El primer laboratorio científico de la historia

Accidentes espaciales



Los proyectos espaciales financiados con capital privado sufrieron en la semana que hoy termina dos fracasos importantes. Por un lado, el cohete Antares de la compañía Orbital Sciences Corporation explotó poco después de su lanzamiento el pasado martes por la noche desde una base de la NASA en el estado de Virginia, Estados Unidos. El cohete llevaba bajo contrato con la NASA una carga de más de dos toneladas de suministros, equipo y experimentos científicos con destino a la Estación Espacial Internacional. Los operadores del lanzamiento apretaron un botón de autodestrucción quince segundos después del despegue, cuando fue evidente que algo no estaba funcionando bien y para evitar que el cohete cayera en un área poblada.

Si bien todavía no se han establecido oficialmente las causas del accidente, éste ha sido atribuido a un malfuncionamiento de los motores del cohete. Lo anterior según Bill Ketchum, un ingeniero aeroespacial retirado que trabajó para la compañía General Dynamics, quien fue citado por la revista Forbes.

Forbes cita, igualmente, a Dennis Wingo, Director Ejecutivo de la compañía Skycorp Incorporated, quien afirma que dichos motores –desarrollados en la antigua Unión Soviética– fueron almacenados en 1975 en una bodega sin las condiciones climáticas adecuadas y que nadie quiso comprarlos hasta que Orbital Sciences lo hizo para Incorporarlos a su cohete Antares. De acuerdo con Wingo, la causa más probable del accidente del pasado martes fue el esfuerzo, la corrosión y las fisuras en la estructura de los motores del cohete, aunque considera que también pudo darse una fisura o fractura en las líneas de combustible.

Un segundo accidente que involucró esta semana a la industria espacial privada ocurrió el viernes último cuando la nave espacial SpaceShipTwo de la compañía Virgin Galactic se estrelló en un vuelo de prueba en el Desierto de Mojave, California, muriendo uno de sus pilotos y resultando gravemente herido el otro. El SpaceShipTwo es un vehículo que Virgin Galatic pretende emplear para llevar a cabo vuelos turísticos al espacio. Los vuelos serían suborbitales, lo que significa que la nave no entraría en órbita alrededor de la Tierra. Se elevaría, no obstante, hasta una altura de unos 100 kilómetros desde donde se podrá observar la curvatura de la Tierra y lo oscuro del espacio. Los pasajeros podrán también experimentar la ingravidez por algunos pocos minutos y flotar dentro de la nave. Todo esto a un costo entre los doscientos mil y los doscientos cincuenta mil dólares por persona.

Para alcanzar el espacio, el SpaceShipTwo –que puede transportar a seis turistas– es primero elevado hasta una altura de unos 15 kilómetros por un avión nodriza y luego liberado para que alcance los cien kilómetros de altura por sus propios medios. En el vuelo del viernes pasado todo ocurrió con normalidad hasta el momento que el avión nodriza liberó al SpaceShipTwo. Una vez liberado, no obstante, y al cabo de unos pocos segundos, ocurrieron “serias anomalías que llevaron a la pérdida de la aeronave”, según un comunicado de Virgin Galactic.

No se sabe con certeza que fue lo que le sucedió al SpaceShipTwo, pero cabría la posibilidad de que el accidente estuviera relacionado con el tipo de combustible empleado, el cual no se había probado con una aeronave en vuelo, aunque sí en pruebas en tierra.

El accidente hace preguntarse a los expertos sobre el futuro de la industria del turismo espacial. No dudan que esta se desarrolle algún día pero quizá no tan pronto como Richard Branson, dueño de Virgin Galactic, predijo en septiembre pasado, cuando afirmó que el primer vuelo comercial del SpaceShipTwo se llevaría a cabo en febrero o marzo de 2015. Esto que parecía inviable a los expertos antes del accidente del viernes pasado, es ahora claramente imposible.

En realidad Branson ha hecho repetidos anuncios de la inminencia de vuelos comerciales del SpaceShipTwo y en la wikipedia podemos encontrar un recuento de los mismos. Primeramente, en julio de 2008 predijo que el vuelo inaugural se llevaría a cabo en 18 meses. En diciembre de 2009 aseguró ante 300 personas que habían pagado para apartar un lugar en el SpaceShipTwo, que los vuelos empezarían a llevarse a cabo en 2011. En abril de 2011, sin embargo, Branson declaró que tenía la esperanza de que en 18 meses “estaremos sentados en nuestra nave espacial con rumbo al espacio”. A pesar de esto, en mayo de 2013 Branson anunció en que él estaría a bordo del SpaceShipTwo en su vuelo inaugural, el cual se llevaría a cabo el 25 de diciembre de ese año, “quizá vestido de Santa Claus”.

A la fecha, en la página electrónica de Virgin Galactic se asienta que la compañía ha recolectando 89 millones de dólares de 700 personas que han comprado un lugar en el SpaceShipTwo. Nada mal para una compañía que ofrece viajes al espacio pero que a la fecha no ha realizado ninguno –ni parece que lo vaya a hacer pronto.

Como quiera que sea, al margen del buen o mal negocio, lo que sí resulta claro es que viajar al espacio –a más de medio siglo del inicio de la era espacial– sigue siendo una empresa difícil y peligrosa, como lo atestiguan los dos accidentes espaciales ocurridos en los últimos días. Y este es el consuelo que nos queda a aquellos que no pudimos pagar 250,000 dólares para apartar un viaje al espacio, que bien pudiera nunca llevarse a cabo.

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