un tiempo como tal se convirtió en experto en temas extraterrestres.

Según Greer, el gobierno estadounidense tiene interés en ocultar la visita de extraterrestres a nuestro planeta por el impacto que tendría el mundo en caso de que se dieran a conocer los secretos de la energía empleada por los extraterrestres para propulsar sus naves a lo largo de distancias interestelares. Con esta energía, supuestamente limpia e infinitamente superior a todo lo que conocemos, prescindiríamos de los combustibles fósiles y cambiaríamos el orden económico mundial. Aseguraríamos el suministro de energía para la industria y el transporte, al mismo tiempo que resolveríamos el problema de contaminación ambiental que amenaza con el colapso del planeta. Resolveríamos, en resumen, los problemas de pobreza, escasez de recursos naturales y desigualdad en el mundo.

En la promoción del documental “Sirius”, estrenado el pasado de 22 abril, se manipuló a la momia encontrada en La Noria, presentándola como una prueba de la presencia de extraterrestres en la Tierra. En el documental mismo, no obstante, se incluyeron los resultados de la investigación realizada en la Universidad Stanford que demuestran su origen terrestre.

En otra acción relacionada, la organización “Paradigm Research Group”, llevó a cabo esta semana una reunión en Washington, D.C., llamada “Audiencia Ciudadana sobre Revelación”, con el propósito de discutir sobre la presencia de extraterrestres en nuestro planeta y de convencer al Congreso de los Estados Unidos de tomar el tema en serio. Con el objeto de dar credibilidad a la reunión, sus organizadores invitaron a seis ex congresistas, los cuales fueron remunerados con 20,000 dólares cada uno por su participación.

De acuerdo con “The New York Times”, la motivación de los ex congresistas para participar en la reunión –aparte del pago de 20,000 dólares– podría haber sido la curiosidad. Según Carolyn Kilpatrick, ex representante por Michigan, “Nuestro País ha trivializado el tema, lo ha convertido en una broma. Ahora encuentro que es mucho más que eso. Y no es una broma. Y hay datos científicos que muestran que puede haber algo por ahí”.

El hecho es que, dado el enorme número de estrellas en nuestra galaxia, se acepta que es muy probable que existan mundos habitados, máxime ahora que sabemos de la existencia de numerosos planetas orbitando estrellas. Al respecto, en el número de esta semana de la revista “Science” se incluye una sección especial sobre exoplanetas –planetas fuera del sistema solar– en donde se asienta que a la fecha se han detectado 900 de éstos y que varios miles más están bajo investigación.

Cualquier planeta habitado, sin embargo, estará a una distancia fenomenal, de modo que es extremadamente pequeña la probabilidad de que sus habitantes nos hayan, en primer término, escogido para realizar una visita y, en segundo término, que hayan tenido los medios y las ganas para realizar un viaje tan largo con propósitos poco claros.

A pesar de esto, podría resultar incomprensible que haya grupos en los Estados Unidos impulsando ideas que se antojan descabelladas. No lo es, sin embargo, cuando tomamos en cuenta que, de acuerdo a una encuesta reciente, un tercio de los norteamericanos cree en la presencia de extraterrestres en nuestro planeta, otro 50 por ciento no está seguro, y sólo el 17 por ciento piensa que es una patraña. Además, 79 por ciento cree que el gobierno mantiene secretos sobre este tema. Con estos números, el asunto tiene un interés político evidente.

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