El primer laboratorio científico de la historia

El noveno planeta



El descubrimiento del noveno planeta del Sistema Solar, más allá de la órbita de Neptuno, fue anunciado por el director del Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, el 13 de marzo de 1930. En una nota publicada el 21 de marzo de 1930, la revista “Science” daba cuenta del hecho.

La existencia de un noveno planetahabía sido predicha por varios investigadores desde mediados del siglo XIX y el descubrimiento hecho público por el observatorio Lowell parecía confirmarla. Las predicciones de los astrónomos se basaban en las perturbaciones observadas en las órbitas de Urano y Neptuno –séptimo y octavo planetas del sistema solar, en forma respectiva– que indicaban la existencia de un cuerpo celeste más allá de la órbita de Neptuno. El hipotético noveno planetallegó a ser conocido a principios del siglo XX como el planeta X.

Hay que recordar que el descubrimiento de Neptuno ocurrió después de que el matemático francés Urbain Le Verrier predijera su existencia a partir de las perturbaciones observadas en la órbita de Urano. Siguiendo las indicaciones de Le Verrier, el astrónomo alemán Johann Galledescubrió Neptuno sin gran esfuerzo y en el lugar preciso del firmamento que Le Verrier le había señalado.

Dado el éxito de Le Verrier, no resultaba descabellado asumirque la existencia de un noveno planeta pudiera ser predichaa partir de la observación de las perturbaciones delas órbitas de Urano y Neptuno. Y con respecto a esto, el descubrimiento de Plutón lo habría confirmado.

Con el tiempo, sin embargo, fue claro que el tamaño de Plutón –500 veces más pequeño que la Tierra– no es lo suficientemente grande para perturbar las órbitas de Urano y Neptuno. Además, los astrónomos encontraron que dicha perturbación en realidad no existe y que estaba basada en una sobrestimación de la masa de Neptuno. De este modo, si bien el descubrimiento de Plutón fue motivado por la predicción matemática de la existencia de un noveno planeta, Plutón en realidad existe al margen de dicha predicción.

Como quiera que haya sido, con Plutón el Sistema solar se hizo de un noveno planeta, el cual se sumó a los cinco conocidos desde la antigüedad: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno –todos visibles a simple vista–y la Tierra. Se sumó igualmente a Urano –descubierto en 1781 por William Herschel empleando un telescopio– ya Neptuno.

En el año 2006, sin embargo, la situación se descompuso pues Plutón fue degradado a la categoría de planeta enano y con esto el Sistema Solar volvió a quedarcon solo ocho planetas.

En la actualidad hay visos de que la situación quepudiera dar un nuevo giro pues la búsqueda del noveno planeta ha vuelto a tomar fuerza, ahora en los confines del Sistema Solar, más allá de las órbitas de Neptuno y Plutón.Así, los astrónomos KonstantinBaygin y Michalel Brown del Instituto Tecnológico de California en un artículo publicado el pasado mes de enero en la revista “TheAstronomicalJournal” proponen la existencia de un noveno planeta en una órbita excéntrica quelo llevaría a una distancia mínima del Sol igual a unas cinco veces el radio de la órbita de Plutón –unas150 veces la distancia de la Tierra al Sol–. En su punto más alejado del Sol, el hipotético noveno planeta alcanzaría unas treinta veces la distancia de Plutón al Sol. En cuanto a su tamaño, el noveno planeta tendría una masa unas 10 veces la masa de la Tierra y tardaría de 10,000 a20,000 años en completar su órbita.

Las evidencias de las que Byagin y Brown disponen para apoyar su hipótesis sobre la existencia del noveno planeta son similares a las que se esgrimieron en el pasado y se basan en la influencia que el hipotético planeta tendría en el movimiento de objetos astronómicos de la banda de Kuiper que se encuentra más allá de la órbita de Neptuno. Entre estos objetos se encuentra Sedna, que tiene un diámetro de unos 1,000 kilómetros y viaja en una órbita muy excéntrica con un máximo acercamiento al Sol de dos veces el radio promedio de la órbita de Plutón. Se encuentran igualmente otros objetos de la misma clase, incluyendo el llamado 2012VP113,de unos 450 kilómetros de diámetro, descubierto en el año 2014. Byagin y Brown argumentan que las peculiaridades y coincidencias en las órbitas de estos objetos transneptunianos puede ser explicada por la influencia de un noveno planeta.

Como es normal, no todos los astrónomos están de acuerdo con las conclusiones de Byagin y Brown. Así, hay quien argumenta que las observaciones se han hecho con un grupo demasiado pequeño de objetos transneptunianos, y que de llevarse a cabo con un grupo más amplio seperdería el sustento para la hipótesis del noveno planeta.

No obstante, al margen de la controversia, hay varios grupos de astrónomos compitiendo por ser los primeros en avistar al noveno planeta. En los años por venir veremos si tienen éxito, al igual que Le Verrier y Galle. O bien,si la nueva historia del noveno planeta resulta un fiasco, tal como lo fue el planeta X.

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