El primer laboratorio científico de la historia

Historias de meteoritos



El 27 de diciembre de 1984, un grupo de cazadores de meteoritos auspiciados por la Fundación Nacional de la Ciencia de los Estados Unidos, descubrió en un campo de hielo en la Antártida un meteorito de poco menos de dos kilogramos al que se le denominó ALH84001. Si bien en su momento el origen del meteorito no fue correctamente identificado, estudios posteriores relativos a su composición de isótopos de oxígeno, pusieron en claro que se formó en el planeta Marte hace unos 4,000 millones de años, cuando habría existido agua líquida en la superficie marciana. El meteorito ALH84001 fue eyectado de la superficie de Marte por el impacto de un cuerpo celeste, y después de viajar en el espacio por unos 16 millones de años, aterrizó finalmente en la Antártida hace unos 13,000 años.

El meteorito ALH84001 alcanzó gran notoriedad en 1996, cuando la NASA anunció que en el mismo se habían encontrado restos orgánicos que apuntaban a la existencia de vida en Marte en un pasado remoto. Dicha evidencia fue detallada en un artículo publicado en la revista “Science” el 16 de agosto de 1996, por un grupo de investigadores encabezados por David McKay del “Lyndon B. Johnson Space Center” de la NASA en Houston, Texas.

En su artículo, McKay y colaboradores apoyan sus conclusiones en una serie de observaciones, que incluyen imágenes obtenidas por medio de un microscopio electrónico de lo que serían los restos fosilizados de microbios marcianos, lo mismo que compuestos orgánicos y magnéticos que atribuyen a la actividad biológica. Ciertamente, McKay y colaboradores son cautos y admiten que, tomadas por separado, sus observaciones no constituyen una evidencia contundente del origen biológico de los materiales y estructuras observadas en el meteorito. Afirma, sin embargo, que en su conjunto las observaciones apoyan de manera sólida sus conclusiones.

El anuncio de la NASA sobre los descubrimientos de McKay y colaboradores incluso motivó un comunicado de prensa del presidente Clinton en el que expresó: “Hoy la roca 84001 nos habla a través de todos estos miles de millones de años y millones de millas. Habla de la posibilidad de la vida. Si se confirma este descubrimiento, seguramente será una de las visiones más sorprendentes de nuestro universo que la ciencia haya develado jamás. Sus implicaciones son tan trascendentes e impresionantes como se pueda imaginar. Aunque promete respuestas a algunas de nuestras preguntas más antiguas, plantea otras aún más fundamentales”. Por su parte, el famoso divulgador científico Carl Sagan, después de calificar al descubrimiento como “glorioso”, expresó: “La posibilidad de llegar en forma independiente al mismo tipo de vida en dos planetas independientes es muy pequeña. Esta es una de las grandes emociones: ver cómo procede su historia evolutiva en dos planetas diferentes”.

Las conclusiones de McKay y colaboradores, sin embargo, han sido muy controvertidas y es posible que en la actualidad haya las suficientes evidencias de que no son ciertas. Los últimos argumentos al respecto aparecieron la presente semana en la revista “Science”, en un artículo publicado por un grupo de investigadores encabezado por Andrew Steele de “Carnegie Institution for Science” en Washington, D.C.

De acuerdo con Steele y colaboradores, los compuestos orgánicos que se encontraron en el meteorito ALH84001 son el resultado de la interacción del agua con rocas marcianas y no tienen un origen biológico -de hecho, apuntan, la misma interacción no biológica se observa también en nuestro planeta-. Llegan a esta conclusión después de aplicar técnicas analíticas sofisticadas al estudio del meteorito, incluyendo la obtención de imágenes nanométricas por medio de un microscopio electrónico, y el análisis de su composición química también en una escala nanométrica. Así, no pareciera que el meteorito ALH84001 nos traiga noticias acerca de la evolución de la vida en nuestro planeta vecino que, sin duda, constituiría la noticia científica del siglo. Esto no deja de ser decepcionante, para nosotros y para la NASA, que justifica buena parte de sus proyectos de exploración planetaria en la búsqueda de vida extraterrestre.

Así, por lo pronto, tendremos que seguir esperando por evidencias sólidas de la existencia de vida extraterrestre. En este sentido, si bien el meteorito ALH84001 no nos las proporciona de manera inmediata, sí nos demuestra que, como comenta Steele: “En Marte ocurren reacciones químicas no biológicas que dan origen a un conjunto de compuestos orgánicos a partir de los cuales la vida puede haberse desarrollado, y que representan un trasfondo que debe tomarse en cuenta para la búsqueda de vida en el pasado en ese planeta”. Con seguridad, es solo cuestión de tener un poco de paciencia.

Comentarios

  1. Siempre agradablemente sorprendiendo con más que atractivas noticias, su análisis y reflexiones, Alfonso, en este caso particularmente, porque sin duda la gran inquietud es a dónde podríamos los terráqueos emigrar, es indudable el interés más inmediato por fuentes de minerales que contengan elementos como el iridio, y porqué no, nuevos componentes de la tabla periódica,,

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