El primer laboratorio científico de la historia

Futuro más o menos incierto



Como recordamos, en el verano de 2021 la costa oeste de los Estados Unidos y Canadá fue golpeada por una ola de calor sin precedente. Los efectos que produjo este evento climático extremo están descritos en un artículo publicado el pasado 9 de febrero en la revista Nature Communications: “Muchos lugares rompieron récords de temperatura máxima de todos los tiempos en más de 5 °C, y el récord nacional de temperatura canadiense se rompió en 4.6 °C, con una nueva temperatura récord de 49.6 °C. Los impactos de este evento fueron catastróficos, incluidos cientos de muertes en el noroeste del Pacífico, mortalidad masiva de vida marina, rendimientos reducidos de cultivos y frutas, inundaciones de ríos por el rápido derretimiento de la nieve y los glaciares, y un aumento sustancial de los incendios forestales, lo que provocó deslizamientos de tierra en los meses siguientes. Estos impactos brindan ejemplos de lo que podemos aprender y nos dan una descripción vívida de cómo el cambio climático puede ser tan devastador.”.

En el futuro, en la medida que progrese el cambio climático, se espera que ocurran más eventos extremos con consecuencias catastróficas similares; incluso con peores consecuencias, de tener lugar en un país en desarrollo que dispondría de menos recursos para enfrentarlo. ¿Puede predecirse la ocurrencia de un evento climático extremo y de esa manera estar preparados para enfrentarlo? Desafortunadamente, el clima del planeta es un sistema tan complejo que no es posible predecir los eventos extremos. Algo se puede hacer, no obstante, y en este sentido un artículo aparecido esta semana en la revista Nature Communications describe los resultados de una investigación llevada a cabo para determinar en qué lugares de nuestro planeta existe un mayor riesgo de sufrir un evento climático extremo. Dicho artículo fue publicado por un grupo de investigadores encabezado por Vikki Thomson de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido.

Thomson y colaboradores centraron su investigación en un indicador climático: la máxima temperatura alcanzada en un determinado lugar a lo largo de un año. Con esto en mente, consultaron estadísticas de mediciones de temperaturas máximas acumuladas a lo largo de las últimas seis décadas. Esto les permitió, empleando una técnica matemática especializada, calcular el tiempo probable que deberá transcurrir para que, en un determinado lugar, se rompiese el récord de temperatura alta ahí prevaleciente.

Basados en sus cálculos, Thomson y colaboradores determinaron los lugares en nuestro planeta que enfrentan los riegos más altos de sufrir un evento extremo de temperatura alta. Entre estos lugares se encuentran Afganistán y la región de Centroamérica, que se esperaría rompan su récord de temperatura alta en menos de 100 años. El caso de Afganistán es, particularmente grave debido a su alta tasa de crecimiento poblacional. Igualmente, las probabilidades apuntan a que, en menos de 100 años, romperán sus récords de temperatura alta Papúa Nueva Guinea, el noroeste de Argentina, partes de Europa Central, lo mismo que partes de China y de Australia.

Como comentan Thomson y colaboradores, la ocurrencia de un evento climático extremo promueve en el país que lo sufre la implantación de medidas para paliar un evento similar futuro. De este modo, un país que no ha sufrido en el pasado reciente uno de tales eventos no tendría incentivos para poner en marcha medidas preventivas, lo que implica un riesgo adicional.

Además de lo anterior, Thomson y colaboradores encuentran que han ocurrido ondas de calor extremo que se desvían de las estadísticas y que, por lo mismo, de no haber tenido lugar se habrían considerado altamente improbables. Éste es el caso de la onda de calor que afectó a los Estados Unidos y Canadá en el verano de 2021. Más grave aún, los investigadores encuentran que, en el 31 por ciento de las regiones examinadas, las temperaturas máximas observadas son excepcionales y se desvían grandemente de las estadísticas, por lo que no es posible estimar el tiempo que tendría que transcurrir para el rompimiento del valor récord de temperatura alta.

De acuerdo con los datos publicados por Thomson y colaboradores, San Luis Potosí se encuentra en este caso, de modo que no es posible establecer un horizonte de tiempo para la ocurrencia del siguiente evento climático extremo que rompa el récord de temperatura alta. Estaríamos de este modo sin información al respecto; así fuera en términos de probabilidades. En tal situación, quizá fuera prudente que cruzáramos los dedos. O bien, que tocáramos madera.

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