Hogar, dulce hogar

Transición energética



Días antes del inicio de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se desarrolla en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre del presente año, la Agencia Internacional de Energía (AIE) hizo público el documento: “Las industrias del petróleo y gas en transiciones netas cero”, en el que se analiza el papel de estas industrias en la mitigación del cambio climático. Como sabemos, los acuerdos de París de 2015 fijan como una meta limitar a 2 grados centígrados el incremento en la temperatura del planeta con respecto a sus valores preindustriales, e instan a hacer esfuerzos para que este incremento no sobrepase los 1.5 grados centígrados y el documento de la AEI plantea que las industrias productoras de gas y petróleo deben asumir un papel activo en la mitigación del calentamiento global.

De acuerdo con la AIE, se mantiene abierta la posibilidad de limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. No obstante, esta agencia hace notar que, si bien la energía solar ha experimentado un auge y las compras de automóviles eléctricos se han disparado -uno de cada cinco automóviles eléctricos vendidos a nivel mundial en 2023 será eléctrico-, alcanzar una emisión cero neta en 2050 requiere de más acciones. En particular, se requiere la participación activa de todas las empresas del ramo energético.

Señala la AIE que hay dos concepciones erróneas con respecto al papel de las empresas energéticas en la mitigación del calentamiento global. La primera de ellas es que “las transiciones energéticas solo pueden ser impulsadas por un cambio en la demanda de energéticos”, de modo tal que el papel de las empresas de energía sería simplemente esperar a que baje la demanda y disminuir su producción en consecuencia. Lejos de esto, según la AIE, “Nadie comprometido con el cambio debería esperar a que otro actúe primero. Las transiciones exitosas y ordenadas son aquellas en las que los proveedores trabajan con los consumidores y los gobiernos para expandir nuevos mercados para productos y servicios bajos en emisiones”.

De acuerdo con una segunda concepción errónea, la captura y almacenamiento de carbono como un medio para limitar la contaminación atmosférica no es viable como estrategia, para pretender mantener el nivel actual de consumo de combustibles. Como explica la AIE: “Si el consumo de petróleo y gas natural evolucionaran como proyectan las políticas actuales, en 2050 se requeriría la captura inconcebible de 32 mil millones de toneladas de carbono para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados. Esto requeriría una potencia eléctrica equivalente a la demanda mundial de electricidad en 2022, y más de 3.5 millones de millones de dólares en inversiones anuales desde hoy hasta mediados de siglo, que es una cantidad equivalente a los ingresos promedio anuales de toda la industria en los últimos años.

Se espera que la demanda de combustibles fósiles alcance un máximo al final de la presente década. Mas allá de este punto, sin embargo, con la tendencia actual la demanda por dichos combustibles no disminuirá lo suficientemente rápido para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Hoy en día, por otro lado se invierten anualmente 800 mil millones de dólares en el sector del petróleo y el gas, que son el doble de lo que se necesitará en 2030 para limitar el calentamiento a 1,5 °C. De este modo, plantea la AEI, en un escenario en que cae la demanda de petróleo y gas - el uso de estos combustibles caería más de un 75% en 2050-, las compañías de energías no tendrán necesidades de llevar a cabo nuevos proyectos en combustibles fósiles y podrán dedicar el 50 por ciento de su inversión al desarrollo de proyectos de energías limpias. En esta dirección, sin bien algunas compañías podrán usar sus conocimientos tecnológicos para desarrollar nuevos proyectos de energías limpias, otras dirigirán sus inversiones hacia otros campos.

El documento de la AIE hace énfasis en que exista un diálogo entre productores y consumidores de petróleo y gas: “El diálogo entre todas las partes de las cadenas de valor del petróleo y el gas sigue siendo esencial para lograr un abandono ordenado de los combustibles fósiles y garantizar que los productores de hoy tengan un interés significativo en la economía de la energía limpia… Las transiciones energéticas pueden ocurrir sin la participación de la industria del petróleo y el gas, pero el viaje hacia el cero neto será más costoso y difícil de recorrer si no están a bordo”.

Por nuestro lado, podríamos quizá esperar que una industria que tiene ganancias anuales que alcanzan millones de millones de dólares, tenga disposición para participar en la solución de un problema que ella misma ayudó a crear.

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