El primer laboratorio científico de la historia

Fotografía instantánea



La mañana del 24 de agosto del año 79 de nuestra era -aunque, según otras versiones, podría haber sido un par de meses después- la vida de las ciudades romanas de Pompeya y Herculano llegó a un fin abrupto. Como sabemos, ese día el Vesubio hizo erupción sepultando a las dos ciudades bajo una gruesa capa de material volcánico. En el evento murió un número indeterminado de sus habitantes intoxicados con gases venenosos. Y los que no murieron hubieron de huir sin posibilidades de regresar.

Al tener un fin abrupto, sepultadas por material volcánico, Pompeya y Herculano fueron congeladas en el tiempo, y en ese sentido fue un evento afortunado, pues nos proporciona una “fotografía” del estilo de vida en las ciudades romanas hace dos mil años. Por supuesto, con seguridad los habitantes de Pompeya y Herculano no estarían de acuerdo en que la erupción del Vesubio y el fin abrupto de sus ciudades haya sido afortunado, por más de que, de alguna manera, hayan sido inmortalizados. Al margen de controversias, sin embargo, habría que conceder que, dado que no es posible retroceder en el tiempo y tratar de mitigar la catástrofe de Pompeya y Herculano con nuestros conocimientos de vulcanología, debemos sacar el máximo provecho al afortunado/desafortunado evento.

Con este ánimo, un artículo aparecido el pasado 25 de agosto en la revista “Science Advances” nos proporciona información detallada sobre los alimentos que consumían los habitantes de Herculano en el tiempo de la catástrofe. El artículo fue publicado por un grupo internacional de investigadores encabezados por Silvia Soncin de la Universidad de Nueva York. El estudio fue llevado a cabo con 17 esqueletos de habitantes de Herculano, 11 hombres y 6 mujeres, que constituyen una muestra de 340 esqueletos que fueron encontrados en nueve almacenes de piedra alineados enfrente de la playa. Las víctimas habrían llegado hasta ahí buscado protegerse del flujo piroclástico del volcán.

Como argumentan Soncin y colaboradores, “Este notable conjunto de víctimas de una catástrofe natural no solo es de gran interés público, sino que también ofrece una oportunidad para avanzar sustancialmente en nuestro conocimiento de la sociedad romana mediante la aplicación de enfoques bioarqueológicos. La muestra de esqueletos en Herculano no está limitada por los sesgos que generalmente enfrentan los osteoarqueólogos cuando estudian esqueletos enterrados en cementerios, debido a la mortalidad y entierros selectivos. En lugar de esto, los esqueletos de Herculano proporcionan una ‘instantánea’ de una población antigua que rara vez se ofrece en arqueología”.

Soncin y colaboradores se propusieron averiguar la dieta de los habitantes de Herculano a partir de un análisis de isótopos de carbón y nitrógeno en el colágeno de los huesos de las víctimas. De manera interesante, los investigadores encuentran diferencias claras entre las dietas seguidas por hombres y mujeres. Así, en comparación con los hombres, Soncin y colaboradores encuentran que las mujeres en Herculano obtenían menos porcentaje de las proteínas que ingerían de cereales y productos del mar, y relativamente más de animales y productos terrestres, incluyendo carne, huevos y productos lácteos.

¿Cuál es la razón para la diferenciación de la dieta entre hombres y mujeres? No ofrecen Soncin y colaboradores una explicación definitiva al respecto, pero en cuanto al mayor consumo de productos del mar por parte de los hombres, hacen notar que éstos tenían un mayor contacto con el mar -como pescadores- que las mujeres. También, apuntan los investigadores, los hombres generalmente ocupaban más posiciones socialmente privilegiadas en comparación con las mujeres, y eran liberados de la esclavitud a una edad más temprana que las mujeres. Todo esto habría proporcionado a los hombres mayores oportunidades para conseguir alimentos de más alto precio.

En espera de una explicación más sólida, la “instantánea” de Herculano que nos proporcionó el Vesubio muestra claramente una asimetría en la alimentación de hombres y mujeres. Y si bien en la actualidad este hecho pudiera resultar en cierto grado sorprendente, habría que señalar que en la sociedad romana, en la que se practicaba la esclavitud, dicha asimetría no se habría dado a notar.

Lo que sí resulta altamente sorprendente es que, aun tomando en cuenta la ayuda del Vesubio, se haya logrado obtener información tan detallada acerca de las costumbres dietéticas de una ciudad romana que desapareció hace dos mil años.

Comentarios

  1. Sorprendente la cantidad , calidad, profundidad de información, a partir de restos humanos, muy interesante,

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