Hogar, dulce hogar

Una cápsula del tiempo



El propósito nunca se ha aclarado, ni los culpables han sido plenamente identificados,pero hace poco más de un siglo hubo quien o quienes en Inglaterra tuvieron la ocurrencia de falsificar fósiles y hacerlos pasar por restos de un ancestro nuestro. Nos referimos al llamado Hombre de Piltdown,cuyos restosfueron supuestamente encontrados entre los años 1908-1912en una mina de grava cerca dePiltdown, un pueblo en el sur de Inglaterra.

La historia se inicia en 1908, cuando un trabajador de la mina habría localizado algunos fragmentos de un cráneo fosilizado, mismo que hizo llegar a Charles Dawson, un arqueólogo aficionado,quien se dio a la tarea de explorar el sitio en busca de más fósiles. Posteriormente se le unieron en la búsqueda el padreTeilhard de Chardin y Arthur Smith Woodward, un paleontólogo profesional del Museo Británico, logrando encontrar más fragmentos de cráneo, una mandíbula con dos molares y un diente canino. Lo peculiar de los restos fósiles es que, mientras que los fragmentos de cráneo recordaban a los de un hombre moderno, la mandíbula tenía las características de la de un simio.

Smith Woodward y Dawsonpresentaron sus descubrimientos ante la Sociedad Geológica de Londres en una sesión llevada a cabo en el mes de diciembre de 1912. En dicha sesión expresaron su convicción de quelos restos fósiles de Piltdown, correspondíanal eslabón perdido entre nuestra especie y la nuestros antecesores simios.

Aunque controvertidas, las opiniones de Smith Woodward y Dawson tuvieron una buena aceptación y fueron apoyadas por prominentes paleontólogos británicos. El apoyo fue tal que en 1938 se erigió en el sitio del supuesto descubrimiento del Hombre de Piltdown un monumento conmemorativo del acontecimiento.En 1953, sin embargo, quedó claro que todo había sido un engaño y que el cráneo pertenecíaa un humano anatómicamente modernomientras que la mandíbula era de un orangután. Los restos habían sido tramposamente alterados para disimular el hecho de que nopertenecieran al mismo individuo.

Una de las maneras en que se ha entendido la razón por la que el Hombre dePiltdown pudo sobrevivir por cuatro décadas, invoca al hecho de que mientras que en el continente europeo había abundantes fósiles que daban fe de la evolución de la especie humana, en Inglaterra éstos eran casi inexistentes. En palabras del biólogo evolucionista y divulgador científico Stephen JayGould, “Inglaterra no sabía nada de sus antepasados más antiguos. Francia, por otro lado, disfrutaba de una superabundancia de neandertales, cromañones y sus herramientas y arte asociados. Los antropólogos franceses gozaban pasándoles por las narices a los ingleses esta exagerada disparidad de evidencias. Piltdown no podría haber sido mejor diseñado para darle la vuelta a la tortilla. Parecía muy anterior al neandertal.”

Aunque al final del díaPiltdown no contribuyó a quelos ingleses pudieran darle la vuelta a la tortilla ante los franceses, esta semana se dio a conocer un descubrimiento con el que podrían hacer algo al respecto;si bien en un contexto diferentey con alcances considerablemente más limitados.Este descubrimiento,se llevó a cabo en Peterborough, localizado a unos 120kilómetros al norte de Londres, sitio de un asentamiento humano de la Edad de Bronce.

En el sitio de Peterboroughlos arqueólogos encontraron que hace unos 3,000 años un conjunto de chozas se incendiaron –por accidente o vandalismo– con una velocidad tal que sus moradores tuvieron que salir huyendo a toda prisa sin llevar consigo ninguna de sus pertenencias.Las chozas, que estaban construidas sobre pilotes por encima de la superficie de un río, colapsaron y se hundieron con todo en su interior. Para los arqueólogos –pero, obviamente, no para sus moradorespor más que hayan salvado la vida– el incendio, carbonización y posterior hundimiento de las chozas constituyó una gran suerte, pues posibilitó la conservación por tres mil años de su restos con todo en el interior.

Así, los investigadoresencontraron enterrados en el lecho del río numerosos objetos de cerámica, desdepequeñas tazas hasta platos y recipientes para almacenar comida. Encontraron también objetos de madera, lo mismo que objetos de metal, incluyendo cinceles y pinzas. Algo que los arqueólogos destacan es el descubrimiento de restos de telas que fueron conservados por la carbonización que sufrieron.Adicionalmente, la distribución de los objetos encontrados en los diferentes espacios de las casas colapsadas da una indicación de cómo éstos eran usados.

Los arqueólogos descubrieron igualmente restos de comida y recipientes con restos de comida en su interior. En un caso incluso se encontraron con un platocon su cuchara, sumergida éstaen el contenido carbonizado. Todo estonos proporciona información valiosa sobre los hábitos alimenticios de la Edad de Bronce.

De este modo, el sitio de Peterboroughconstituyeuna cápsula del tiempo que nos da una visión del mundo 3,000 años atrás. Tienenasí los británicos su propia versión de Pompeya. Una versión que es incluso 1,000 años más antigua que la ciudad sepultada por el Vesubio.Tal pareciera que con Peterboroughlos británicos serán más afortunados de lo que lo fueron con Piltdown

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