El primer laboratorio científico de la historia

Predicción del futuro



Cuando Moctezuma Xocoyotzin envió a un grupo de mensajeros cargados con numerosos presentes para dar la bienvenida a los desconocidos que arribaron por el mar a las costas de Veracruz, lo hizo respondiendo a un mal diagnóstico de la situación. Este mal diagnóstico fue resultado de la concepción mágica del mundo que tenían los mexicas. En efecto, basado en una serie de presagios funestos, derivados de acontecimientos ocurridos antes de la llegada de los españoles, Moctezuma llegó a la conclusión de que los recién llegados eran dioses. De manera específica, creía que estaba ante el esperado regreso de Quetzalcoatl; creencia que sabemos era completamente equivocada.

El diagnóstico erróneo del problema no ayudó a que Moctezuma respondiera al reto que enfrentaba de la manera más efectiva posible y todas las medidas que llevó a cabo para detener el avance de los españoles hacia Tenochtitlán resultaron infructuosas. En particular, los presentes que les hizo llegar para darles la bienvenida, lejos de complacerlos aumentaron su codicia y su deseo de avanzar hacia el interior del territorio.

Sirva lo anterior como una introducción y ejemplo de la importancia de tener un buen diagnóstico en el momento de intentar resolver un problema; o, poniéndolo en otros términos, de la importancia de entender con precisión una situación para intentar predecir su evolución futura e influir en la misma. Y para esto es necesario despojarnos de concepciones mágicas del mundo –como las que contribuyeron a la caída de Moctezuma y del Imperio Azteca–, sustituyéndolas por una concepción científica del mismo.

Por otro lado, aun renunciando a adivinos, nigromantes y chamanes, la predicción del futuro no está garantizada y el grado en el que la podamos lograr depende de la complejidad que enfrentemos. Así, es más fácil predecir la trayectoria de una bala disparada con una cierta dirección y velocidad, que predecir el tipo de cambio que tendrá nuestra moneda al final de 2017. Poniéndolo en términos de disciplinas científicas: es más fácil predecir acontecimientos en el área de la física que en el de la economía y en general de las ciencias sociales.

Tenemos así que, mientras que la física es una ciencia que tiene un notable poder de predicción, y que por lo mismo ha permitido desde aterrizar suavemente sondas en la superficie de Marte hasta construir computadoras, las ciencias sociales son más modestas en este sentido en virtud de que sus sujetos de estudio son considerablemente más complejos que los de la física. Entre los expertos, sin embargo, hay el convencimiento de que en un futuro no muy lejano, empleando nuevas técnicas de análisis y la información acumulada en Internet, será posible revertir esta situación.

Con relación a lo anterior, en una sección especial del número de esta semana de la revista “Science” se publican una serie de artículos en los que se discute la ciencia de la predicción y la posibilidad actual y futura de predecir la ocurrencia de acontecimientos sociales de la más diversa índole. Entre éstos se incluyen el resultado de elecciones, el desarrollo de conflictos políticos violentos, y la aparición de descubrimientos científicos trascendentes.

En particular, un artículo escrito por investigadores de la Universidades de Pensilvania y Harvard en los Estados Unidos encabezados por Phillip Tetlock, discute el uso de la sabiduría colectiva para predecir eventos futuros. Esto se hace por medio de torneos en los que los participantes hacen predicciones sobre la futura ocurrencia de eventos en una amplia variedad de tópicos económicos y geopolíticos. Los participantes deben dar respuestas numéricas a las preguntas formuladas, indicando su estimación de la probabilidad de que un evento específico ocurra en un cierto lapso de tiempo.

Entre otros resultados, Tetlock y colaboradores encuentran que hay participantes que obtienen consistentemente las mayores calificaciones. Dichos participantes, además, tienen perfiles definidos, incluyendo una mente más abierta para considerar a sus opiniones personales como “una hipótesis a poner a prueba y no una posesión sagrada”. Tienden también a pensar en el ejercicio de predicción como una habilidad que puede ser cultivada. Los mejores predictores, además, tienden a contar con grados profesionales avanzados y un conocimiento general de política.

Si bien la ciencia de la predicción tiene por delante todavía mucho campo por avanzar, ciertamente tenemos hoy en día mejores herramientas para analizar situaciones de índole social que las que en su momento tuvo Moctezuma para evaluar el predicamento en el que lo puso la llegada de los conquistadores españoles. Aunque, por lo demás, un mayor entendimiento de su situación probablemente a la larga de nada le hubiera servido por la superioridad militar de los invasores.

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