El primer laboratorio científico de la historia

Fuente inagotable de energía



El Sol es uno de los actores principales en el proceso de transición energética por el que estamos atravesando, lo que resulta natural, pues es el Sol, en último término, la fuente de energía de la que depende la vida superior del planeta. Aprender a hacer uso de la energía del Sol para un propósito definido, sin embargo, no ha sido una tarea sencilla.

Uno de los primeros ejemplos en este sentido tuvo lugar en el sitio de Siracusa por los romanos, en el año 212 antes de la era cristiana. Recordamos que, en esa ocasión, Arquímedes participó de manera activa en la defensa de la ciudad, creando toda suerte de dispositivos defensivos. Uno de estos dispositivos fue un conjunto de espejos que se empleaban para dirigir la radiación solar hacia los barcos romanos con el propósito de prenderles fuego. No es claro, sin embargo, si, los defensores de Siracusa habrían logrado destruir barcos romanos por esta técnica, o si se trata de una mera leyenda.

En todo caso, es interesante señalar que las ideas de Arquímedes para destruir barcos romanos tienen puntos de contacto con una técnica que se emplea en la actualidad para aprovechar la energía del Sol. Esta técnica consiste en dirigir la radiación solar por medio de un conjunto de espejos hacia un depósito que contiene un fluido. Como resultado, el fluido alcanza una alta temperatura y puede ser empleado para mover una turbina que a su vez acciona a un generador de energía eléctrica.

Esta manera de aprovechar la energía del sol, no obstante, no es la más extendida. La manera más común de hacerlo es por medio de paneles solares, también conocidos como paneles fotovoltaicos, que convierten directamente la energía solar en energía eléctrica sin pasos intermedios. Este medio de aprovechar la radiación solar está avanzando a pasos acelerados.

En este sentido, durante la semana que hoy termina nos enteramos por los medios de comunicación que la empresa Sun Power, con base en Singapur, había sometido a la autoridad correspondiente una declaración de impacto ambiental por la proyectada construcción en Australia de lo que será la mayor planta de paneles fotovoltaicos del mundo. Dicha planta tendrá una potencia de hasta 20 gigawatts y estará localizada en el Territorio del Norte, aproximadamente a la mitad del camino entre la ciudad de Alice Springs en el centro de Australia y la ciudad de Darwin en su costa septentrional.

Para apreciar el tamaño de la planta solar proyectada, habría que mencionar que se extenderá en un área de 12,000 hectáreas, incluirá 28 millones de paneles solares y baterías de almacenamiento para que el flujo de energía no se interrumpa durante la noche y tendrá un costo de 22,000 millones de dólares. Será unas veinte veces más grande que la planta solar Villanueva, en el estado de Coahuila, que se encuentra entre las 10 más grandes del mundo. La planta Villanueva cubre un área de 2,600 hectáreas y cuenta 2.3 millones de paneles solares

Por otro lado, dado que la planta solar se localizará en medio de la nada -el Territorio Norte tiene una extensión de casi un millón y medio de kilómetros cuadrados y una población que no llega a los 250,000 habitantes- la energía producida será enviada ´por una línea de transmisión hasta un punto en la costa norte de Australia distante 800 kilómetros.

Una parte de la energía generada será consumida en el Territorio del Norte, mientras que la otra, mayoritaria, será exportada a Singapur desde la costa norte de Australia por medio de cables submarinos de 4,200 kilómetros de longitud. Se anticipa que el año 2028 dicha energía cubra el 15 por ciento de las necesidades de energía eléctrica de Singapur.

Además de su enorme tamaño, la planta solar australiana en proyecto contempla bancos de baterías para proporcionar energía de manera continua. Con esto se supera una debilidad de la energía fotovoltaica que se produce solamente en la medida en que brille el Sol.

Regresando al sitio de Siracusa, ahora, a más de dos mil años de distancia, nos es claro que Arquímedes hubiera fácilmente llevado a cabo sus propósitos de quemar con la radiación solar a los barcos romanos que los sitiaban de haber contado con elementos de tecnología moderna, tales como espejos cóncavos de vidrio recubiertos de aluminio y monturas mecánicas orientadas hacia un punto fijo por medio de una computadora -habida cuenta, por supuesto, de que los romanos no hubieran también contado con tecnologías modernas y hubieran fabricado sus barcos con acero y los hubieran equipado con armamento moderno que fácilmente habrían barrido con los espejos de Arquímedes.

El hubiera, por supuesto, no existe y no tiene sentido imaginar cosas que no sucedieron. Lo que sí es real, ahora los sabemos, es que el Sol es una fuente potente de energía que puede ser aprovechada y que es económicamente rentable. Como el proyecto australiano lo demuestra.

Comentarios