El primer laboratorio científico de la historia

De lo fácil a lo difícil



Como sabemos, el petróleo es un energético no renovable que tarde o temprano se agotará. La fecha para que esto ocurra, no obstante, es motivo de debate entre los especialistas. Según los pesimistas, estamos a punto en que se llegue a un máximo en la producción mundial de petróleo; a partir de este punto, dicha producción comenzará a declinar de manera paulatina, tanto por el agotamiento de los mantos petrolíferos, como por cuestiones geopolíticas al estar las mayores reservas de crudo distribuidas en el mundo de manera inequitativa. Los optimistas, por su lado, consideran que el máximo de producción ocurrirá hasta dentro de tres o cuatro décadas, como consecuencia del descubrimiento de nuevas reservas o de avances tecnológicos que posibiliten la extracción de petróleo ahora inaccesible.

Precisamente, uno de estos avances ha permitido a los Estados Unidos incrementar su producción, tanto de petróleo como de gas natural, empleando la técnica conocida como “fracking”. Esta técnica posibilita la liberación del petróleo o gas atrapado en rocas en el subsuelo. Para esto se perfora un pozo hasta el yacimiento a explotar y se inyecta agua a presión mezclada con arena y algunos productos químicos con el propósito de fracturar la roca y liberar el petróleo o el gas, que emerge a la superficie a través del pozo. Mediante la técnica de “fracking” los Estados Unidos han podido revertir en los últimos años la tendencia en su producción de petróleo que, excepto por un periodo de estabilización en la década de los años ochenta, se había mantenido a la baja desde 1970.

El “fracking”, sin embargo, es una tecnología muy controvertida. Sus detractores, por ejemplo, señalan que requiere de grandes cantidades de agua para fracturar las rocas del yacimiento a explotar, que puede contaminar los mantos acuíferos. Además, parte del agua inyectada regresa a la superficie contaminada con metales pesados y elementos radiactivos y tiene que ser confinada de algún modo. Una manera de hacerlo es reinyectándola en el subsuelo a una profundidad mayor a la de la roca fracturada. Hay evidencia, no obstante, que esta práctica puede producir temblores de tierra de intensidad media.

Aplicado a la producción de gas natural, “el fracking” suma puntos a su favor pues el gas generado puede ser empleado como combustible en plantas termoeléctricas en sustitución del carbón, contribuyendo así a reducir las emisiones de gases de invernadero a la atmósfera. Al mismo tiempo, sin embargo, al fracturar las rocas en las que está atrapado el gas se puede propiciar que parte de éste se escape a la atmósfera. Esto contribuiría al calentamiento global, pues el metano, que es el principal componente del gas natural, es un gas de invernadero más potente que el dióxido de carbono.

Un artículo aparecido en el número de esta semana de la revista “New Scientist”, escrito por Michael Brooks, analiza las posibilidades de que la producción de gas natural por la técnica “fracking” pueda servir de puente entre la época actual, caracterizada por el uso de combustibles fósiles convencionales, y el mundo del futuro que necesariamente dependerá de energías renovables. El papel del “fracking” como puente energético hacia el futuro dependerá del grado en el que la experiencia estadounidense con esta tecnología pueda repetirse en otros lugares del planeta, lo cual está por verse. Considera, no obstante, que el “fracking” difícilmente será una solución mágica que resuelva los problemas energéticos del mundo en el futuro inmediato, aunque probablemente contribuirá a paliar el problema del calentamiento global.

Nuestro país en estos momentos está inmerso en una controversia sobre la apertura de PEMEX a la inversión extranjera. La producción petrolera en México a partir de 2004 ha ido a la baja, producto del declive del yacimiento Cantarell en la Sonda de Campeche. Entre las razones esgrimidas en favor de dicha apertura se encuentra la falta de tecnologías en el país para elevar nuestra producción de energéticos, lo cual es difícil de argumentar en contra.

No es justificable, sin embargo, que en los años de bonanza petrolera gracias a Cantarell no hayamos hecho lo suficiente para desarrollarlas. La historia misma del descubrimiento del yacimiento es significativa en este respecto: Cantarell fue descubierta en forma accidental por un pescador que fue a reclamar a las oficinas de PEMEX una indemnización porque sus redes de pescar fueron impregnadas por el petróleo que escapaba del yacimiento. Así, de manera accidental, no como resultado de sus exploraciones en busca de petróleo, fue que PEMEX se enteró de la existencia de un campo petrolífero que a la postre resultaría ser el segundo mayor del mundo.

La era de los energéticos de fácil extracción en México llegó a su fin y esto nos obliga a desarrollar capacidades tecnológicas para la extracción de combustibles fósiles en condiciones cada vez más complicadas. De acuerdo con datos del Departamento de Energía de los Estados Unidos, México ocupa el sexto lugar mundial en reservas recuperables con técnicas de “fracking”, lo que nos obliga a conocer todo acerca de esta técnica, incluyendo los riesgos ambientales que conlleva.

A menos que nos resignemos a ser simples observadores de compañías extranjeras extrayendo energéticos de nuestro subsuelo sin mayores controles ambientales.

Comentarios