El primer laboratorio científico de la historia

Una imagen nos diría más que mil palabras



Tal como fue planeado, la madrugada del pasado miércoles 12 de noviembre la sonda Philae de 100 kilogramos de peso de la Agencia Espacial Europea (AEE) se desprendió de la nave nodriza Rosetta con rumbo a la superficie del cometa Churyumov-Gerasimenko, con la que hizo contacto siete horas más tarde.

Como informó en su momento la AEE, la nave Rosetta con la sonda Philae a bordo se encontró con el cometa Churyumov-Gerasimenko el 6 de agosto pasado después de un viaje de 10 años desde la Tierra. El encuentro ocurrió en un punto situado a 500 millones de kilómetros de nuestro planeta, entre las órbitas de Marte y Júpiter. A su arribo a la vecindad del cometa, Rosetta entró en órbita alrededor del mismo y se espera que lo acompañe en su viaje orbital alrededor del Sol por más de un año, hasta diciembre de 2015.

Según el sitio de internet de la AEE, la misión de Rosetta tiene como objetivo determinar el origen y evolución del sistema solar. Los científicos consideran que la composición de los cometas refleja la composición de la nebulosa a partir de la cual se formaron el Sol y los planetas hace 4,600 millones de años, y de ahí la importancia de realizar un estudio a profundidad del cometa Churyumov-Gerasimenko.

Este estudio incluía el envío de la sonda Philae a su superficie, lo que, desafortunadamente, no resultó como se había planeado, pues el aterrizaje de Philae no fue lo terso que se esperaba. Lejos de esto, al contacto con la superficie del cometa la sonda “rebotó”, elevándose por cerca de un kilómetro, para nuevamente caer –después de casi dos horas de vuelo– un kilómetro más allá del primer contacto.

La trayectoria caótica de la sonda no paró ahí, y al segundo contacto con la superficie del cometa saltó nuevamente –aunque ahora a una menor altura– para finalmente caer de costado cerca de una pared de roca. En una fotografía enviada por Philae desde la superficie del cometa, hecha pública por la AEE, es posible ver una de sus tres patas, aparentemente en el “aire”, con rocas en el trasfondo.

En comparación con la Tierra, el cometa Churyumov-Gerasimenko tiene una masa minúscula y su fuerza de atracción gravitatoria es correspondientemente pequeña, la cual se estima es apenas una diezmilésima parte de la fuerza de atracción que ejerce nuestro planeta. Con este valor, el peso de Philae sobre la superficie del cometa sería de apenas diez gramos, lo que explica que haya saltado un kilómetro hacia arriba, permaneciendo suspendido por casi dos horas.

Para evitar lo que finalmente sucedió, la AEE había previsto que al contacto con la superficie del cometa se disparase un mecanismo de propulsión por aire que presionase a la sonda hacia abajo, al mismo tiempo que se disparasen arpones hacia el suelo para anclarla de manera firme. Sin embargo, ninguno de los dos mecanismos funcionó con los resultados conocidos.

Una consecuencia desafortunada del accidentado aterrizaje de Philae es que terminó por parar en un sitio cerca de una pared de roca que obstruye en gran medida la radiación solar que deben captar sus paneles solares para recargar sus baterías. Sin esta radiación, la sonda sólo disponía de 60 horas de energía para cumplir sus funciones.

Ante esta circunstancia, el equipo de control de la sonda aceleró los experimentos planeados con los instrumentos de medición a bordo de Philae, lo que incluyó la perforación del suelo del cometa para extraer muestras de material que los científicos consideran ha permanecido inalterado desde la formación del sistema solar.

Según el sitio de internet de la AEE, Philae tuvo suficiente energía para llevar a cabo las mediciones planeadas y transmitir los resultados al orbitador Rosetta, que a su vez los ha enviado hasta nuestro planeta. En estos momentos la sonda agotó ya sus reservas de energía y ha entrado en un estado de hibernación, mismo que podría ser permanente, lo que implicaría el fin de la misión de Philae. Esto ocurrirá a menos que, en la medida que el cometa se acerque al Sol y la intensidad de la radiación solar aumente, los paneles solares capten suficiente energía para cargar las baterías: En tal caso la sonda podría despertar.

La AEE, por otro lado, ha sido objeto de críticas por el hecho de que no han hecho públicos los resultados de la misión con la suficiente celeridad. Un artículo publicado en el número de esta semana de la revista “Science”, por ejemplo, hace notar que no se han hecho públicas ninguna de las fotografías del cometa tomadas con las cámaras de alta resolución con las que cuenta Rosetta. Lo anterior obedece al hecho de que los científicos responsables de cada uno de los instrumentos a bordo de Rosetta quieren mantener la prioridad sobre los datos obtenidos, mismos que darán a conocer mediante artículos científicos de su autoría en su debido momento.

Es ciertamente motivo de controversia que los resultados de una misión que ha costado 1,400 millones de Euros en fondos públicos no se hagan públicos en cuanto estén disponibles y eso es algo que podrán reclamar los ciudadanos de los países que pagaron la misión al cometa Churyumov-Gerasimenko. En lo que a nosotros respecta, mucho nos hubiera gustado haber tenido ya la oportunidad de admirar imágenes a colores y en alta resolución de un mundo por demás extraño. Y al mismo tiempo lamentamos que, en lo que al aterrizaje de Philae se refiere, no todo haya salido como se esperaba.

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