El primer laboratorio científico de la historia

Una ojeada al pasado



De acuerdo con la Wikipedia, la primera fotografía de una persona fue realizada por Louis Daguerre en el año 1838. Dicha fotografía, que requirió de un tiempo de exposición de unos diez minutos, muestra el “Boulevard du Temple” de Paris en un día soleado. En un primer plano, en la parte inferior derecha de la imagen podemos ver un edificio de tres pisos, detrás del cual sube en diagonal el bulevar bordeado por edificios. El efecto visual que produce la fotografía es peculiar, pues si bien muestra claramente el efecto del paso de los años –lo que le da un aspecto que incluso podríamos calificar de fantasmagórico–, al mismo tiempo las imágenes de los edificios y de los árboles a lo largo de la avenida están claramente delineadas.

El tiempo de exposición que fue empleado por Daguerre no permitió registrar personas en movimiento –si es que las hubiera habido–. En la parte inferior izquierda, sin embargo, podemos ver la silueta de una persona lustrándose los zapatos, la cual debió permanecer relativamente inmóvil durante la toma. Dada la distancia a la que se encontraba, sin embargo, fuera de su silueta la fotografía no arroja ninguna otra información acerca de su persona.

Como sabemos, Daguerre y los daguerrotipos fueron solamente el inicio de una revolución que en el curso de medio siglo llevó al desarrollo de cámaras fotográficas que pudieron ser manejadas por las personas comunes y corrientes, y no solamente por los especialistas. Revolución que finalmente nos ha llevado a la época actual en la que tomar una fotografía puede ser tan simple como apretar un botón –virtual o real– de un dispositivo –un teléfono celular– que irónicamente fue diseñado con otro propósito.

La aparición de la fotografía permitió por vez primera registrar imágenes para la posteridad. Antes de la fotografía, la imagen de una persona podía preservase, por ejemplo, en una pintura de estudio. En tal caso, sin embargo, no hay seguridad del grado de fidelidad de la pintura con respecto a la persona representada. En contraste, si descartamos aquellas fotografías manipuladas a propósito, una fotografía es una imagen de una persona real, resultado de la luz que refleja la persona fotografiada, y en ese sentido las fotografías antiguas son una ventana hacia el pasado.

Un ejemplo de esto nos lo da el sitio de internet denominado “Mirror of Race” en el que se exhiben fotografías de la segunda mitad del siglo XIX alrededor del tema del racismo y la esclavitud en los Estados Unidos. Este sitio fue motivo de sendos artículos publicados hace unos días por “The New York Times” y el periódico británico “The Guardian”.

De acuerdo con sus creadores, “Mirror of Race” es un “lugar para la reflexión sobre el significado de raza en los Estados Unidos, tanto en el pasado, como en el presente y futuro”. El sitio contiene fotografías de un periodo que va desde la década de 1840 hasta finales del siglo XIX. Incluye por lo tanto imágenes obtenidas antes y después de la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos ocurrida en 1865. Aunque algunas de las personas fotografiadas están identificadas, la mayoría son anónimas o están identificadas sólo por su nombre propio.

Cada fotografía se presenta inicialmente con una información escueta con el objeto de que quién la vea se forme su propia opinión sin interferencia externa. Se presenta enseguida la información factual que se posee acerca de la fotografía y, finalmente, se proporciona una interpretación experta en el marco conceptual del sitio.

Algunas de las fotografías de “Mirror of Race” son representativas de la violencia asociada a la esclavitud. Incluyen, por ejemplo, la fotografía de una persona de raza blanca identificada como “Abraham, amo de esclavos”, de aspecto siniestro –apropiado para una película de terror de los años treinta–, con un látigo de cuero en las manos. Esta fotografía, de finales de los años 1850, nos transporta –quizá más que ninguna otra– al mundo de violencia esclavista del siglo XIX.

El sitio incluye también varias fotografías de esclavos liberados que fueron empleadas en una campaña para abolir la esclavitud. Entre las personas fotografiadas se incluye a Wilson Chinn, quien muestra las letras VMB en la frente que le fueron herradas por su dueño Volsey B. Marmillon. De la misma manera, el sitio incluye fotografías de niños en apariencia de raza blanca, hijos de padres esclavos y por tanto también esclavos.

No alcanza el espacio de esta columna para describir con palabras una muestra de fotografías en extremo interesante que nos acerca a un pasado en cierto modo olvidado pero no tan distante; ni en el tiempo ni, desgraciadamente, en cuanto a haber superado los prejuicios del racismo. “Mirror of Race” es ciertamente un sitio fascinante al que es necesario ingresar para poder apreciar. Hay que recordar que una imagen dice más que mil palabras. Y que una fotografía del pasado nos dice más de mil palabras…..del pasado.

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