El primer laboratorio científico de la historia

Un sol en nuestro futuro



Como nos ha informado la prensa en las últimas semanas, la planta nuclear de Fukushima en Japón, que fue severamente dañada por el terremoto y posterior tsunami que golpeó al norte de ese país el día 11 de marzo de 2011, está vertiendo agua contaminada con elementos radioactivos en el Océano Pacífico. Ahora sabemos que esto, en realidad, lo ha estado haciendo desde hace dos años, hecho que había sido ocultado por TEPCO, la compañía dueña de la planta.

Como sabemos, al momento de ocurrir el terremoto, los tres reactores de la central de Fukushima –de un total de seis– que en esos momentos estaban en operación se apagaron de manera automática. En seguida, puesto que aun apagados los reactores tienen que seguir siendo enfriados con agua para evitar su colapso, se pusieron en funcionamiento los generadores de electricidad auxiliares a fin de accionar las bombas de agua. El tsunami que siguió al temblor, sin embargo, inundó los edificios de los reactores e inutilizó lo generadores. Con esto se sobrecalentaron y fundieron los núcleos de los tres reactores nucleares, quedando fuera de control y dejando escapar gases radioactivos.

Actualmente se bombean unas 400 toneladas de agua diarias en dichos reactores con el objeto de mantener su temperatura controlada. El agua regresa del reactor contaminada con elementos radiactivos y es acumulada en 1,000 tanques gigantescos construidos por TEPCO al lado de la planta. Han ocurrido, no obstante, accidentes y recientemente se reportó una fuga de 300 toneladas de agua altamente radiactiva que habría llegado hasta el Océano Pacífico. El nivel de radiación medido cerca del tanque fue tal que podría haber matado a una persona con una exposición de cuatro horas.

El enorme volumen del agua almacenada después de dos años y la velocidad con la que este crece es otra fuente de problemas para TEPCO. Para intentar solucionarlo, el gobierno japonés –no la compañía TEPCO– invertirá 150 millones de dólares en la construcción de una planta para descontaminarla de radiación y así poder descargarla en el mar.

Se ha encontrado también que el agua subterránea en las inmediaciones de la planta se filtra hacia los sótanos de los edificios de los reactores dañados, en donde se mezcla el con agua contaminada filtrándose posteriormente hasta el mar. Se estima que unas 300 toneladas diarias de agua radiactiva terminan descargándose en el Océano Pacífico.

Para solucionar este problema, el gobierno japonés –otra vez no la compañía TEPCO– anunció esta semana que invertirá 320 millones de dólares en la construcción de una “pared de hielo” de 30 metros de profundidad alrededor de la planta nuclear y así evitar el flujo de agua, tanto hacia el interior como hacia el exterior de la misma. Dicha pared de hielo se construirá por medio de tubos enterrados a los que se hará circular un refrigerante a una temperatura de menos 40 grados centígrados.

Hoy en día, el mundo obtiene el 12% de la energía eléctrica que consume de fuentes nucleares. Hay países, sin embargo, que tienen más vocación nuclear que otros. El ejemplo extremo es Francia, que obtiene el 75% de su electricidad de fuentes nucleares. Antes del desastre de Fukushima el porcentaje correspondiente a Japón era 30%; en la actualidad solamente una planta nuclear japonesa está en operación.

A raíz del accidente de Fukushima, Alemania –que en 2011 obtenía el 18% de su electricidad de fuentes nucleares– ha adelantado 11 años su decisión de deshacerse de sus centrales nucleares y ahora esto ocurrirá en 2022. Para sustituirlas dependerá de los combustibles fósiles y de las fuentes renovables de energía. Hoy en día, Alemania genera el 25% de su electricidad por fuentes de energía renovable, entre las que se incluye la energía del Sol. Este porcentaje se está incrementando rápidamente y la meta para el año 2020 es aumentarlo al 35%, y de manera paulatina hasta el 80% en 2050.

En interesante hacer notar que, a pesar de ser Alemania un país norteño con relativamente poca radiación solar, está desarrollando fuertemente la energía solar fotovoltaica para la generación de energía eléctrica. Si bien en 2011 Alemania generó por esta vía sólo el 3% de su electricidad, la energía fotovoltaica en este país está creciendo rápidamente, doblándose cada 1.5 años.

Hoy en día la mayor fuente de energía del mundo son los combustibles fósiles. Éstos, sin embargo, además de ser finitos, son fuente de contaminación y han llevado a los problemas de cambio climático que aquejan al planeta. Por otro lado, sin bien en algún momento se concibió a la energía nuclear como una fuente confiable de energía, accidentes como los de Fukusihima y Chernobyl la muestran como peligrosa y contaminante, aun sin considerar el problema de la disposición de los desechos radiactivos.

En este contexto, siendo el Sol una fuente prácticamente inagotable de energía y dado que el aprovechamiento de sólo una mínima parte de la energía solar que recibe la Tierra bastaría para satisfacer nuestras necesidades energéticas, el Sol se presenta como la energía del futuro. Sobre todo para un país tropical como el nuestro que, ciertamente, tiene más recursos solares que Alemania.

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