El primer laboratorio científico de la historia

A sesenta años del inicio de la era espacial



El próximo miércoles 4 de octubre se cumplirán 60 años de que fue puesto en órbita por la Unión Soviética el Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia, con lo que se inició la llamada era espacial. La Unión Soviética se adelantó así por casi cuatro meses a los Estados Unidos que, tras varios intentos fallidos, logró por fin poner en órbita su primer satélite, el Explorer 1, el 31 de enero de 1958.

El éxito soviético produjo un efecto de shock en el público norteamericano que asumía que la tecnología de los Estados Unidos era superior a la de la Unión Soviética. Entre otras cosas, los norteamericanos habían logrado desarrollar la bomba atómica como parte del esfuerzo bélico durante la Segunda Guerra Mundial, con un despliegue de tecnología sin precedentes, y esto alimentaba la creencia en su superioridad tecnológica. La puesta en órbita del Sputnik 1, sin embargo, puso en claro que la tecnología soviética en materia espacial era en esos momentos superior a la norteamericana.

Con relación a esto último, aun antes de que los norteamericanos lograran colocar en órbita al Explorer 1, los soviéticos ya habían lanzado con éxito su segundo satélite. En esta segunda ocasión incluso con un tripulante: la perra Laika, que se convirtió de esta manera en el primer ser vivo en visitar el espacio –un honor poco envidiable, por cierto, pues los soviéticos no contaban en esos momentos con la tecnología necesaria para regresarla a la Tierra, de modo que Laika se convirtió también en el primer ser vivo en morir en el espacio.

En el marco de la Guerra Fría, el que los soviéticos llevaran la delantera en materia espacial produjo preocupación en el público norteamericano pues los cohetes que se empleaban para colocar satélites en órbita podían ser igualmente usados para lanzar bombas contra territorio norteamericano. Por otro lado, el relativo atraso tecnológico de los Estados Unidos fue atribuido a un deficiente sistema de educación en ciencias y matemáticas, y esto impulsó el desarrollo de nuevos enfoques y textos de enseñanza, tanto al nivel de la escuela preparatoria como universitario.

Se formaron así comités que incluían a científicos de universidades norteamericanas para el desarrollo de textos de enseñanza de la física con enfoques innovadores. Uno de estos textos, destinado a la escuela preparatoria, fue desarrollado por el comité “Physical Science Study Committee”, conocido como PSSC por sus siglas en inglés, que fue encabezado por Jerrold Zacharias y Francis Friedman del Instituto de Tecnología de Massachusetts, e incluyó la participación de maestros de física de nivel preparatoria.

El PSSC fue creado en 1956 y después de que el Sputnik 1 fue puesto en órbita recibió un incremento sustancial de apoyo por parte de la “National Science Foundation” de los Estados Unidos y se dio a la tarea de desarrollar un nuevo texto para la enseñanza de la física, apoyado por material de laboratorio y material fílmico.

El texto desarrollado por el PSSC se publicó en 1960 y quizá le sea familiar a aquellos que cursaron la escuela preparatoria en la década de los años 60. No tuvo el éxito esperado, sin embargo, por ser un texto de difícil lectura y comprensión para el estudiante de preparatoria promedio. Se desarrollaron, igualmente, textos de física para el nivel universitario con una gran calidad y enfoque innovador, pero que adolecen del mismo problema y contienen materiales y enfoques demasiado avanzados para el nivel al que están dirigidos.

No obstante, y al margen del éxito relativo de los esfuerzos para innovar la enseñanza de las ciencias, como bien sabemos los Estados Unidos superaron a la Unión Soviética en la carrera para llevar una misión tripulada a la superficie de la Luna, demostrando que a fin de cuentas su desventaja tecnológica con respecto a los soviéticos en la primera etapa de la carrera espacial era sólo moderada, a pesar de los problemas educativos que padecía.

Es interesante notar que aun hoy en día el nivel de física y matemáticas en la escuela secundaria en los Estados Unidos no es particularmente destacado a nivel mundial, y en las pruebas PISA de la OCDE los estudiantes norteamericanos ocupan lugares sólo de media tabla.

Al mismo tiempo, hay una presencia notable de estudiantes extranjeros, fundamentalmente de China y la India, en las universidades norteamericanas en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, y en algunos casos los estudiantes extranjeros son incluso mayoría. En efecto, según estadísticas del Pew Research Center, en los años 2012-2013, un 57% de los estudiantes que recibieron un grado doctoral en un área de ingeniería fueron extranjeros. En áreas de computación, matemáticas y física, los números correspondientes son: 53%, 50% y 40%.

El lanzamiento de Sputnik 1 hace sesenta años propinó un golpe al orgullo norteamericano al mismo tiempo que generó preocupación por la amenaza que representaba que la Unión Soviética en plena Guerra Fría dispusiera de cohetes con características superiores a los propios. Con el tiempo, sin embargo, los logros norteamericanos en materia espacial han superado a los de cualquier otro país del mundo. En contraste, el bajo nivel de la enseñanza en ciencias y matemáticas, que se diagnosticó como la causa de la superioridad soviética al inicio de la era espacial, aparentemente no ha tenido una evolución equivalente, al grado que los norteamericanos hoy en día no están aparentemente interesados en una preparación de alto nivel en tópicos científicos y tecnológicos.

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